sábado, 29 de julio de 2023

Las dehesas de Benavente – La casa de “El Bosque” del conde de la Patilla en 1877

Casa de "El Bosque" propiedad del Sr. conde de la Patilla, en Benavente (1877)

Revista “El Campo” (1877)
Las dehesas de Benavente

A diez y siete leguas de Valladolid, diez de Zamora y nueve de León, en el centro de una de las más feraces campiñas de Castilla, se levanta la antigua villa de Benavente, que tan importante papel jugó durante nuestras luchas de la Edad Media. Propiedad de los Condes de Benavente, vino después a formar parte de la antigua y nobilísima casa de Osuna, que aún ostenta la propiedad del antiguo castillo señorial de la poderosa casa de los Condes de Benavente, hoy en ruinas, y que sólo muestra a la observación del historiador o del anticuario su torre del homenaje, que desafía altiva la inclemencia de los tiempos al lado del paseo de la Mota.

Alrededor de esta fortaleza se extienden las ricas campiñas de Benavente y las feraces dehesas y poblados montes que en una superficie de más de once leguas cuadradas constituyen aquella rica posesión, propiedad hoy del Sr. Conde de Patilla.

Tan importante predio está dividido en diversos cuarteles, que se denominan de Requejo, Socastro, Mosteruelo, Cejinas, Belbís, Escuriel, Piquillos, la Montaña y el Bosque, cuya casa representa la viñeta que figura al pie de estas líneas.

Estos cuarteles se componen de extensas dehesas dedicadas al pasto, limitadas por inmensos bosques de encinas, en los que se encuentra una caza por demás abundante en conejos, perdices, liebres, raposos y otros animales, propios de estos lugares.

Cada cuartel se encuentra bajo la vigilancia de un guarda jurado, que tiene en el mismo habitación cómoda al efecto y pabellones destinados a dar albergue a los cazadores en las importantes excursiones cinegéticas que en diversas épocas del año tienen lugar en aquel rico y abundante cazadero.

En la Montaña se levanta una inmensa caballeriza, capaz para contener 45 potros amarrados, y al cuidado de un jefe de cuadra, un albéitar, seis mozos y un picador. Este edificio contiene un extenso picadero, enfermería, fragua y espaciosas cocheras.

El actual propietario, Sr. Conde de Patilla, dotado de gran inteligencia en los asuntos que se refieren al cultivo y ganadería, merced a grandes gastos y a una asiduidad exquisita, ha logra- do hacer de aquellas inmensas posesiones una de las fincas más importantes de España. En sus dehesas pastan hoy unas 10.000 cabezas de ganado lanar, 50 yeguas de vientre, 200 potros, y unas 500 reses vacunas, al cuidado de mayorales entendidos. El valor de estos ganados asciende próximamente a la no despreciable suma de dos millones de reales.

Tan importante propiedad se encuentra fecundada con los riegos que abundantemente le proporcionan los ríos Esla, Órbigo y Tera, cuyas aguas recorren y fertilizan tan extensas campiñas, y en los que se encuentra abundante pesca, especialmente de la renombrada trucha del Tera, tan estimada en todos los mercados de Castilla.

El propietario actual de tan importante posesión agrícola sabe aunar a sus condiciones de cultivador inteligente las del más amable anfitrión, y periódicamente reúne a los cazadores más inteligentes de la comarca y de esta Corte en aquellos ricos cazaderos, donde los invitados encuentran siempre una caza por demás abundante y una hospitalidad tan amable como fastuosa.

En los últimos días del mes de Setiembre ha tenido lugar la última de la temporada, de que ya se ocupó la prensa de Madrid, y a la que concurrieron, además de muchas personas importantes de Benavente, cazadores y hombres políticos tan conocidos en esta Corte como los señores López Guijarro, Argaiz, Lirio, Barca, Nieto Álvarez, Alonso Martínez (D. Vicente) y algunos otros que, en su expedición venatoria, que duró cuatro días, cobraron la respetable cantidad de mil y tantas piezas.

Terminada por la estación la presente temporada, para la próxima se preparan algunas importantes expediciones en los montes que a vuela pluma acabamos de reseñar, de acuerdo con nuestro propósito de ir dando a los lectores de “El Campo” una idea, siquiera somera, de las más importantes posesiones agrícolas de España.

La Casa de "El Bosque" en 1973

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