martes, 11 de julio de 2023

Si la costumbre hace ley - El Toro Enmaromado del año 1907

Toro Enmaromado en la Plaza de Santa María (30 de mayo de 1956)

El Heraldo de Zamora. Viernes, 31 de mayo de 1907

Desde Benavente.

Si la costumbre hace ley, claro es que los benaventanos no han de faltar a ella en manera alguna. Amantes de sus tradiciones, les es muy difícil prescindir de su fiesta favorita; del toro enmaromado, que necesariamente ha de ser corrido por las calles de la población el día que precede al del Corpus Cristi. Así lo dejó dispuesto una señora benaventana, la cual ya en otras ocasiones he hecho mención.

En remota fecha, parece que la fundadora de la fiesta dejó a la villa una renta bastante a sufragar el coste del cornúpeto y demás gastos que la corrida ocasiona. En la campana del legendario reloj, aparecía esculpido un toro, llevando la maroma al rastro; y en las hermosas andas de plata, propiedad del Municipio, hay quien cree que algunas diminutas figuras, grabadas en el pedestal, simbolizan, también, a la fundadora de la original fiesta, con su toro enmaromado.

Todo ello más bien parece hijo de la exaltada imaginación de los benaventanos, pues en otro caso, en el revuelto y descuidado archivo municipal, siquiera en la historia de la villa, escrita por Ledo, debiera facilitarse algún dato. Lo exactamente cierto es que el Ayuntamiento, desde tiempo inmemorial, satisface del presupuesto el importe de esta fiesta anual.

El toro, corrido en la tarde de hoy, procede de la ganadería del señor marqués de Villagodio, habiendo dado excelente resultado. El peso de la maroma; el empedrado suelo y los formidables golpes con que se castiga a la bestia al encuentro de las esquinas, forzado a veces cuando el toro “gana maroma”, rindieron al poderoso animal, que se echó en la calle de Herreros, a la puerta de la casa en que habita Cadenas (don Bernardo), así como pidiendo justa reparación a tan ruda barbarie al conocido y fácil revistero “Ventajas”, que, procedente de Valmaseda, se hospeda en la misma casa.

Un matarife ejerció de puntillero, y mañana se anunciará carné de toro a 40 céntimos kilo. No ha habido que lamentar desgracia alguna, que es mucha suerte, excepción hecha de un volteamiento sin consecuencias, afortunadamente, que sufrió un hijo del concejal Barrios, Otro concejal, el señor Forés, ejerció por delegación las funciones de primera autoridad.

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Y sintiendo terminar estas cuartillas con notas tristes, mal de mi grado, consigno que, anteayer-recibió cristiana sepultura el gitano Montoya, herido de bala en un monte de Aguilar y cuyo proyectil no pudo ser extraído. Al acto asistieron muchos gitanos de ambos sexos, con religioso respecto, provistos de blandones El finado deja viuda y seis hijos. Al llegar al cementerio, varios de los desconsolados compañeros, metieron en el ataúd el arma que ellos dicen, la vara que para el oficio usó el difunto.

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Un guarda de las dehesas de la casa de Patilla, llamado Agapito, interin la corrida del toro, apareció muerto en la finca llamada Tamarales. El Juzgado se constituyó en el sitio del suceso, llevando el cadáver al depósito judicial, cuya muerte se cree casual.

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De casualidad también ha llegado a mis manos la bien pensada y escrita Memoria que, en cumplimiento del artículo 42 del reglamento de secretarios, eleva al Ayuntamiento de esta villa el que lo es del mismo don Rufino Gutiérrez.

Pudiera hacerse algún comentario, pero urge terminar estas líneas, ofreciendo a usted, querido Director, ocuparme de este y otros asuntos en otra carta.

El Corresponsal.

Toro Enmaromado en la Plaza de Santa María (30 de mayo de 1956)

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