jueves, 25 de mayo de 2023

Una tormenta espantosa sobre la iglesia de San Nicolás de Benavente - ¡Caridad!

La iglesia de San Nicolás, según plumilla de Tomás Viforcos

El Heraldo de Zamora
Lunes, 1 de septiembre de 1913
Desde Benavente.

Tormenta espantosa. Un muerto y varios heridos. ¡Caridad!

Una tormenta funesta ha producido esta tarde el terror en toda la villa y la miseria más espantosa en la familia de un obrero dignísimo.

A la cinco de la tarde, después de regulares truenos y relámpagos, descargó la nube torrencialmente, en medio de general alegría porque se veía salvada la cosecha de uva, que estaba amenazada por la sequía tan extraordinaria por lo absoluta, que padecemos desde el invierno.

Cuando todos celebraban contentos la benéfica tormenta, creyéndola pasada, una nueva nube comenzó a relampaguear tan intensa y rápidamente, que en menos de un cuarto de hora desprendió en esta villa dos rayos en la calle de Zamora, otro sobre la torre de la iglesia de Renueva, que resultó con un ventanal rajado, otro en la Cámara de Comercio y el último, y el más trágico, en la iglesia de San Nicolás.

Celebrábase allí una fiesta al Sacramento de la Eucaristía, como domingo fin de mes, y el rayo al caer en el coro hirió a una niña de don Félix Garmón, produciéndola una herida en la frente, que manó sangre copiosísimamente; al comerciante don Francisco Regueras, ocasionándole una conmoción cerebral intensísima, con total privación del conocimiento; y al sacerdote don Juan Tapioles, a quien ha originado una hemiplejia del lado derecho.

Y por último, mató instantáneamente al celador de Telégrafo y conserje de Ateneo don Marcial del Olmo, dignísimo vecino respetado y querido de todos, por sus altos dotos morales.

Esta catástrofe pudo ser mayor porque precipitadamente quisieron todos los fieles salir del templo a la vez, arrollando los más fuertes a los más débiles en las puertas, originándose multitud de contusiones y heridas que afortunadamente no revisten, hasta ahora, gravedad.

La familia del señor del Olmo queda en una situación de tan angustiosa y extrema miseria que impone un remedio colectivo urgente.

Su mujer está enferma desde hace muchos años; su cuñada, en cama desde hace quince días, con una fiebre; y dos hijos jóvenes, un pequeño y otro un estudiosísimo, que sin el auxilio de Benavente ni podrá terminar la carrera, ni aliviar la precaria situación de su casa, su triste casa, que una tolvanera de dolor ha envuelto en miseria y lágrimas.

Benavente: la tragedia llamó a tus puertas.

El Corresponsal.
31 Agosto 1913.

Interior de la iglesia de San Nicolás de Benavente en los días de su derribo en 1967. (Archivo CEB Ledo del Pozo)

El Heraldo de Zamora (1 de septiembre de 1913)

sábado, 11 de febrero de 2023

La iglesia de Santa Marta de Tera y la figura del obispo de Astorga Pedro Fernández (1241-1265)

 Imagen de Santiago peregrino de Santa Marta de Tera 


La iglesia de Santa Marta de Tera es bien conocida como uno de los ejemplos más puros de la arquitectura románica zamorana, tanto por sus notables valores arquitectónicos y escultóricos como por su privilegiado estado de conservación. El descubrimiento y difusión en los últimos años del denominado “fenómeno de la luz equinoccial” ha atraído la atención mediática sobre este pequeño templo rural y también el interés de los investigadores, pero quedan aún importantes incógnitas por despejar sobre la verdadera naturaleza de este edificio de origen monástico, su funcionalidad y la concreción cronológica de sus fases constructivas.

Nos ocuparemos en este artículo de una particular vinculación que se atisba entre nuestra iglesia y la personalidad del obispo de Astorga Pedro Fernández, conocido como "el venerable", y que desempeñó la dignidad de la mitra asturicense entre los años 1241 y 1265. Por otra parte, Pedro Fernández, parece que tuvo una reconocida devoción hacia Santa Marta también en la propia ciudad de Astorga, relacionada con su iglesia parroquial, y el funcionamiento de una cofradía y un hospital instituidos bajo la misma advocación.

Una de las claves de esta vinculación viene determinada por el contenido de ciertos textos que acompañan a tres lipsanotecas medievales halladas en la iglesia y que fueron dadas a conocer hace años por Ángel Panizo Delgado. Uno de estos testimonios escritos es especialmente significativo, pues se trata de una pequeña tira de pergamino de 130 mm. x 35 mm., con un breve texto escrito en letra gótica cursiva, cuya transcripción y traducción, según este mismo autor, serían las siguientes:

“Sancte marie virginis, Sancte eugenie…[borrado] iacent ibi in ista causela. Quiae reliquiae reconditae sunt in isto altare ad honorem beatae marte virginis per dominum p.[etrum] astoricensis episcopum quartum. Eram mccxcviii, ultima die februarii”.

[Reliquias] de Santa María Virgen y de Santa Eugenia [¿virgen?] están aquí en esta cajita. Cuyas reliquias se guardan en este altar, para honor de Santa Marta virgen, por Don P.[edro] IV obispo asturicense. Era de mil doscientos noventa y ocho, último día de febrero. (Equivale al año de mil doscientos sesenta de la Era Cristiana).

La otra pieza de pergamino alude, igualmente, a una deposición e identificación de reliquias. Estos documentos son conocidos como "auténticas". En este caso, es más breve y no incluye datación, pero todo apunta a que corresponde al mismo momento que la anterior, pues su letra y características formales son idénticas:

“Petri et Pauli. Sancti Longini. Sancti Martini episcopi. Qui iacent in ista causela”.

[Reliquias] de San Pedro y San Pablo. De San Longinos. De San Martín obispo. Que están en esta cajita.

Alguna precisión podríamos hacer sobre la transcripción, pero lo que nos interesa ahora resaltar es la presencia del obispo Pedro en Santa Marta de Tera "el último día de febrero" del año 1260. Parece que ese día se produjo un ceremonial litúrgico bien conocido por las fuentes medievales, consistente en una bendición o renovación del altar o altares de la iglesia, acompañada de una deposición de reliquias de diversos santos y mártires, todos ellos minuciosamente identificados con sus correspondientes "auténticas". Las pequeñas cajitas de madera o "tecas" utilizadas en este ceremonial procedían, en realidad, de un momento anterior. Su tipología y la letra visigótica cursiva empleada para identificar las reliquias remiten a modelos que se suelen fechar en el siglo XI o la primera mitad del siglo XII.

Muy relevante es también la fecha elegida para la solemne bendición de los altares y ocultación de las reliquias. El año 1260 (era 1298) fue bisiesto según el calendario juliano, y el "último día de febrero" correspondería al día 29, que fue domingo. Si bien es cierto que en Edad Media la asignación de los días bisiestos no estuvo siempre claramente regulada, en época de Alfonso X ya era práctica habitual añadirlos al último día del mes de febrero. El día 29 de febrero de 1260 era, además, el primer domingo posterior a la celebración de la festividad de Santa Marta. Según los calendarios litúrgicos, la iglesia asturicense conmemoraba a su mártir y patrona el día 23 de febrero.

Enrique Flórez menciona la existencia en Astorga de un "Breviario antiguo". Se trataría de manuscrito medieval,  confeccionado en vitela, y que puede atribuirse al siglo XIII. En él se incluía el culto de la mártir Marta el día 23 de febrero. Este libro se ha perdido, pero por las señas que nos da Flórez se trataría de una de estas recopilaciones de vidas de santos elaboradas con fines litúrgicos, compuestas, sin duda, para ser leídas el día de la festividad del santo protagonista.

En esta misma fuente se especificaba que la mártir padeció en Asia bajo el procónsul Paterno, que después de quitar la vida en África a San Cipriano, pasó a la Asia, y allí martirizó a Santa Marta: "Passio Sancte ac beatissime Marthe, que passa est in Asia sub paterno Proconsule die septimo Kls. Martii". Por el contrario, la tradición local quiere ver a la mártir como una de las principales referencias de su historia y, por tanto, oriunda de Astúrica Augusta. Su iglesia sería una de las primeras edificaciones religiosas del espacio urbano, levantada en el área en la que estuvo su propia residencia familiar. Santa Marta pasó a ser patrona oficial de la ciudad de Astorga mucho más tarde, a partir de un acuerdo del consistorio de finales del siglo XVII, luego escriturado formalmente en 1741. En cualquier caso, el 23 de febrero fue desde antiguo asignado a la conmemoración de su martirio.

Todas estas circunstancias apuntan a que el día 29 de febrero de 1260 se celebró en el pequeño templo de las orillas del Tera un solemne ritual, con la asistencia del obispo de la diócesis, muy importante para la historia y evolución del edificio, tal vez una nueva consagración del mismo, que culminaría alguna fase constructiva o de reforma que alteró sus elementos estructurales. La dedicación de una iglesia en la Edad Media era uno de los ritos más solemnes y minuciosamente reglados de la liturgia cristiana y, posiblemente, uno de los que más carga simbólica encerraba. Se santificaba el espacio creado y se preparaba para el culto que va a ser celebrado en su interior. Dentro del ceremonial, la deposición y ocultación de las reliquias de los mártires en el altar era uno de sus hitos ineludibles.

No es habitual encontrar los documentos fundacionales o de consagración de los templos medievales. Se han conservado numerosas inscripciones en piedra que hacen referencia directa o indirecta a este momento, pero son excepcionales las "actas" de consagración. En el Archivo Diocesano de Zamora existe un pergamino de reducidas dimensiones (136 x 75 + 10 mm.), del que pende un sello de cera, posiblemente de obispo zamorano Martín I. Alude a la consagración de la iglesia del Espíritu Santo, en uno de los suburbios de la ciudad. Fue hallado en un hueco bajo el ara de su altar, cuando se estaban realizando obras en el templo en los años sesenta. Según José Carlos de Lera Maíllo, en la parte dispositiva se relata como el obispo de Coria, Arnaldo, con el acuerdo del obispo Martín I, colocó con sus propias manos en un cofre las reliquias referentes a la leche de la Virgen, las de los apóstoles Andrés, Felipe y Santiago, las de los Santos Estaban, protomártir, Vicente y Clemente, las de las santas vírgenes, Marina y Eufemia, así como las Once mil vírgenes. La data indica el tiempo y lugar donde el acontecimiento tuvo lugar: el 12 de junio de 1211, que fue domingo.

En el caso de Santa Marta de Tera, este ritual de la deposición de reliquias debe también contextualizarse en un nuevo impulso en la organización y administración de la abadía de Santa Marta como dignidad dentro del cabildo catedralicio, abandonada ya definitivamente su condición de monasterio.

Según Augusto Quintana Prieto, durante el pontificado de Pedro Andrés (1206-1226) se instituyó en Santa Marta una canonjía con categoría de dignidad bajo la dirección de un miembro del cabildo que a la vez ostentaba la condición de abad. Este abad administraba las cuantiosas propiedades y rentas del antiguo monasterio en el valle del Tera, una vez extinguida la comunidad regular. No es posible establecer la fecha exacta para la creación de esta canonjía, pero aparece plenamente consolidada cuando termina el mandato de este obispo.

En 1228 el legado pontificio Juan, obispo de Sabina, establece unas nuevas constituciones para el cabildo y regula las asignaciones económicas de sus miembros. Las disposiciones reestructuraban la vida del cabildo asturicense, a instancias del obispo Nuño (1226-1241). Entre las cuatro abadías-dignidades consignadas se cita expresamente "la abadía que llaman de Santa Marta" con una asignación de 300 áureos. Las otra tres eran Compludo, Foncebadón y Santiago de Peñalba. El primer abad de estas características documentado en Santa Marta es Rodrigo Iohannes o Ibáñez, desde 1259. Este mismo personaje vuelve a aparecer en los años siguientes, y por tanto hay que relacionarlo de forma directa con la deposición de reliquias en Santa Marta de Tera realizada por el obispo Pedro Fernández el 29 de febrero de 1260.

Tanto el abad Rodrigo como el obispo Pedro Fernández aparecen conjuntamente en la documentación defendiendo los intereses patrimoniales de Santa Marta en varias ocasiones. Parece que el obispo estuvo especialmente involucrado en la recuperación de su prestigio y su solvencia económica por estos años. En 1259 tenemos noticia de una composición o acuerdo entre Rodrigo Iohannes, abad de Santa Marta de Tera, y don Viviano, abad del convento de San Martin de Castañeda, sobre los diezmos de las heredades en el sitio de Valmonio, del término de la iglesia de Vilella, propia de dicha abadía de Santa Marta, "a cuya composizión yntervino el señor don Pedro obispo de Astorga y puso su sello como también se pusieron los de dichos dos abades, el de la iglesia de Astorga y de tercero convento, todos cinco de zera pendientes en cordones encarnados. Su fecha en junio en la era de M.CC.L.XXXX.V.II. que corresponde al año de 1259".

El obispo Pedro Fernández volvió a visitar Santa Marta de Tera en el año 1261. A través del extracto de un diploma procedente del “Tumbo Negro de Astorga” sabemos que el 28 de noviembre se escrituró aquí una donación al obispo, y a la catedral, de unas heredades en “Uña de la Carballeda” (Uña de Quintana).

En 1262 el obispo está en Benavente interviniendo en una reclamación sobre los intereses de la abadía en la villa. El extracto que se ha conservado en la copia del Tumbo Negro de Astorga es el siguiente: "Requerimiento que hizo el señor obispo de Astorga don Pedro por si y por el abad de Santa Marta y el de Foncebadón a los jueces puestos por el rey en Benavente y a su concejo, sobre que providenciasen en el embarazo puesto por el arcediano de Benavente que priva que sus caseros en dicha villa labrasen las viñas y heredades, y que no se les comprase su pan y vino, y les hacía otras vejaciones, siendo así que el obispo y abades referidos eran vecinos de dicha villa y debían de gozar de los privilegios que todos los demás, sobre que respondieron darían parte de todo al señor obispo de Oviedo para que lo remediase, y donde no el consejo vería lo que se había de hacer en satisfacción de los agravios hechos a dicho señor obispo y abades. Pasó ante Gonzalo Miguélez notario público del concejo de Benavente".

Pedro Fernández también mantuvo una estrecha vinculación con la cofradía y hospital de Santa Marta de Astorga, instituida en la iglesia parroquial homónima, situada junto a la catedral. La fecha de su fundación no es conocida, pero diversas noticias apuntan a su pleno funcionamiento a mediados del siglo XIII. De todo ello se deduce una especial devoción del obispo por la patrona de Astorga. Ángel San Román en su "Historia de la beneficencia en Astorga" (1908) señala a este respecto lo siguiente:

"Por algunos escritos que se conservan, relativos a fundaciones hechas en ella, aparece que ya existía [la cofradía] a mediados del siglo XIII. Refiere uno de los escritos que la limosna de las bollas que se repartía el día de Santa Marta, no sólo a los cofrades, sino también a los pobres, que fueran a recibirla, la había dejado fundada el venerable don Pedro Fernández, obispo que fue de esta diócesis desde el año 1242 a 1265, como también dotó con la misma limosna la función que esta cofradía celebraba el lunes de Pascua de Pentecostés en la ermita o capilla del Espíritu Santo de la Cuesta. Y añade otra relación, que habla de lo mismo, que al dicho prelado se le llamaba el venerable y el limosnero. Sin duda en agradecimiento a la donación, era por lo que la cofradía cantaba todos los años el día de Santa Marta un responso sobre la sepultura de este obispo en la Catedral".

Contamos ya con varios estudios y monografías centrados en los aspectos históricos y artísticos de Santa Marta de Tera, entre ellos deben destacarse los de Fernando Regueras Grande, Augusto Quintana Prieto, José Manuel Rodríguez Montañés, Guadalupe Ramos de Castro o Mª Concepción Cosmen Alonso. En todos ellos, desde los trabajos pioneros de Manuel Gómez Moreno, se apunta a un primer edificio prerrománico correspondiente a la etapa fundacional. De él no quedarían más que muy leves indicios y algún elemento decorativo reaprovechado. En el templo románico que ha llegado hasta nuestros días es evidente la existencia de al menos dos fases constructivas.

La primera fase, la mayoría de los autores la inician a finales del siglo XI, pero con importantes actuaciones arquitectónicas y escultóricas que parecen situarse en las primeras décadas del siglo XII. Afectaría al plan general de la obra, con su planta de cruz latina, la cabecera, el transepto, los tres accesos y los muros de la nave hasta el arranque de las bóvedas. En el aspecto documental, este periodo tendría dos hitos significativos: por un lado, la donación del monasterio en 1063 por el rey Fernando I al obispo de Astorga Ordoño y, por otro, la donación de Alfonso VII en 1129 de todos los bienes del realengo y del condado situados dentro de su coto monástico. Este último documento resulta muy próximo en el tiempo con otra carta de 1128 en la que la infanta Sancha, hermana del rey, entregaba la iglesia de Santa María de Matilla al monasterio de Santo Tomé de Zamora, "noviter hedificato". Las similitudes y filiaciones estilísticas entre ambos templos son más que evidentes, especialmente en el aspecto exterior de su cabecera cuadrada.

La segunda fase, vendría condicionada por un cambio importante respecto al proyecto inicial. Podría tratarse simplemente de un nuevo impulso a la obra después de una interrupción durante varios años, o bien una intervención condicionada por un hundimiento o destrucción parcial del edificio, o por un incendio como apuntaba Gómez Moreno, a juzgar por ciertos indicios que observó en los muros del acceso occidental del templo. Esta fase tendría como actuación principal la cubrición de la nave mediante bóveda de arista. Los tres tramos se separan con arcos perpiaños, apuntados y doblados, que apean sobre simples repisas. Estas y otras actuaciones se suelen situar en los años finales del siglo XII, o ya bien entrado el siglo XIII. En el aspecto histórico, este momento debe relacionarse con cambios trascendentales en el estatus de la abadía de Santa Marta de Tera.

Sabemos de la participación del obispo Pedro Fernández en la consagración de al menos dos templos dentro de su diócesis. La más importante sería la de la propia catedral. No se ha conservado ninguna inscripción o testimonio escrito que detalle la fecha o las circunstancias de esta consagración, pero en una copia libraria del epitafio del monumento funerario del obispo se le atribuía, como uno de sus principales méritos, la consagración del templo catedralicio. Esta información vendría a avalar su participación en alguna de las fases constructivas de la iglesia de mediados del siglo XIII.

El epitafio, según Flórez, se conservaba en el "Manuscrito 37" del archivo de la catedral. El sepulcro se encontraba en la antigua Capilla de los Obispos, o de San Juan Bautista y San Pablo Apóstol, "hasta que le pasaron a otro sitio (en la pared de la puerta que mira al patio de Santa Marta, bajo una cruz pintada allí de quando consagró la iglesia)". En otra versión más amplia del epitafio se dice incluso que además consumar y consagrar la iglesia, la aumentó con muchos dones y que fue sepultado bajo un arco del templo. En opinión de Eduardo Carrero, el magnífico sepulcro medieval actualmente exhibido, fuera de contexto, en el Museo de la Catedral, tal vez deba relacionarse con este obispo, o con Pedro Andrés y Nuño, los tres vinculados con obras en la catedral durante el siglo XIII. El texto del Manuscrito 37, siguiendo siempre a Flórez, es el siguiente:

HIC REQVIESCIT FAMVLVS DEI PETRVS
FERNANDI ASTORICENSIS EPISCOPUS
QVI ECCLESIAM ISTAM CONSVMAVIT
ET CONSACRAVIT. QVI ETIAM REDIENS
DE EXERCITV DE GRANATA OBIIT APVD
ALBALA PROPE BENQVERENTIAM. VII.
IDVS IVNII. ET SEPVLTVS FVIT XIV. KAL.
IVLII. ANNO D. M. CC. LXV.
ORATE PRO EO
P. N. A. M.

La otra consagración consta por el epígrafe conservado en la iglesia de Faramontanos de Tábara (Zamora). Si bien el actual templo parroquial corresponde a una obra muy posterior, junto a la portada meridional hay empotrado un sillar de esquisto de 59,5 × 32 cm. que nos relata la dedicación de su fábrica a San Martín por el obispo Pedro de Astorga en la era 1283 (año 1245). La lectura y traducción de José Manuel Rodríguez Montañés es la siguiente:

PETRVS EPISCOPVS AS
TORICENSIS: CONSECRA
VIT: ISTAM ECCLESIA(m)
IN HONORE S(an)C(t)I MARTINI
SVB ERA MCCLXXXIII
VIII KALEND(as) M(ar)T(ia)S

Es decir, “El obispo Pedro de Astorga consagró esta iglesia (edificada) en honor de San Martín en la era de 1283 (año 1245) el 8 de las calendas de marzo (22 de febrero)”.

La lectura de las dos últimas líneas plantea algunos problemas de difícil solución. Máximo Gutiérrez Álvarez sugiere "era millesima ducentesima octogesima octava, octavo kalendas [...]". Esta datación correspondería al año 1250. Después de “kalendas” el texto se interrumpe abruptamente sin indicar el mes, aunque hay espacio suficiente para ello. La interpretación de Rodríguez Montañés respecto a la era MCCLXXXIII (año 1245) parece más convincente, pero no así las "kalendas martias", que además de algo forzada nos lleva a un 22 de febrero que no fue domingo, como prescribía la tradición de la Iglesia hispana para las consagraciones de templos. Revisando el calendario juliano del año 1245 resulta que el único día compatible con "VIII kalendas" que corresponda a un domingo sería el 24 de septiembre. No obstante, esta práctica de las consagraciones en domingo no siempre fue respetada, y sobre ello se podrían alegar varios ejemplos. como la catedral de Santiago, dedicada en 1211 "siendo la feria quinta de la segunda semana de Pascua" (21 de abril).

Epígrafe de consagración de la iglesia de San Martín de Faramontanos de Tábara (Zamora)

Vista de la nave de la iglesia de Santa Marta de Tera

Iglesia de Santa Marta de Astorga

viernes, 6 de enero de 2023

Breve historia de la tarjeta postal benaventana - José Arregui

Benavente (Zamora). Puerta de Santiago

Entre las noticias y anuncios publicados por el “El Heraldo de Zamora” en el año 1902, leemos la siguiente reseña:

“Hemos recibido una bonita colección de tarjetas postales que reproducen vistas de Zamora y que están sacadas de fotografías del Sr. Arregui. Consta de diez tarjetas la colección, que se venden al insignificante precio de siete reales, y es de esperar que dada su belleza y perfección en breve será agotada la primera serie. Le damos las gracias por su atención”.

Se trataba, por tanto, de una primera serie de postales zamoranas publicadas en el año 1902, que podemos identificar, sin dificultad, con una colección salida de los talleres madrileños de "Hauser y Menet". Uno de los ejemplares que hemos podido examinar está circulado en abril de 1903. No queda claro si Arregui, además proporcionar las fotos, fue también el editor. Entre las diez fotografías mencionadas encontramos dos vistas bien conocidas del Castillo de Benavente.

Son cartulinas de 140 x 90 mm. impresas en fototipia. En el anverso, las imágenes están rodeadas de unos generosos márgenes en blanco, con el objeto de ser aprovechados por el remitente para escribir el correspondiente mensaje. En el ángulo inferior izquierdo, se incluye el título de la imagen en mayúsculas, con una segunda línea identificativa de la colección "Serie A", y su numeración. El reverso está sin dividir, como ocurre con todas las ediciones anteriores a 1905. Está encabezado con los habituales títulos: "Tarjeta Postal. Unión Postal Universal. España". En el margen inferior izquierdo encontramos el logotipo de la prestigiosa casa "Hauser y Menet" de Madrid.

Los diez motivos de la serie son los siguientes:

Serie A. Núm. 1. ZAMORA. LA CATEDRAL
Serie A. Núm. 2. ZAMORA. ACEÑAS DE OLIVARES
Serie A. Núm. 3. ZAMORA. PUENTE ROMANO SOBRE EL DUERO
Serie A. Núm. 4. ZAMORA: RONDA DE LA CIUDAD
Serie A. Núm. 5. BENAVENTE (ZAMORA). CASTILLO DE LA MOTA
Serie A. Núm. 6. BENAVENTE (ZAMORA): PUERTA DE SANTIAGO
Serie A. Núm. 7. ZAMORA. PUERTA DEL PESCADO
Serie A. Núm. 8. ZAMORA. PUENTE METÁLICO
Serie A. Núm. 9. ZAMORA. VISTA PARCIAL
Serie A. Núm. 10. ZAMORA. CATEDRAL, PUERTA DEL OBISPO

José María Arregui editó por estos mismos años otra colección de tarjetas postales con motivos escultóricos de la Semana Santa de Zamora. En 1903 el Ayuntamiento autorizaba a la "Comisión de festejos" para adquirir varios ejemplares. Como fotógrafo y articulista colaboró en las revistas "La Ilustración Española y Americana", "Mediterráneo" y "La hormiga de oro", donde dedicó algún artículo al castillo. Las mismas dos vistas de Benavente fueron publicadas más tarde por Manuel Gómez Moreno en su "Catalogo Monumental de la Provincia de Zamora" (1927).

En 1925, Arregui publicó en "La hormiga de oro" un artículo dedicado al Castillo de Benavente acompañado, una vez más, de estas fotografías. Se da la circunstancia de que para entonces la fortaleza había sido prácticamente demolida, no quedando en pie nada de lo descrito en el texto. Su tenor es el siguiente:

Benavente. El Castillo de la Mota

"Después de cruzar la ría, como llaman los benaventanos a un canal de riego que pasa cercano a la villa, éntrase en ésta y siguiendo, calle arriba, subiendo siempre, llégase a la Plaza del Grano, llamada así porque en ella se celebran los mercados de cereales. Pasada esta plaza y por una larga calle, llamada de la Rúa, se llega a una meseta titulada la Mota, donde damos vista al señorial palacio, en ruinas, que hizo tan ilustre y con cuyas glorias vivió identificada tantos siglos la villa de Benavente.

A principios del presente siglo, aún quedaban en pie los vestigios que se ven en la fotografía: muros, torres coronadas de almenas y matacanes, redondas unas, cuadradas otras, arcos, etc., que daban idea de la grandiosidad y la belleza del castillo-palacio, en épocas pretéritas. Hoy, es posible que quede reducido a algún trozo de muralla. Sus sillares han servido de materiales de construcción y todas las modernas edificaciones de Benavente se levantaron con dichos sillares.

Desde el fallecimiento del último Pimentel, hace próximamente siglo y medio, ved en lo que ha venido a parar el esplendor de su desierta morada. Sólo quedan los jardines y más allá la dehesa de los Tamarales, cercada de densísima arboleda; el hermoso panorama que se domina desde lo alto de la Mota interminables bosques, salpicados de casas molinos, surcados por las sinuosas corrientes del Esla y del Órbigo, que reflejando, en su plateada superficie, el cielo y el paisaje, siguen su curso hasta unirse allá abajo, tomando el nombre del primero y perdiéndose de vista en el término de Santa Colomba de las Monjas.

A continuación de las ruinas del palacio-castillo se conserva aún parte de la antigua muralla con la Puerta de Santiago, que da acceso a la villa por la parte del Mediodía".

JOSÉ M.ª ARREGUI.

Benavente (Zamora). Castillo de la Mota

Zamora. Puerta del Pescado

Zamora. Aceñas de Olivares

Zamora. Puente romano sobre el Duero

Zamora. Ronda de la ciudad

Zamora. Catedral. Puerta del Obispo

Reverso de la serie de postales

Artículo de José María Arregui en "La hormiga de oro" (1925)

domingo, 25 de diciembre de 2022

Breve historia de la tarjeta postal benaventana - Fototipia "P. B. U." de Barcelona

Serie de postales de provincias españolas - 48. Zamora (anverso)

De la serie de mapas y principales motivos de las provincias españolas, editada por “P.B.U.” (de Barcelona), se incluye la postal número 48, correspondiente a Zamora. En el ángulo superior derecho vemos una vista general del Castillo de Benavente en ruinas. Estamos ante una de las primeras postales ilustradas que reproducen asuntos benaventanos. Esta serie no tiene el reverso dividido y su edición se suele situar hacia los años 1901-1903.

La imagen del castillo es una reproducción de un grabado xilográfico publicado en el año 1896 en "La Ilustración Española y Americana". La plancha original está firmada por el grabador Benigno Matute Parga, basada, a su vez, en una fotografía de José María Arregui de finales del siglo XIX. Arregui es también el autor de la única fotografía conocida de la puerta de Santiago, entrada principal de la fortaleza. Como fotógrafo y articulista colaboró en las revistas "Mediterráneo" y "La hormiga de oro", donde dedicó algún artículo al castillo. Las mismas vistas fueron publicadas más tarde por Manuel Gómez Moreno en su "Catalogo Monumental de la Provincia de Zamora" (1927).

El resto de motivos de nuestra postal evocan distintos aspectos y personajes de Zamora: un mapa de la provincia, el escudo de la capital, una vista general del puente de hierro sobre el Duero, una pareja ataviada con el traje típico, un retrato del poeta ilustrado Juan Nicasio Gallego (1777-1853) o una pintoresca alusión al vino de la tierra y a los garbanzos de Fuentesaúco. 

La litografía y fototipia "P. B. U." estaba situada en la calle Provenza de Barcelona, concretamente en el número 197. Las siglas corresponden a la empresa "Pertierra, Bartolí y Ureña. Taller de reproducciones gráficas". En la publicidad de la época ofrecía sus servicios recalcando como "especialidades de la casa: fototipia e imprenta, litografía, grabado, en todas sus manifestaciones". En alguna de las ediciones de este tipo de postales, junto al nombre de la fototipia, aparece como editor "Hermenegildo Prats.- Barcelona". Conocemos, al menos, dos versiones de las postales de la provincia de Zamora; una en blanco y negro y la otra coloreada. Este mismo dibujo sirvió de base para hojitas de propaganda de comercios y cromos coleccionables.

Durante los primeros años de la historia de la tarjeta postal ilustrada diversos editores afrontan la publicación de series de postales con motivos o tipos de carácter nacional. Entre ellas encontramos la de "Escudos de las Provincias Españolas" del editor e impresor «Hermenegildo Miralles» (1900); "Mapas y Motivos de las Provincias Españolas" del editor e impresor «Fot. P. B. U.» (1902); "Mujeres Españolas" y "Tipos Cómicos", ambas del editor «Saturnino Calleja» (1903); o "Atlas Geográfico de España y Portugal" editada por «Alberto Martín» (1912).

Respecto a Alberto Martín, en el año 1910 "El Heraldo de Zamora" anunciaba de la siguiente manera otra de su serie de postales, a la venta en la imprenta de Enrique Calamita, Santa Clara, 55:

"La casa editorial de Alberto Martín, de Barcelona, acaba de editar la segunda serie de "Postales geográficas", cada una de la cuales comprende una provincia española y se venden a 10 céntimos. Ha sido una idea excelente esta impresión cartográfica y que debe tener aceptación general y ser preferidas estas postales sobre todo para la clase escolar infantil y hasta de segunda enseñanza, por lo instructivas que dichas postales resultan sobre las que con tanta profusión se expenden con figurines y cromos que más que ayudar a la imaginación perturban y distraen la de los niños. Las recomendamos a los padres de familia, seguros de que quedarán satisfechos de adquirirlas para sus hijos".

Serie de postales de provincias españolas - 48. Zamora (reverso)

Cromo coleccionable de "Chocolates Louit" - Anverso

Cromo coleccionable de "Chocolates Louit" - Reverso

Castillo de Benavente, según un grabado publicado en 1896 en la revista "La Ilustración Española y Americana"

El Castillo de Benavente a finales del siglo XIX (fotografía de José Arregui)

Tipografía Litografía de Pertierra, Bartolí y Ureña (1901)

martes, 6 de diciembre de 2022

Breve historia de la tarjeta postal benaventana - José Ortiz Sicilia

Ábside de la Iglesia de Santa María

Hacia el año 1916 había en Astorga, una ciudad pequeña, pero con larga tradición periodística, nada menos que seis imprentas. Entre ellas, destacaba el establecimiento de J. Ortiz, por su prestigiosa trayectoria litográfica y su gran proyección en el ámbito regional y nacional para aquel entonces.

Hacia los años 1910-1912 José Ortiz Sicilia publicó una serie de postales de tema benaventano de gran calidad, tanto en el aspecto fotográfico como en la propia impresión. De ellas he podido ver trece ejemplares distintos con los siguientes asuntos:

BENAVENTE - Ábside de la Iglesia de Sta María
Alrededores de BENAVENTE
BENAVENTE - Calle de Alfonso XIII
BENAVENTE - Detalle de la Plaza Mayor - El Ayuntamiento
BENAVENTE - Detalle del patio del Hospital de la Piedad
BENAVENTE - El Antiguo Castillo
BENAVENTE - Paisaje de la Fuente Mineral
BENAVENTE - Paseos de la Mota Alta
BENAVENTE - Plaza del Grano
BENAVENTE - Puerta de San Juan y Escuelas públicas
BENAVENTE - Puerta lateral de la Iglesia de Sta María a la Plazuela de Convalecientes
BENAVENTE - Puerta lateral de Sta María
BENAVENTE - Vista panorámica desde el Castillo

La serie está compuesta por postales impresas sobre cartulina de 140 x 90 mm. En el anverso el título se detalla con el nombre BENAVENTE, en mayúsculas, seguido de un guion largo y la descripción de la imagen en minúsculas. El reverso está dividido por una doble línea de puntos en vertical. Está encabezado por los títulos: “Tarjeta Postal. Unión Postal Universal. España”. La parte izquierda está reservada para la “Correspondencia” y la derecha para la “Dirección”. No todos los ejemplares llevan la marca identificativa de “José Ortiz Sicilia”. Sobre la fecha de edición hay algunas referencias bastante precisas. El reverso dividido nos lleva a una fecha posterior a 1905. Existe un ejemplar circulado en Cuba en febrero de 1913, por tanto, la serie debe ser anterior.

Alrededores de Benavente

Calle de Alfonso XIII

Detalle de la Plaza Mayor - El Ayuntamiento

Detalle del patio del Hospital de la Piedad

El Antiguo Castillo

Paisaje de la Fuente mineral

Paseos de la Mota Alta

Plaza del Grano

Puerta de San Juan y Escuelas públicas

Puerta lateral de la iglesia de Santa María a la Plazuela de Convalecientes

Puerta lateral de Santa María

Vista panorámica desde el Castillo
 
Reverso de un ejemplar con el sello del editor

Publicidad de José Ortiz del año 1920

domingo, 27 de noviembre de 2022

Breve historia de la tarjeta postal benaventana - Gráficas Piorno

Parque de Ramón y Cajal

Antonio García Santiago Piorno regentó una imprenta y librería enclavada, en un principio, en el número 32 de la Rúa. Era hijo de Antonio García Piorno y Antonia Santiago Rodríguez. En anuncios publicitarios del año 1940 ofrecía sus servicios en esta céntrica vía, rebautizada al acabar la Guerra Civil como calle de José Antonio.

El 15 de diciembre de 1942 consta la adquisición en traspaso de otra imprenta que había fundado en 1916 Aquilino Guerra, con lo que “Gráficas Piorno” pasó a situar sus oficinas y librería en número 6 de la calle José Antonio, mientras que sus talleres se ubicaban en la calle Queipo de Llano, 11. En la documentación oficial la propietaria del negocio era Amalia Guerra Sánchez Moreno, mientras que Antonio García Santiago figuraba como gerente.

A partir de entonces, “Gráficas Piorno” se presentaba al público como imprenta, papelería y librería. En un anuncio de 1945 ofrecía a sus clientes “sus talleres tipográficos especializados en tricomías e impresos de calidad”. En 1946 el negocio se reconvierte en lo que será "Gráficas Unidas", con locales y talleres ubicados en los mismos emplazamientos. Gráficas Piorno editó una serie de doce postales de tema benaventano y de unas características muy particulares:

BENAVENTE. Hospital de la Piedad.- Claustro
BENAVENTE. Hospital de la Piedad.- Puerta
BENAVENTE. Parque de Ramón y Cajal
BENAVENTE. Plaza de España
BENAVENTE. Restos del Castillo de la Mota
BENAVENTE. Santa María la Mayor.- Ábsides
BENAVENTE. Santa María la Mayor.- Crucero
BENAVENTE. Santa María la Mayor.- Interior
BENAVENTE. Santa María la Mayor.- Nave Central
BENAVENTE. Santa María la Mayor.- Puerta lateral y Ábsides
BENAVENTE. Santa María la Mayor.- Puerta Principal
BENAVENTE. Vista panorámica

Se trata de postales impresas sobre cartulina de 141 x 91mm. El tipo de papel empleado es poroso y de no muy buena calidad. La edición es bastante mediocre en todos los sentidos, tanto en el diseño, en la nitidez de las imágenes, como en el poco esmero tenido en su selección. Las fotografías son en gran parte recicladas de otras postales e imágenes de épocas distintas. Así, en las vistas de la iglesia de Santa María del Azogue se mezclan fotos del templo antes y después de la restauración de Alejandro Ferrant (1932). La Plaza Mayor aparece rotulada como "Plaza de España", pero se reproduce la foto de una postal anterior en la que se leía "Plaza de la República".

Otra de las peculiaridades de esta edición es que las postales se podían adquirir de forma individualizada o agrupadas en un acordeón bajo el título: "Recuerdo de Benavente". Debido a esta circunstancia, varios de los ejemplares vistos presentan un corte irregular del papel, consecuencia de haber sido separados manualmente de la carpeta original. En la colección que he podido consultar se anuncian "10 vistas" en la portada, pero en su interior encontramos un total de doce. En la contraportada leemos: "Imprenta, librería y papelería Piorno. Benavente".

Hospital de la Piedad.- Claustro

Hospital de la Piedad.- Puerta

Plaza de España

Santa María la Mayor.- Crucero

Santa María la Mayor.- Interior

Santa María la Mayor.- Nave Central

Santa María la Mayor.- Puerta lateral y Ábsides

Santa María la Mayor.- Puerta Principal

Vista panorámica

Reverso de la serie de postales

Publicidad de Antonio García Santiago Piorno en 1940

Publicidad de Gráficas Piorno del año 1944


Publicidad de Gráficas Piorno del año 1945