viernes, 28 de mayo de 2021

Una mirada a la villa de Benavente en el siglo XIII

Privilegio de Sancho IV al concejo de Benavente. Año 1285 (Archivo Municipal)

Benavente se asoma a la decimotercera centuria de la mano de la monarquía de Alfonso IX (1188-1230). Si bien fue Fernando II el auténtico fundador de la villa, la labor repobladora continuó de forma muy intensa durante el reinado de su hijo y sucesor. Su actuación fue al menos tan importante como la de su padre, pues garantizó la viabilidad de la nueva población y su expansión, tanto en el plano urbano como en su proyección sobre su amplio alfoz

García Gallo, después de un minucioso análisis de las cartas forales de Parga y Llanes, llegó a la conclusión de que Alfonso IX otorgó un nuevo fuero a Benavente en fecha indefinida. Su contenido debió consistir básicamente en la reelaboración de un fuero extenso a partir de la recopilación de las disposiciones regias anteriores y las propias normas establecidas por el Concejo. Podemos reconstruir varios de sus parágrafos a partir de otros textos conservados. Este nuevo fuero alcanzaría un gran prestigio y fue otorgado durante las siguientes décadas a numerosas villas leonesas, gallegas y asturianas.

La actividad constructiva en Benavente desde finales del siglo XII fue muy intensa. Al impulso inicial, patrocinado por la monarquía, hay que añadir la iniciativa de los propios vecinos, de las instituciones eclesiásticas, de algunos miembros de la nobleza y de las órdenes militares. Buena parte de las referencias documentales relacionadas con Benavente en estos años se refieren a la edificación, consagración y dotación de nuevas iglesias, signo inequívoco del establecimiento de pobladores y de la creación de nuevos barrios. Según el fuero, la condición de vecino se adquiría teniendo casa poblada en la villa.

Con estos sólidos fundamentos, a principios del siglo XIII el desarrollo del casco urbano sobre la base del primitivo cerro fortificado era ya muy apreciable. Documentamos un alto número de parroquias o "collaciones", con su población correspondiente, como Santa María del Azogue, Santa María de Ventosa, San Martín, San Miguel, San Juan del Mercado, San Salvador, San Andrés o el Santo Sepulcro. Algunas de estas "pueblas" estaban relativamente próximas entre sí, pero otras como el "Burgo de los Judíos" o el barrio de Ventosa se encontraban en el extrarradio.

La construcción de una primitiva cerca, hecha principalmente de tapiales de barro, contribuyó a aglutinar las distintas pueblas. A ella seguiría un segundo recinto murado, con seis puertas principales, que acabaría acogiendo los nuevos barrios surgidos en la época de la repoblación. De esta forma, con el aumento del número de vecinos y la consiguiente cohesión de los núcleos iniciales, la ciudad adquirió una cierta unidad espacial.

Al hilo de este desarrollo, algunas de las nuevas órdenes mendicantes decidieron establecerse en la pujante villa. Es el caso de los monasterios de San Francisco, Santo Domingo y Santa Clara (este último con un primer asentamiento en los arrabales). Todos ellos fueron fundados en la segunda mitad de la centuria, a los que habría que añadir el cisterciense de San Salvador, en Santa Colomba de las Monjas, refundado en 1181 y muy ligado al concejo benaventano. La necesidad de repartirse racionalmente el suelo disponible, delimitar sus ámbitos de actuación y atender la cura de almas condicionó la disposición de los diversos conventos en el tejido urbano y las relaciones entre ellos.

En el siglo XIII Benavente pasó a ocupar un lugar central dentro del sistema de comunicaciones del reino leonés. Los accesos a la villa fueron facilitados y mejorados con la construcción de dos puentes de piedra, probablemente en época de Alfonso IX. Uno sobre uno de los brazos del río Órbigo, al pie de la una de las puertas de la muralla, y el otro sobre el río Esla, en Castrogonzalo.

Estas y otras circunstancias, por sí solas, explican que Benavente fuera elegida en varias ocasiones como sede para la celebración de asambleas y reuniones de cierta entidad. En ellas se tomaron decisiones que afectaron de forma trascendente al devenir del reino. Son varias las convocatorias solemnes de las que tenemos noticia desde finales del siglo XII. Conocemos la convocatoria por Fernando II de un "concilium" en marzo de 1181, en el que se ventilaron ciertos asuntos relacionados con las donaciones regias. En marzo de 1202 hay constancia de una "curia plena", a la que asistieron obispos, vasallos del rey "et multis de qualibet uilla regni mei". Tenemos distintas informaciones indirectas acerca de unas cortes convocadas por Alfonso IX, según todos los indicios en agosto de 1228, con la participación de obispos, abades y representantes de las órdenes. En diciembre de 1230 se reunió en Benavente el Capítulo General de la Orden de Santiago. Por estas mismas fechas se sancionaba en la ciudad el acuerdo familiar entre Fernando III y sus hermanas Sancha y Dulce, que ponía fin a la separación política de los reinos de Castilla y León. Esta trascendental asamblea, en base a sus características y asistentes, ha merecido la calificación de cortes por varios autores. 

En mayo de 1283 se reunió en la villa una junta de obispos, abades, priores y procuradores de las catedrales, iglesias y monasterios de los reinos de León y Castilla. En este mismo mes y año también fue convocada una Hermandad de los reinos de León y Galicia, en la que se trató de la confirmación de los privilegios de los reyes.

En el aspecto político y militar, Benavente se vio inmersa en los conflictos fronterizos mantenidos entre León y Castilla durante el periodo de separación de ambos reinos. En época de Alfonso IX, estos enfrentamientos dieron lugar a un ataque fallido a la ciudad por las huestes de Alfonso VIII en el año 1196.

Según narra la Crónica latina de los Reyes de Castilla, el monarca castellano, penetrando por Castroverde de Campos, llegó hasta Benavente, donde se encontraba Alfonso IX junto con una guarnición mixta de musulmanes y cristianos, fortificados detrás de los muros de la población: “Después, avanzando más, se acercaron a Benavente, en donde estaba el rey de León con los moros y cristianos vasallos suyos, y llegaron hasta Astorga, y algunos incluso hasta Rabanal y otros hasta el comienzo de la tierra que se llama El Bierzo”.

La unión definitiva de los dos reinos en 1230 pondría fin al conflicto sucesorio y fronterizo. Como ya se apuntó, se firmó la paz y concordia en Benavente con la presencia en la villa “de las dos reinas, el rey, sus hermanas y los arzobispos toledano y compostelano, y muchos barones y concejos”. Pero esto no significó, en un principio, la desmovilización de la milicia concejil benaventana. Su potencialidad como fuerza ofensiva fue desviada hacia las campañas andaluzas. Lucas de Tuy recoge la encendida arenga de Fernando III a los caballeros de Benavente y Zamora al conocer que tropas cristianas habían entrado en Córdoba y solicitaban el auxilio del monarca:

"Que en esse tiempo y punto dixo a los de Benavente y Çamora y a los otros de alderredor: si alguno me es amigo y fiel vassallo, sígame".

La demanda de efectivos fue inmediatamente respaldada, de forma que una compañía de unos cien caballeros, con todas las armas y pertrechos necesarios para la ocasión, acompañó a Fernando III hacia las tierras de Andalucía en aquel invierno “muy lluvioso” de 1236.

El extracto de un documento perdido del Archivo Municipal nos permite conocer algunos detalles de un nuevo conflicto bélico en el que se vio inmersa la ciudad en época de Fernando III. Por él sabemos que, en el año 1256, Alfonso X había otorgado un privilegio a Benavente eximiendo a los mercaderes y demás vecinos de la villa de pagar repartimiento alguno que se les echase para el servicio de los reyes, “por estar muy deteriorada con las guerras y daños que había padecido en tiempos del rey don Fernando, su padre, contra los enemigos de la corona”.

Esta alusión tan temprana a los mercaderes benaventanos nos sugiere los factores que favorecieron el desarrollo en la villa de una floreciente actividad artesanal y comercial.

Por una parte, la considerable extensión de su alfoz concejil, que incluía un vasto territorio de gran diversidad geográfica y económica. Sus límites abarcaban buena parte del norte de la actual provincia de Zamora, desde las estepas cerealistas de Tierra de Campos hasta las zonas montañosas de la Carballeda, de vocación preferentemente ganadera. La villa principal se convirtió así, además de en un centro de poder político, en un referente económico para los habitantes de las aldeas, donde acudían a proveerse de todo tipo de bienes y servicios. Por otra parte, su estratégica situación en un nudo importante de comunicaciones, lugar de paso obligado y punto de encuentro de los más variados flujos mercantiles del reino de León.

Ya desde 1222 hay constancia del establecimiento por Alfonso IX de una feria en el puente antiguo de Castrogonzalo, relacionada sin duda con el movimiento de población, mercancías y ganados en torno a este paso del Esla y la protección ofrecida por su castillo. La feria franca, de quince días, tenía lugar en torno a la festividad de Santa Marina (18 de julio).

En 1228 se menciona la iglesia de Santa María del Azogue de Benavente, lugar donde presumiblemente se celebraría el mercado diario. Respecto al mercado semanal, celebrado tradicionalmente los jueves junto a las iglesias de San Juan y San Nicolás, la primera mención data de 1270, año en que se menciona la “calleya que va de la carnicería pora el mercado”, aunque su origen debe ser bastante anterior en tiempo.

Con estos antecedentes, la concesión de una feria franca a Benavente por Alfonso X en 1254 vino a culminar este proceso, convirtiéndose en un estímulo más para el desarrollo económico y social del Concejo. El pergamino original se conserva en el Archivo Municipal. Según su tenor, la voluntad del rey era favorecer a los vecinos: "esto fago por saber que he de les fazer bien e merçet, e porque la villa sea mayor, e mejor, e más poblada". La celebración tendría lugar tres semanas después de la Pascua de Resurrección, y su duración sería de quince días. El texto se completa con la concesión de las habituales franquezas y libertades a los concurrentes a la villa en estas fechas.

Alfonso X fue un monarca que manifestó un gran interés por gestionar adecuadamente el importante crecimiento económico de su época y planificar el espacio mercantil dentro de las fronteras de su reino. Una línea significativa de esta innovadora política económica consistió en dotar a los centros urbanos de los adecuados instrumentos para el trato y el negocio. A partir de los años centrales del siglo XIII son numerosas las concesiones de ferias a diversas villas, pero siempre bajo una concepción general ordenadora y jerarquizadora. En esta época, tenemos constancia documental de una docena de ferias, a las que se añadieron no menos de 25 nuevas antes de acabar su reinado. Así, por ejemplo, en el área de la Cuenca del Duero se impulsaron las de Valladolid, confirmadas en 1263, como ferias principales, y posiblemente fundó o favoreció las de Alba de Tormes, Benavente, León y Salamanca, para completar así el mapa de las ferias comarcales y regionales preexistentes.

Sin embargo, la creación de esta feria de Benavente debió producir algunos desajustes en los ciclos feriales del entorno. La elección de las fechas nunca era arbitraría, obedecía a un plan preestablecido, evitando las coincidencias en el calendario. En 1273 la feria de Pascua de Pentecostés de Salamanca se trasladó al primer domingo de Cuaresma para no coincidir con la de Benavente. La concesión fue también obra de Alfonso X, parece ser que con los buenos oficios del juez salmantino don Giral. Al menos, con este nombre de "Feria de don Giral" fue conocida la feria salmantina durante mucho tiempo.

Las dos últimas décadas del siglo XIII fueron particularmente negativas para Benavente y su tierra. A la coyuntura económica depresiva general que caracteriza la segunda mitad de la centuria en la Corona de Castilla, hay que añadir otras circunstancias desfavorables que afectaron especialmente a la villa. Diversas fuentes nos informan cómo la ciudad se vio involucrada de una forma directa en los enfrentamientos entre el rey Alfonso X y su hijo, el infante don Sancho, por la cuestión sucesoria. Según nos refiere Ledo del Pozo, el infante negoció con el concejo la adhesión de la villa a su causa, obteniendo una respuesta positiva. Pero todo apunta a que su apoyo debió suponer para los vecinos un notable esfuerzo fiscal y militar.

En este contexto, un privilegio otorgado por Sancho IV en 1285, pocos meses después de asumir definitivamente el trono, venía a recompensar a la ciudad por los servicios prestados, intentando, a la vez, poner remedio a la grave situación por la que atravesaba: “Por fazer bien e merced al conceio de Benauent, e porque nos fizieron entender que la villa era muy despoblada, e porque se pueble meior, e ellos sean más ricos e más abondados”. Esta carta de 1285 se ha venido considerando una nueva “repoblación” de Benavente, relacionándola con algunas iniciativas artísticas.

Esta necesidad urgente de atraer nuevos pobladores y de retener a los ya existentes se tradujo en una reducción significativa de las cargas militares de los vecinos: “E si el Conceio de Benavent, o omes contados, ovieren de yr en hueste, que vaya uno dellos por tres. E mandamos que ayan parte en pastos, en aguas, en montes, en fuentes, e en todas las franquezas e libertades que han el Conceio de Benavent e deven aver”. Los nuevos pobladores obtenían así una merma apreciable de la fiscalidad regia, “tres a un fuero”, viendo reducida su contribución a la tercera parte, pero disfrutando de los bienes comunales (pastos, aguas, montes, fuentes, etc.) en las mismas condiciones que el resto de los vecinos. Para evitar que la llegada de nuevos pobladores pudiera suponer una merma de los ingresos de la Corona, Sancho IV especifica que estos nuevos vecinos deben de provenir de heredades de abadengo, señorío u órdenes militares, pero no del realengo.

Tenemos noticias de otras iniciativas de Sancho IV relacionadas con Benavente. Siendo infante, y con la cuestión sucesoria aún sin despejar, promovió con varias cartas la fundación del monasterio de Santo Domingo. En ellas se presentaba como "fijo mayor et heredero del muy noble don Alfonso".

En el entorno de ambos reinados hay que situar una nueva fase constructiva del templo principal de la villa: Santa María del Azogue. Su extensión es bien visible en la fábrica del templo, pues se utilizó un tipo de piedra más porosa, bien distinta a la fase inicial románica. Se termina el crucero, se elevan los pilares que separan las naves y se rematan los muros perimetrales.

En octubre de 1284 y febrero de 1286, siendo ya rey, Sancho residió en la villa durante varios días, probablemente en su castillo. Son varios los privilegios reales despachados por la cancillería regia en estas jornadas. En relación con ello hay que citar los maravedís asignados al concejo para los gastos del "alcázar".  En cuentas de 1284, 1285 y 1286 se dice que a Juan Ruiz se le dan 6.000 mrs. "para rretençia del alcáçar" de Zamora, y al Concejo de Benavente "las rentas que pertenecen al alcáçar di de Benavente", nombrándose también "el alcáçar de Salamanca".

En 1295, Sancho IV confirmó ciertas exenciones a las aldeas del alfoz de Benavente que eran behetrías, y que deseaban hacerse vasallos del rey. A todos ellos se les permitió acogerse a los mismos beneficios fiscales concedidos anteriormente a la behetría de Fuentes de Ropel: "quatro a un fuero", esto es la cuarta parte de la contribución habitual de los pecheros.

La minoría de edad y el reinado de Fernando IV (1295-1312) están marcados por una sucesión de rebeliones, guerras y revueltas que sumieron al reino de Castilla en una profunda crisis política, complemento de la coyuntura depresiva general asociada a los años finales del siglo XIII. Nueve años tenía Fernando cuando murió su padre, Sancho IV. En estas circunstancias la figura de su madre, la reina María de Molina, adquirió un papel fundamental en el panorama político del reino, defendiendo el trono de su hijo contra los sucesivos asaltos al poder real protagonizados por miembros de su propia familia y de la nobleza.

La evidente debilidad manifestada por la monarquía en estos años llevó a la concesión, y en su caso confirmación, de toda suerte de mercedes y privilegios para asegurarse el apoyo de los concejos. Buena prueba de ello es un grupo de documentos conservados en el Archivo Municipal de Benavente correspondientes a este reinado.

En julio de 1295, Benavente se acogió a la Hermandad de los reinos de León y Galicia. Ante la preocupante inestabilidad política, los 33 concejos firmantes planteaban reivindicaciones con dos grandes objetivos: moderar las exigencias del rey y erradicar la violencia de los poderosos.

En agosto de este mismo año de 1295, aprovechando la reunión de Cortes en Valladolid, el Concejo obtuvo una confirmación general de los fueros, privilegios y franquezas de los reyes anteriores y una prohibición a los merinos y adelantados para que no actuaran en Benavente, ordenando que fueran los alcaldes de la villa los que impartan la justicias conforme a su fuero.

Todas estas iniciativas, junto con otras, decantaron a la villa hacía el bando real. Sin embargo, este apoyo tuvo graves consecuencias para la ciudad. El infante don Juan, tío del monarca, protagonizó un violento asedio a la villa de Benavente en el que perdieron la vida muchos vecinos. Para paliar esta situación, en 1297 Fernando IV eximió a la villa de la mayor parte de los tributos regios: "en reconocimiento del valor que tuvieron en la guerra y combates que se la dio para su rendimiento por el infante don Juan y otros caballeros que tomaron la voz contra su majestad, matando mucha gente, quemando los arrabales y los frutos, cortando las viñas y los árboles y haciendo otros daños, les concedió su privilegio real y les libertó para siempre jamás de ningún tributo real sino la moneda forera de siete en siete años".

domingo, 23 de mayo de 2021

La comunidad protestante de Castrogonzalo (Zamora) hasta los inicios de la Guerra Civil

Grupo de hermanos evangélicos de Benavente y comarca con motivo de la inauguración de la Capilla en Benavante en 1932

Por Rafael González Rodríguez y Víctor Iturbe Martínez

"Asambleas de hermanos" (AA. HH.), "Hermanos de Plymouth" o "Hermanos abiertos", son algunas de las denominaciones con las que se conoce el movimiento congregacionista protestante surgido en Dublín (Irlanda) hacia 1826. En su origen, se presentaba como una alternativa para un sector crítico con la excesiva ritualización que estaba adquiriendo el culto anglicano.

Los primeros pasos de las Asambleas de Hermanos en Zamora han sido glosados por David y Luis Santamaría del Río en su obra "Los otros creyentes". Su asentamiento en la provincia parece documentarse desde principios del siglo XX y se relaciona con la actividad de los misioneros ingleses Guillermo Willies y Arturo Shallis. El primer núcleo misionero se localiza en Barcial del Barco, donde existía una parada del ferrocarril, y cierto jefe de estación comenzó a interesar a los vecinos en el conocimiento del Evangelio. Desde Barcial el núcleo originario se extiende a Castrogonzalo. Arturo Shallis trasladó aquí su residencia y acondicionó un pequeño espacio para reuniones.

Otra de las figuras destacadas en la actividad de la comunidad protestante en la comarca en estos años será el veterinario Audelino González Villa (1901-1984). Según las notas biográficas publicadas por su hijo, Rodolfo A. González Vidal, había sido bautizado por inmersión en la iglesia evangélica de Toral de los Guzmanes en 1919, junto con Abigail Vidal Somoza, la mujer con la que años después formaría su familia. Su suegro, Ventura Vidal, fue uno de los colportores de la región, originario de Jiménez de Jamúz. En 1927 tomó posesión de la plaza de veterinario de Fuentes de Ropel, lo cual le permitió frecuentar y atender a la iglesia evangélica de Castrogonzalo. Colaboró, igualmente, con Arturo Shallis en sus predicaciones en La Torre del Valle y Benavente. Fue también un reconocido bibliófilo, llegando a poseer una riquísima colección de biblias antiguas y modernas, unas 15.000 en total, así como libros antiguos de veterinaria.

Tanto Shallis como González Villa contribuyeron de forma decisiva al mantenimiento y la expansión de la Obra, ministrando de una forma frenética en el entorno de Benavente y su comarca. Se les documenta con frecuencia atendiendo a las congregaciones locales, participando en actos religiosos, visitando a los enfermos y asistiendo a funerales. La creciente presencia pública de los protestantes en la vida social de estos pueblos no fue bien acogida por todos, y dio lugar episodios de tensión con las autoridades eclesiásticas y civiles. En Castrogonzalo, la celebración de un entierro en 1930 originó roces con el cura párroco, y con una "autoridad local", que acabaron en el juzgado:

"El lunes 24 de noviembre tuvo lugar, en Castrogonzalo (Zamora), el entierro de una fallecida hermana de aquella congregación, al cual asistieron buen número de creyentes de La Torre y Pobladura del Valle y una gran concurrencia de amigos y vecinos, que no se habían dejado intimidar por las conminaciones del cura párroco en su sermón del Domingo. La importante manifestación de simpatía y de interés por el Evangelio provocó el enojo de alguna autoridad local, que asistió al acto, interviniendo de una manera irrespetuosa y arbitraria. Con la gorra calada hasta las orejas, se creyó con derecho a determinar el momento en que había de darse tierra al cadáver, sin esperar a que se celebrara, con el orden debido, el culto de sepelio. El pastor, D. Arturo Shallis, acompañado de D. Audelino G. Villa, han visitado al juez de Instrucción, en Benavente, para hacer la correspondiente denuncia contra la conducta de la mencionada autoridad local. Es de esperar que la justificadísima queja sea atendida para enseñanza de gente que no acaba de aprender cómo deben respetarse las convicciones religiosas y los derechos de ciudadanos honrados".

Además de la actividad estrictamente pastoral, Shallis y González Villa promovieron la celebración de conferencias o "mítines" que gozaban de una especial aceptación entre el círculo de creyentes y simpatizantes. Estos actos eran una oportunidad para desplegar sus reconocidas dotes de oratoria. Cuando las circunstancias lo permitían, se invitaba a participar a personalidades relevantes de otras congregaciones o a misioneros que se encontraban visitando la región en aquel momento. A modo de ejemplo, contamos con la siguiente nota de prensa recogida en la revista "España evangélica" en el año 1932:

"Fuentes de Ropel (Zamora). El pasado Jueves Santo tuvo lugar, al aire libre, en esta villa campesina, un mitin de afirmación evangélica. Dio principio al acto el Sr. González Villa, veterinario municipal de la localidad, poniendo de relieve lo que debe España a la despótica y anticristiana Iglesia de los papas. Hace constar que, contra lo que algunos piensan, vienen a realizar un acto de afirmación del Evangelio eterno, porque para escarnecerlo se sobran — dice — esos actos idolátricos que en estos días se celebran. Le sigue el Sr. Shallis, de Castrogonzalo, narrando algunas de las dificultades con que ha tropezado la profesión de evangélico en la España contemporánea y termina haciendo un llamamiento al público para que acepte al Cristo de los Evangelios. Acto continuo hace uso de la palabra el señor Conde, de Santo Tomé, quien dice que a la conducta viril de los soldados evangélicos se debe la conquista para España de muchas libertades, terminando con un discurso sobre el pecado, sus consecuencias y medio de librarse de la última: la condenación eterna. Se repartieron centenares de Tratados y Evangelios, que el público arrebató ávidamente, y muchos mostraron deseos de que se les siga hablando de estas cuestiones".

Entre 1930 y 1931 el Papa Pío XI, por medio del Secretario de Estado, pide al Nuncio Tedeschini un informe exacto y completo de las diversas confesiones cristianas en la Península. De fondo está presente una creciente preocupación de la Iglesia por el desarrollo del protestantismo en España. El informe hace un recuento de los protestantes españoles y extranjeros en cada una de las diócesis. En la diócesis de Astorga se señala que se cuentan, desde 1912, seis españoles en Castrogonzalo; en Torre del Valle, ocho españoles "que por enemistad con el párroco llamaron a los protestantes; en Barcial del Barco, no hay prosélitos, pero el pastor va dos veces a la semana". La transcripción de este documento por José Ramón Hernández Figueiredo revela otros interesantes datos sobre la actividad de la comunidad en nuestra localidad en vísperas de la II República:

"Se cuentan una (capilla) en Castrogonzalo en la que se celebran cultos que consisten en leer y comentar la Biblia. En invierno se hacen representaciones cinematográficas a las que el público especialmente la juventud asiste porque la entrada es gratuita [...] A Torre del Valle va también el pastor de Castrogonzalo. Celebra el culto cada domingo en una casa particular donde al principio iba mucha gente por curiosidad, pero ahora se ha reducido a algunos enemigos del párroco. Los otros del pueblo ven con desprecio la acción protestante".

En 1932 se establece la Obra en Benavente, con la participación de Eduardo Thornton C. Turrall y otros colaboradores ingleses, como los misioneros Juan Biffen y Gabriel Bermejo. El punto de partida son una serie de conferencias celebradas en los locales del "Industrial Cinema", en la Rúa, en las que participan Arturo Shallis, Audelino González y otras personalidades. En el mes de febrero de este año el periódico "El Heraldo de Zamora" se hacía eco de la expectación creada en la ciudad con estas charlas:

"Se ha inaugurado con una serie de conferencias, la nueva Capilla evangélica en esta ciudad, a cargo del elocuente y culto pastor don Miguel Aguilera. La dirección de estos actos está a cargo del venerable don Arturo Shallis, de la Capilla del vecino pueblo de Castrogonzalo. Tanto la celebrada en el "Cinema Benavente", como las que se están celebrando en la Capilla de la plaza del capitán García Hernández, se han visto totalmente llenos los locales, de público distinguido".

La inauguración de esta capilla benaventana, en febrero de 1932, fue el momento elegido para inmortalizar a esta selecta y pintoresca comunidad con una foto de familia. En ella encontramos a prácticamente todos los protagonistas de nuestro relato. Acudieron, vestidos para la ocasión, al estudio de Pablo Testera, en la Plaza de Santa María. La foto fue publicada pocas semanas después en la revista "España Evangélica". El pie de foto reza: "Por tierras de Zamora. En Benavente se ha inaugurado hace unas semanas una capilla evangélica. En esta fotografía ofrecemos a algunos hermanos de dicha localidad y pueblos cercanos". Hemos podido identificar a buena parte de ellos. De otros tenemos algunas conjeturas, pero no certezas. De la foto original se hicieron varias copias, conservadas como reliquias por algunos de los familiares de los retratados. Otra copia se expone en la actualidad en la "Capilla Evangélica Asamblea de Hermanos" de Benavente, en la calle de Santa Rosa.

En junio de 1933 Arturo Shallis falleció durante un viaje a Inglaterra, con lo que Audelino González va a asumir gran parte de la responsabilidad en las funciones pastorales, al menos hasta la llegada de Gabriel Bermejo en noviembre de ese mismo año. Audelino había sido nombrado inspector veterinario municipal de Benavente en octubre de 1933. La noticia del fallecimiento inesperado de Arturo Shallis provocó una gran conmoción en toda la comarca. En la revista “Edificación cristiana” de Septiembre-Octubre de 1964 se publicó el testimonio del misionero Federico H. Gray sobre su ministerio en España. Grey puede considerarse otro de los pioneros en el área de Valladolid y Zamora, vinculado a la Iglesia Evangélica de los Hermanos y al Colegio Evangélico de Valladolid:

"El 19 de junio fuimos muy penosamente sorprendidos por un telegrama de Inglaterra anunciándonos que don Arturo Shallis había fallecido inesperadamente después de una operación, y pidiéndonos que comunicáramos esta triste noticia a su esposa, quien se hallaba en Castrogonzalo con su hijo, cuidando de la obra. Doña Josefina Greening se fue tan pronto como pudo a este pueblo para darles este penoso informe, y doña Elena Shallis y su hijo se dispusieron precipitadamente y marcharon a Inglaterra en seguida para estar presentes en el entierro, el segundo de este año".

Tras el fallecimiento de Arturo Shallis, parece que Eric Gabriel Bermejo (1896-1935) asumió sus funciones y se instaló definitivamente en el área de Benavente, viviendo con su familia en Castrogonzalo. Anteriormente había desarrollado su actividad en Asturias, colaborando con su cuñado Juan Biffen en la creación de una nueva capilla de Gijón. Casó con una italiana: Lidia Arnera, de la que tuvo tres hijos: un varón y dos mujeres. Murió en Castrogonzalo en abril de 1935, cuando apenas contaba con 39 años de edad. En junio de 1936 su viuda realizaba algunos trámites relacionados con la expedición del pasaporte de residencia. Poco después, en compañía de sus tres hijos, regresó a Inglaterra, probablemente huyendo de la guerra en España. El hijo varón: Eric Raphael Bermejo (1931-2019) siguió los pasos de su padre y ejerció también el ministerio evangelista. Había nacido en Gijón en 1931. Su actividad misionera se repartió por España, Inglaterra, Francia e Italia. En los escritos de Federico H. Gray también hay un recuerdo para el fallecimiento de Gabriel Bermejo en Castrogonzalo en 1935:

"El lunes, después del domingo de la gloriosa resurrección, recibimos la tristísima noticia del fallecimiento de nuestro querido hermano don Gabriel Bermejo, y, en seguida, me puse en camino para Castrogonzalo. Cuánta pena me causó entrar en aquella casa donde sólo diez días antes le había dejado relativamente bien, y ahora hallar una viuda con sus tres hijitos. El día siguiente se efectuó el entierro en medio de una lluvia torrencial, estando presentes don Juan Biffen, su cuñado; don Audelino González y un servidor y varios hermanos y amigos, pero el tiempo impidió que celebrásemos el acto como deseábamos, así arreglamos cultos memoriales en Castro y Benavente las noches siguientes. ¡Cuán incomprensibles son los caminos del Señor!, pero siempre nos doblegamos ante la santa voluntad de Dios...".

Con la muerte de Shallis y Bermejo, y el regreso de sus familias a Inglaterra, la dirección del núcleo protestante de Castrogonzalo pasó a recaer en vecinos nacidos en la propia población Pero esta situación se vio radicalmente alterada con el comienzo de la Guerra Civil. Durante los primeros meses de la contienda la comunidad protestante española sufrió los ataques de los sectores más intransigentes del Bando Nacional. En julio de 1936 fue clausurada la capilla evangélica de Castrogonzalo, propiedad de la "Continental Lands Company Ltd." y reconvertida temporalmente en local de Falange. Los dos principales líderes de la congregación en la localidad: Elías García Argüello y Antonio Rodríguez Gómez fueron detenidos y, poco después, asesinados. Se da la circunstancia de que ambos vecinos tenían un especial protagonismo en la vida municipal, pues el primero era el alcalde y el segundo concejal del Ayuntamiento.

Antonio Rodríguez Gómez había nacido en Castrogonzalo en 1872. Era viajante de comercio, y entre sus actividades conocidas se cuenta la compra de pelo natural por las localidades de la comarca, mercancía que luego, al parecer, llevaba a vender a Dublín. De su matrimonio con Clotilde Frey nacieron seis hijos, todos ellos portadores de nombres de personajes bíblicos: Josué, Jacob, Rubén. Abraham, Sara y Damaris. Vivió en una casa, hoy en ruinas, en la parte alta del pueblo, en la zona del Castillo, lo cual le permitía disfrutar de unas vistas privilegiadas sobre todo el caserío. Hombre de profundas convicciones religiosas, y con inquietudes políticas, dirigía frecuentemente propuestas al ayuntamiento para su discusión en los plenos. Escribía estas proposiciones de su puño y letra, en unas cuartillas cuadriculadas. Su estilo es apasionado y algo atropellado en su redacción. En alguna de ellas habla de su estancia anterior en Escocia, donde vivió varios años, e incluso se permite el lujo de incluir alguna cita en inglés. Ese carácter apasionado parece que dio lugar a momentos de tensión con otros concejales en los plenos de los meses finales de la II República.

Elías José García Argüello era también natural de Castrogonzalo. Había nacido el día 16 de febrero de 1888, siendo sus padres Evencio García Garrido y Luisa Argüello Valdés. Pertenecía a una familia de agricultores, dedicados principalmente al cultivo del viñedo. No tuvo descendencia de su matrimonio con Carolina Rodríguez, pero acogieron en su casa a una sobrina: Esther Rozada Rodríguez. Su vivienda familiar hacia esquina entre las calles Carrancha y Eras de Arriba. El paso de Elías por la alcaldía de Castrogonzalo fue efímero. Se limita a unos pocos meses del año 1936 y fue interrumpido trágicamente con su muerte. Relevó al anterior regidor: Mariano Huerga Fernández, después de las elecciones municipales de ese mismo año. Según la convocatoria de este proceso electoral, a Castrogonzalo, como municipio encuadrado en la horquilla entre los 1.001 y 2.500 habitantes le correspondía elegir a siete concejales, "cinco por la mayoría y dos por la minoría". El 24 de marzo se constituyó una comisión gestora que, tras votación entre sus miembros, eligió a Elías García Argüello como alcalde presidente y a Gabriel García Pastor como primer teniente alcalde.

En la documentación del Archivo Municipal y en el Boletín Oficial de Zamora podemos seguir el rastro de las actuaciones del nuevo alcalde entre los meses de marzo y julio de aquel año. En alguna de ellas encontramos una evidente sensibilidad hacia los problemas sociales. Así, con fecha 4 de abril hay un acuerdo de la corporación municipal para "participar a los panaderos en lo sucesivo el pan que pongan a la venta en esta Villa, ha de tener el peso de medio, uno o dos kilos", imponiéndose un correctivo a uno de estos panaderos de entregar "doce hogazas para los pobres". En un edicto del 14 de mayo se aprueba un crédito de 2.000 pesetas "para atender a los gastos del paro obrero, construyendo un canal que partiendo del río Esla desagüe en Carrancha". La última acta municipal que firma corresponde al día 23 de julio, cuando ya el alzamiento militar había triunfado en todo el territorio de la provincia de Zamora. En este día, siguiendo instrucciones del gobernador de la provincia, cesó la anterior comisión gestora y volvió a encabezar la alcaldía Mariano Huerga Fernández.

En el "Libro Diario del cementerio de Zamora. De 1927 a enero de 1947" constan las anotaciones de los enterramientos efectuados como consecuencia de las ejecuciones, sin ningún tipo de formalidad legal, durante estos dramáticos meses. La práctica habitual era sacar a determinados presos de las cárceles, con la excusa de un traslado a otra prisión, para llevarlos a continuación al cementerio de San Atilano. Entre las personas registradas el 30 de septiembre de 1936 encontramos a Elías García Argüello, de 47 años; Antonio Rodríguez Gómez, de 64 años, y Dalmacio Sampedro Rodríguez, de 46 años. Los tres figuran como vecinos de Castrogonzalo, se les asigna el sector del cementerio conocido como "Cuartel de San Clemente", y a los tres se les clasifica con la significativa circunstancia de "hallados muertos".

En estos primeros meses de guerra también fue asaltado el local de culto de Benavente. Un grupo de falangistas saqueó la capilla que la comunidad evangélica poseía en la actual Plaza de la Madera. Se quemaron públicamente las biblias e himnarios, se trasladaron los bancos a un café y el armonio a una iglesia católica. Audelino fue detenido por falangistas el 6 de agosto de 1936 y trasladado a Zamora. En la cárcel coincidió con numerosos detenidos de Benavente y su comarca, muchos de los cuales serían asesinados durante el otoño de ese mismo año. Sin embargo, Audelino tuvo mayor fortuna, pues el 4 de septiembre fue trasladado a la cárcel de Toro. El 6 de enero de 1937 fue puesto en libertad, después de todo tipo de peticiones y gestiones realizados por su esposa, Abigail Vidal Somoza.

A propósito de todos estos trágicos sucesos hemos podido recoger el valioso testimonio oral de Esther Rozada Rodríguez, sobrina de Elías García Argüello. En la actualidad vive en León y tiene 91 años. Esther recuerda sus años de niñez en Castrogonzalo, donde vivió en compañía de su tío y de su esposa Carolina Rodríguez. Siguiendo una costumbre muy arraigada en la zona, era muy habitual que en las familias numerosas alguno de los hermanos pasara su infancia con otros familiares sin hijos. Según relata, Elías fue agricultor, y ella misma, como el resto de familiares colaboraba en las labores agrícolas: "Tenia viñedos y íbamos a coger uvas [...] Fue agricultor por herencia de su padre". Vivieron en una casa del Barrio de Arriba, en la Calle de las Eras: "Vivíamos cerca de la Plaza de la Laguna, que tenía entonces agua, en una calle que iba al cementerio nuevo".

Sobre la detención, encarcelamiento y muerte, el testimonio concuerda con otros casos similares recogidos en la provincia: "Yo tenía 6 años. A mi tío le trataron bien. A mi tía le dijeron que se lo llevaban para prestar declaración. A ambos los llevaron en un pequeño camión". Durante la estancia en la cárcel de Zamora había comunicación con la familia a través de cartas "porque les ayudaban los carceleros. Un día llamaron y le dijeron que fueran a recoger la ropa por que habían sido ejecutados. Las mujeres (Clotilde, esposa de Antonio y Carolina) tenían miedo de ir, pero al final fueron". La Capilla sufrió también las iras de los grupos más exaltados: "Recuerdo como los falangistas sacaron las biblias y las quemaron en la calle, y como dejaron los fusiles dentro de la capilla". En todo caso, recuerda que esta no fue la primera sede evangélica establecida en la localidad. Hubo una capilla anterior, situada junto a la casa de Elías: "enfrente de nuestra casa, en la Panera. Allí es donde empezó todo".

La cuestión de las propiedades británicas incautadas a los evangélicos y el trato dado a los misioneros ingleses dio lugar a quejas por parte de su Embajada en España. Con fecha 16 de junio de 1936 el Gobierno Civil de Zamora remite un oficio al Ayuntamiento de Castrogonzalo comunicando que: "El Sr. Cónsul de Inglaterra en Vigo, da cuenta a este Gobierno de su inquietud, con motivo de las frecuentes alteraciones de orden público acerca de la seguridad de la Capilla evangélica, con casa habitación, existente en esa localidad y que es propiedad del súbdito británico D. J.H.H. Biffen; por lo que requiero a V. para que, como primera autoridad local, vele en pro de los intereses británicos y proteja a los individuos de tal nacionalidad que residen en ese pueblo".

Este Biffen debe ser identificado con Juan o John Biffen (1893-1960), uno de los principales misioneros ingleses asentados en España, en este caso establecido en Gijón. Su llegada a nuestro país, en compañía de su esposa Margarita Biffen, se sitúa en torno al año 1921. Fue una figura crucial en el proyecto de dotar a la congregación evangélica de esta villa asturiana de una capilla propia, concretamente en el barrio del Llano. La labor social le hizo muy conocido en la ciudad, y era frecuente verle pasear por sus calles con sus hijas. Como ya se indicó anteriormente, era cuñado de Gabriel Bermejo y, por tanto, también estaba ligado al núcleo protestante de Castrogonzalo. Participó en la inauguración de la capilla de Benavente en 1932. Durante la Guerra Civil regresó a su país, donde organizó la acogida de varios niños de familias protestantes españolas. El 19 de noviembre de 1937 un grupo de niñas fueron recibidas por Biffen, y otros misioneros, en el Castillo de Moorlands, en Merriot. Esta campañas de ayuda estaban dirigidas por el Spanish Evangelical Refugee Home y la Alianza Evangélica Inglesa.

Juan Biffen aparece en diversos documentos como representante o apoderado de la "Continental Lands Company Ltd.". Esta compañía británica se convirtió en la depositaria y gestora del patrimonio de las "Asambleas de hermanos" pues, al igual que las restantes congregaciones protestantes, carecían de personalidad jurídica ante las leyes españolas. Esta formalidad otorgaba mayor protección legal y seguridad a sus propiedades. La estrategia demostró su efectividad para reclamar su devolución al concluir la guerra. Bajo la cobertura del gobierno británico, se suceden las gestiones en los años cuarenta para la defensa de los intereses de los protestantes. En una nota presentada por el embajador Samuel Hoare el 25 de marzo de 1944 se hace alusión a los atropellos sufridos por capillas e inmuebles en diversos lugares. En Puertollano (Ciudad Real), Villaescusa y Castrogonzalo (Zamora) y Toral de los Guzmanes (León), las capillas protestantes: "... han sido clausuradas o requisadas, al mismo tiempo que se ha negado a los miembros de dichas comunidades el derecho a reunirse para cumplir con sus deberes religiosos".

La llamada "Capilla de los protestantes" estuvo instalada en un local situado en la calle Encuentro, por bajo del cerro sobre el que se asienta la iglesia de San Miguel Arcángel. Era un edificio modesto, de una sola planta, tejado a cuatro aguas y con un patio interior. A pesar de su sencillez, contaba con los elementos básicos para atender el culto, entre ellos una gran pila semienterrada en la que se realizaban los ritos del bautismo por inmersión. Su forma era rectangular, de 3 x 2 metros aproximadamente, con unos escalones para el acceso del pastor y el neófito. La sala principal estaba divida en dos sectores, separados por puertas. Los muros de la capilla se levantaron con adobes. De las tres ventanas abiertas, dos se asomaban a la calle principal, mientras que la otra miraba hacia un callejón que subía a la iglesia de San Miguel.

Sobre la puerta de entrada existió un cartel de obra donde se leía "El Plantel". Ese fue el nombre con el que se conoció popularmente la edificación entre los vecinos. Después del cierre al público, el local fue ocupado por Falange y, más tarde, fue la sede del "Teleclub". A principios de los años 80 se arruinó, quedando convertido en un solar sin edificar con una extensión de 263 metros cuadrados.


APÉNDICE GRÁFICO Y DOCUMENTAL


Grupo de niños en la Capila Evangélica de Castrogonzalo (Archivo Gráfico Documental Evangélico)

La llamada Capilla de los protestantes en una foto aérea de Castrogonzalo del año 1983
Solar en el que estuvo situada la llamada "Capilla de los protestantes" de Castrogonzalo
Panera en la que estuvo instalada la primera capilla de la comunidad protestante de Castrogonzalo
Firma de Elías García, fechada en 1916, en una bodega de Castrogonzalo
"España Evangélica", 1922.
Un entierro en Castrogonzalo, "España Evangélica", 1930.
Noticia publicada en el Heraldo de Zamora sobre la apertura de la Capilla evangélica de Benavente (año 1932)
1933 Por tierras de Zamora - España Evangélica 1933
Cartera de inspector veterinario municipal de Benavente de Audelino González Villa (año 1933)
Partida para construir un canal en Carrancha (año 1936)
Diario Oficial de Zamora (22 julio de 1936)
Firma de Elías García como alcalde de Castrogonzalo en 1936
Firma de Antonio Rodríguez Gómez en 1936
Comunidad evangélica de Benavente y Comarca (1932)

AGRADECIMIENTOS:

Joaquín García Neches, José Ángel Mazón Juárez, Santiago Pérez Escudero, Esther Rozada Rodríguez, Tomás Rozada Rodríguez, Esther Rozada Varela, Rafael Jiménez Rosillo, Luis Fernández González, Herminio Peña Echeverría, Capilla Evangélica Asamblea de Hermanos de Benavente, Ayuntamiento de Castrogonzalo.

BIBLIOGRAFÍA:

CASTRO CUENCA, V.M., SERANTES GÓMEZ, A.E. y LORENZO RUIZ, J.; Colegio Oficial de Veterinarios de Zamora. 100 años de historia, Zamora, 2007; DE LUCAS DEL SER, C., "Los hijos de la rubia Albión. Reacción y ofensiva católica frente a la propaganda protestante en León durante el siglo XIX", Argutorio, 35 (2016), pp. 20-28; "España Evangélica", Año XL. Núm. 566. Madrid, 4 de diciembre de 1930, p. 390; GONZÁLEZ VIDAL, R.A., Audelino González Villa. Veterinario, bibliófilo y heterodoxo en Benavente, Brigecio. Revista de estudios de Benavente y sus tierras, 16 (2006), pp. 147-160; FIGUEIREDO, J.R., "El protestantismo en la España de la II República a la luz de los informes del Archivo Secreto Vaticano", Hispania Sacra, 63, Nº 127, 2011, pp. 305-371; MARTÍN GONZÁLEZ, E., "La Persecución religiosa del Franquismo contra los Protestantes Zamoranos", Edificación cristiana, 274, mayo-agosto 2016, pp. 18-21; DEL RÍO, D. y L., Los otros creyentes. El hecho religioso no católico en la provincia de Zamora, Zamora, 2011; SANTAMARÍA DEL RÍO, L., "Apuntes para una historia del protestantismo en la provincia de de Zamora", Diálogo Ecuménico, 150 (2013), pp. 65-100; SIERRA BERNARDINO, E., y PRADA RODRÍGUEZ, J., "La heterodoxia Protestante en la Edad Contemporánea. Antecedentes, génesis y evolución de las Asambleas de Hermanos (Galicia 1868-1931). pp. 272-273; VALÍN FERNÁNDEZ, J.B., Los protestantes españoles: La doble lucha por la libertad durante el primer franquismo (1939-1953), Anales de Historia Contemporánea, 17 (2001), pp. 253-299.

martes, 11 de mayo de 2021

A propósito de un cuadro de Goya - La partida de bautismo de Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pimentel (1786)

"Los duques de Osuna y sus hijos", por Francisco de Goya. 1787 - 1788. Óleo sobre lienzo 225 x 174 cm. Museo del Prado

La desaparecida iglesia de San Juan del Reloj, sede de la parroquia del mismo nombre, ha sido considerada tradicionalmente como una de las más antiguas e importantes de la villa de Benavente. No obstante, su identificación y localización concretas han traído consigo frecuentes equívocos. A ello han contribuido las diversas denominaciones utilizadas en los diplomas para referirse a la misma: "San Juan del Relox o del Reloj", "San Juan de los Caballeros", "San Juan del Concejo", "San Juan Evangelista" y "Santibáñez". Esta última variante fue la que hizo mayor fortuna durante los siglos XIV y XV, así como la de San Juan del Reloj.

La existencia de otra parroquia homónima, bajo la advocación de San Juan Bautista, ha añadido mayor confusión si cabe, por cuanto en los documentos más antiguos se habla simplemente de Sancti Iohannis o San Juan, sin especificar más detalles. Lo cierto es que a pesar de su supuesta antigüedad no contamos con noticias concretas sobre su origen o fundación, y los datos sobre su trayectoria histórica anteriores al siglo XV son muy escasos. Las primeras noticias seguras sobre su existencia datan de mediados del siglo XIV.

La historia de esta iglesia estará para siempre unida al famoso reloj que albergaba en su torre, y que adquirió notoriedad en el refranero popular. Las primeras referencias a este artilugio mecánico son de la segunda mitad del siglo XV, cuando en los libros del Concejo se asientan varias partidas para el pago del salario del "reloxero". Según Fernández Brime, esta fama se debía a "oírse, según dicen, en el radio de algunas leguas". En fecha no determinada el reloj fue trasladado a la iglesia de Santa María del Azogue, donde su mantendrá hasta su incendio de 1738. A partir de entonces, fueron varias las recomposiciones y arreglos documentados, así como su destrucción por un rayo en 1877.

El templo debió ser derribado en las primeras décadas del siglo XIX. Tenemos noticia de la concesión de su beneficio curado en 1815 al presbítero Manuel Fernández de las Omañas, por muerte de su anterior titular José Daria Valcarce. En 1825 su feligresía fue agregada a la parroquia de San Andrés, "cuya iglesia, hacia algunos años se había derruido”, en palabras de Fernández Brime. Todavía en 1856 las autoridades municipales aluden a “la arruinada iglesia de San Juan de los Caballeros”, con ocasión de la concesión de un terreno a un particular para construir un lagar.

San Juan de los Caballeros era una de las parroquias benaventanas que tenían su derecho de presentación en manos de los condes de Benavente. La cesión fue hecha por los feligreses en 1656. Según Ledo del Pozo, esta denominación "de los Caballeros" se debe a que en los primeros tiempos la mayor parte de los caballeros de la Villa pertenecían a esta parroquia. Este mismo autor nos informa de que aquí tomó las aguas del bautismo el príncipe de Anglona, hijo de Pedro Alcántara Téllez-Girón, IX duque de Osuna, y María Josefa Pimentel, XV condesa duquesa de Benavente.

Se trata, por tanto, de Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pimentel (1786-1851), que fue un destacado militar durante la Guerra de la Independencia y director del Museo del Prado. Cuenta Francisco Fernández de Bethencourt que estando de paso su madre María Josefa, nació en el término de Quiruelas de Vidriales el 15 de octubre de 1786 "a las cinco menos cuarto de la mañana" y fue bautizado en esta iglesia benaventana el mismo día por Agustín González Pisador, obispo de Oviedo. Su padrino fue Fray Francisco Vélez Cosío, caballero de la orden de San Juan y cura de San Juan del Mercado. Sus padres debieron permanecer en Benavente algunas semanas más, pues el 29 de este mes el mismo obispo Pisador administraba al recién nacido el sacramento de la confirmación "en el oratorio privado de nuestros palacios episcopales". Su padrino "le tuvo mientras se le administró el Santo Sacramento".

El Museo del Prado exhibe en su sala 35 un cuadro de Goya titulado "Los duques de Osuna y sus hijos". Se trata de un retrato familiar fechado entre los años 1787 y 1788. El matrimonio aparece acompañado de sus cuatro hijos y dos perritos en torno de ellos. Según sus biógrafos, María Josefa Pimentel tuvo durante su matrimonio al menos nueve hijos. Sin embargo, cuatro de ellos fallecieron en la infancia, de muy corta edad. El futuro príncipe de Anglona aparece sentado en un cojín a los pies de su madre tirando, mediante un cordón, de una calesa de juguete.

La familia de María Josefa Pimentel, XV condesa de Benavente

Partida de bautismo de Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pimentel

“Certifico yo, don José Dayra Valcarze, cura rector de la parroquia de San Juan de los Caballeros, una de las de esta villa de Benavente, como en el libro donde se sientan los bautizos en ella, y es el que dio principio en el año pasado de mil seiscientos cinquenta y tres, y concluió en quince de agosto del año pasado de mil setecientos noventa y uno, forrado en pergamino y foliado; y al de ciento noventa y nuebe está una partida, que copiada a la letra es del tenor siguiente:

En la yglesia parroquial de San Juan de los Cavalleros de esta villa de Benavente, a quinze días del mes de octubre, año del Señor de mil setecientos ochenta y seis.

Nos, don Agustín González Pisador, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, obispo de Obiedo, prelado dominico de Su Santidad, asistente al Sacro Pontificio Solio, conde de Noreña del Consejo de S.M., hemos bautizado solemnemente y pusimos los santos óleos a un niño, que según el dicho de sus padres, nazió a las cinco menos quarto de la mañana del referido día quinze en el término del lugar de Quiruelas, jurisdicción de esta dicha villa, y le pusimos por nombre: Pedro de Alcántara, Teresa, María del Pilar, Joaquín, José, Vizente Faustino, Antonio de Padua, Ramón, Gabriel, Francisco de Borja, Toribio, hijo lexítimo del Excmo. señor don Pedro de Alcántara, Tellez, Girón, Pacheco, e marqués de Peñafiel, conde de Fontanar, brigadier de los Reales Exércitos, y coronel del Regimiento de Ynfantería de América; y de la Excma. señora doña María Josefa Pimentel, Tellez, Girón, López de Zúñiga, Borja, Ponze de León, su mujer, condesa duquesa de Benavente, duquesa de Béjar, de Gandía, de Arcos; naturales y vecinos de la Villa y Corte de Madrid, que viven en sus casas propias a la Puerta y Cuesta de la Vega; nieto por línea paterna del Excmo. señor don Pedro Zoylo Téllez Girón LLanos Pérez de Guzmán el Bueno, duque de Osuna, conde de Ureña; y de la Excma. señora doña María Vicenta Pacheco Téllez Girón, vecina de la Villa y Corte de Madrid; y por la materna del Excmo. señor don Francisco Alfonso Pimentel Borja, conde de Benavente, de Medina de Rioseco, y de Gandía, conde de Alba de Liste, ya difunto; y de la Excma. señora doña María Faustina Téllez Girón Llanos Pérez de Guzmán el Bueno, vecina de la misma Villa y Corte de Madrid; fue su padrino, por nombramiento de los Excmos. señores sus padres, Frey don Francisco Vélez Cossío, del ábito de San Juan, cura prior de la parroquial de San Juan del Mercado de esta villa y vicario general de las villas y lugares de la encomienda titulada de Benavente y Rubiales, quien quedó instruido del parentesco y obligaciones que contrajo.

Y para que conste lo firmaron en Benavente a treinta y un días de dicho mes de octubre del citado año de mil setecientos ochenta y seis, de todo lo qual el ynfrascrito nuestro secretario de cámara da fe. Agustín obispo de Obiedo. Ante mi Don Miguel Bernardo Meana secretario.

Concuerda con su original, que el referido libro, folio y archivo de mi citada parroquia queda a que me remito, y en caso de necesario lo juro conforme a mi estado, y para que conste lo firmo en Benavente y setiembre onze de mil ochocientos y siete.

Don Josef Daira Valcarze (hay una rúbrica)”.

Partida de confirmación de Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pimentel

"Nos don Agustín González Pisador, por la Gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, obispo de Oviedo, prelado domenico de Su Santidad, asistente al Sacro Pontificio Solio, conde de Noreña, del Consejo de Su Majestad.

Sea notorio a quantos el tenor de estas nuestras letras vieren, como en el día veinte y nuebe del mes de octubre, año del Señor de mil setecientos ochenta y seis, estando en el oratorio privado de nuestros palacios episcopales de la villa de Benavente, hemos administrado el Santo Sacramento de la confirmación a Don Pedro de Alcántara, Teresa María del Pilar, Joaquín. Josef, Vicente, Faustino, Antonio de Padua, Ramón. Gabriel, Francisco de Borja, Thorivio, ya bautizado en el día quince del mismo mes de octubre; hijo legítimo del Excmo. señor don Pedro de Alcántara, Téllez Girón, Pacheco, etc., marqués de Peñafiel, conde de Fontanar, Brigadier de los Reales Exércitos, y coronel del Regimiento Yfantería de América; y de la Excma. señora doña Maria Josefa Alfonso Pimentel, Téllez Girón, López de Zúñiga, Borja, Ponce de León, su muger, condesa duquesa de Benavente, duquesa de Béjar, de Gandía, de Arcos, etc., naturales y vecinos de la Villa y Corte de Madrid, que viven en sus casas propias a la Puerta y Cuesta de la Vega; nieto por línea paterna del Excmo. señor don Pedro Zoilo, Téllez, Girón, Llanos Pérez de Guzmán el Bueno, duque de Osuna, conde de Ureña; y de la Excma. señora doña María Vicenta Pacheco, Téllez, Girón, vecinos de dicha Villa y Corte de Madrid; y por la materna del Excmo. señor don Francisco Alfonso Pimentel Borja, conde duque de Benavente, de Medina de Rioseco y de Gandía, conde de Alba de Liste, ya difunto, y de la Excma. señora doña María Faustina, Téllez, Girón, Llanos Pérez de Guzmán el Bueno, vecina de la misma Villa y Corte de Madrid; fue su padrino, por elección de los Excmos. señores sus padres, Frey don Francisco Vélez de Cossío, del ábito de San Juan Juan, cura prior de la parroquial de San Juan Mercado de esta villa y vicario general de las villas y lugares de la encomienda titulada de Benavente y Rubiales, quien le tubo mientras se le administraba el Santo Sacramento de la confirmación.

Y para que conste, además de la partida que queda firmada, y por nos y nuestro secretario de cámara firmada, desde el folio doscientos hasta el doscientos y uno, en el Libro de Bautizados de la parroquial de San Juan de los Caballeros de esta dicha villa, que tubo principio en el año de mil setecientos cincuenta y tres, damos las presentes firmadas de nuestra mano, sellada con el maior de nuestras armas y refrendadas del infrascrito nuestro secretario en dichos nuestros palacios episcopales de la referida villa de Benavente, Vicaría de San Millán, de nuestra diócesis a treinta y un días del dicho mes de octubre del mismo año de mil setecientos ochenta y seis.

Agustín obispo de Oviedo.

Por mandado de SS. y el obispo mi señor, don Miguel Bernardo Meana, secretario".

Detalle con el retrato de Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pimentel

Detalle de los duques de Osuna

Pedro Téllez Girón (marqués de Javalquinto, príncipe de Anglona)

Emplazamiento de la iglesia desaparecida de San Juan del Reloj de Benavente

Agustín González Pisador, obispo de Oviedo (1760-1791)

lunes, 3 de mayo de 2021

El alfoz del concejo de Benavente en los siglos XII y XIII

Reconstrucción del alfoz de Benavente entregado por Fernando II en 1164

Uno de los rasgos más llamativos del alfoz medieval de Benavente es su notable extensión. Según Severiano Hernández, en el siglo XV alcanzaba los 1.271 km2, cifra sorprendente si la comparamos con otros concejos próximos. En el siglo XIII Mayorga de Campos tenía unos 420 km2, Villalpando 400, Villafáfila 180 y Valderas 126. Las "polas" asturianas, dotadas de grandes alfoces, tampoco sobrepasaban esta superficie: La Tierra de Ribadeo alcanzaba los 800 km2, Cangas de Narcea 700, Pola de Lena 530, Villaviciosa 240, Llanes 260, etc.

En el Libro Becerro del III conde de Benavente, Alonso Pimente, se nos hace la siguiente descripción de los lugares de la tierra y jurisdicción de la villa hacia 1448:

"La villa de Benauente tiene [en blanco] lugares e los [en blanco] yermos, que son de la juridición de la dicha villa, los quales son repartidos en seys valles que son: Allen Río, La Poluorosa, Vega de Villamandos, Riba de Tera, Valverde, Valdevidriales. E los lugares que son poblados pagan al señor conde de pedido en cada un año, por los terçios de cada año, çinquenta e seys mill e çiento e sesenta e çinco marauedís. E por quanto acaesçe algunas veses que se van a despoblar algunos de los dichos lugares, por mandado del señor conde se fasen algunas veses eguala en los dichos lugares, descargando a los lugares que están agrauiados e cargando a los lugares que están sobre leuados por manera que todauía sea llena la copia de los dichos çinquenta e seys mill e çiento e sesenta e çinco marauedís".

En esta foto fija del alfoz benaventano debe tenerse en cuenta que durante el siglo XV el concejo había experimentado un cierto crecimiento, gracias a algunas adquisiciones territoriales efectuadas bajo la órbita de los Pimentel, pero, en cualquier caso, estamos ante uno de los concejos leoneses de mayor extensión al norte del río Duero.

El proceso de configuración y consolidación del alfoz concejil fue paralelo al de repoblación de la villa principal. A principios del siglo XIII sus límites estaban prácticamente definidos, manteniéndose, con ligeras modificaciones, hasta el siglo XV. El punto de partida en la gestación de este alfoz fue la circunscripción sobre la que ejercía sus competencias la tenencia de Malgrad. Pero, como ya advirtió el profesor Estepa, alfoz y demarcación administrativa no constituyen términos equivalentes. En el primer caso nos estamos refiriendo al señorío que ejerce la villa sobre el territorio circundante, mientras que en el segundo hablamos de la administración regia. Fue precisamente durante el siglo XII cuando se evidenció el tránsito del territorio administrativo de la ciudad al alfoz del concejo.

Como ya hemos señalado anteriormente, el eje básico de actuación de la tenencia de Malgrad estaba formado por los ríos Esla y Órbigo, en sus tramos más cercanos a la villa, comprendiendo básicamente los "territoria" de Ribera del Esla y Polvorosa. La carta foral de 1167 califica a estos términos de "antiquos", para diferenciarlos de los "novos" que Fernando II otorgó con motivo del fallido intento de repoblación de 1164, en el que se delimitaban los términos:

"Ego rex don Fernando simul cum uxore mea regina dona Urracha facio cartam et firmamentum cum totas illas meas hereditates quas uobis dedi per suos términos nouos et antiquos, iuxta foros de Leon, secundum illam cartam quam uobis primitus feci, in qua términos et foros determinatur". (Fuero de 1167).

Así pues, en 1164 se concretó y delimitó un primer alfoz de la villa del que poseemos muy pocos datos directos. Aparece confirmado en la carta puebla de 1167, aunque sin precisar sus límites. En el mapa que acompaña a este artículo ofrecemos una reconstrucción hipotética, que debe entenderse solamente como una aproximación. Para su elaboración hemos partido del alfoz del siglo XV, del que tenemos una descripción más exacta. A partir de él hemos realizado las correcciones oportunas, teniendo en cuenta las ampliaciones, modificaciones, enajenaciones y adquisiciones documentadas durante los siglos XII, XIII y XIV. También nos han sido muy útiles aquellos diplomas cartas de compra, venta, donación, permuta, etc., que especifican la pertenencia del bien objeto de la operación al término de Benavente. Según este mapa, los territorios integrantes de este primitivo alfoz eran los más próximos a la villa, siendo los ríos Esla, Órbigo, Cea, Tera y Eria, los ejes básicos que organizaban estas tierras.

En 1181 Fernando II acomete una importante ampliación del alfoz benaventano, triplicando prácticamente la zona sobre la que va a ejercer su jurisdicción la villa. El análisis de este documento puede ser clarificador para conocer el grado de intervención del concejo en el alfoz, y la diferenciación que se establece entre las atribuciones regias y concejiles. El rey dona "ad maius augmentum populationis de Benevento et ut melius solito a populatoribus servicium habere possim", tres comarcas naturales que concede por alfoz del concejo: Vidriales, Tera y Carballeda. Junto a la administración de estos territorios también se entregan, a título particular, las heredades de realengo, de las cuales el rey hace mención expresa en otro pasaje del documento:

"... cartam facio donationis concilio de Benevento, tam presentibus quam futuris, et omni earum generationi in perpetuum de siquis meis hereditatibus qua dono semper concedo per alfoz de Benevento. Do videlicet Vidriales, Teyram et Carvaledam, cum omnibus directuris et pertinentiis suis similiter et quamtumcumque est in his hereditatibus de regalengo". 

Los términos del nuevo alfoz se fijan mediante meros accidentes geográficos, lo cual es indicativo de su carácter de regiones naturales.

En segundo lugar, observamos cómo buena parte de estas tierras estuvieron integradas en otras unidades administrativas y de poblamiento anteriores, o bien formaron parte de intentos aparentemente fallidos de repoblación no bien conocidos aún. Así, en el fuero de Castrotorafe, otorgado por Alfonso VII en 1129, se asignaban unos términos que teóricamente invadían parte del alfoz benaventano de 1164. Otra villa que pasará al concejo, Santovenia, figura entre los límites atribuidos a la fundación del monasterio de Moreruela por Alfonso VII, en 1143. Las comarcas de Ribera de Tera y Villaverde fueron objeto, a principios del siglo XII, de una ambiciosa operación colonizadora fomentada por Alfonso VI. En 1107 este monarca otorgó fueros a las personas que quisieran poblar las heredades y villas de estas tierras, nombrando a Martín Muñoz como responsable de todo el proceso. Las heredades de Tera, Vidriales y Carballeda, o al menos una parte de ellas, en algún momento estuvieron en poder de la orden de San Juan y la orden del Temple. Así se afirma explícitamente en el aludido diploma de 1181 por el que se otorgaban estas heredades como alfoz del concejo de Benavente. No disponemos de noticias relativas a compensaciones o acuerdos entre el monarca y las personas o entidades que detentaron el dominio de estas zonas, pero es probable que existieran, teniendo en cuenta otros ejemplos conocidos.

El alfoz del concejo no quedó definitivamente configurado con la donación real de 1181. A lo largo del período que hemos tomado como referente fueron frecuentes tanto las adquisiciones como las enajenaciones de aldeas y heredades. El primer caso que conocemos es la venta de la villa de Escorriel (actualmente un despoblado situado junto a Valdescorriel) a unos particulares en 1187 por 200 mrs. La operación, de gran envergadura pues incluía heredades de realengo e infantazgo, contó con la autorización expresa del propio monarca, lo cual sugiere que este requisito era preceptivo. En 1199 el concejo se hizo con la aldea de Genestacio a través de una concordia establecida con el obispo de Astorga. Según las condiciones estipuladas, la iglesia de este lugar quedó integrada en la jurisdicción de la mitra astorgana, mientras que la villa pasó a incorporarse al alfoz concejil. Además, se establecieron ciertas normas sobre la percepción de diezmos y primicias a los hombres que morasen en dicho lugar y tuviesen casas cerca de Benavente, y también sobre nuevas iniciativas pobladoras que pudieran establecerse por el concejo en la zona.

Un diploma fechado en 1207 nos informa de otra villa que estuvo en algún momento en poder del concejo y que posteriormente pasó al monasterio de San Martín de Castañeda. Se trata de la venta hecha por García Ibáñez a este cenobio sanabrés de la villa de Tablazas por 200 mrs., lugar perteneciente anteriormente al dominio del monasterio, y que el concejo de Benavente había entregado al vendedor pro extinguendo homicidio patris mei. La expresión, como vemos, ofrece diferentes interpretaciones, aunque nos inclinamos a pensar que nos encontramos ante un caso de responsabilidad colectiva del concejo ante un homicidio, unido, tal vez, a un acto abusivo por parte de Benavente, que había donado lo que no era suyo.

Las diferentes formas de denominar la pertenencia de estas aldeas y lugares al alfoz Benaventano revelan la existencia de distintas situaciones. El término alfoz solo aparece en el varias veces citado privilegio real de 1181. En los restantes diplomas que hemos manejado son más frecuentes expresiones como "termino", "terra" y "territorio". En general podemos considerar a todos ellos como equivalentes, aunque no en todas las circunstancias. Por ejemplo, compartiendo la opinión de J.Mª Monsalvo, creemos que el vocablo termino puede tener una doble acepción. Las más común hace de esta palabra sinónimo de tierra, mientras que la otra, menos usual, se referiría al territorio más próximo circundante de la villa principal. Aquí se incluyen lugares mencionados con cierta frecuencia, situados actualmente dentro del término municipal de Benavente, como Sorribas, Valle Oscuro, Mosteruelo, Valmonio, Ventosa, etc. La mayor parte de ellos, en su origen, fueron aldeas con personalidad propia que acabaron despoblándose como consecuencia de la atracción migratoria de la villa principal, o fueron absorbidas por el aparato administrativo del concejo.

Desde el punto de vista jurídico existía una diferenciación más o menos  precisa entre las aldeas que pertenecían al concejo y las comarcas naturales -zonas más extensas y sin delimitar claramente- sobre las que la institución concejil tenía unas competencias limitadas. Siendo el alfoz una unidad jurídica, económica y fiscal más o menos definida, no se puede considerar como algo uniforme. El establecimiento y concreción de una zona sujeta a la influencia y administración de la villa de Benavente fue compatible con la existencia de otras jurisdicciones distintas en su territorio, que podían representar grandes extensiones extraídas al dominio concejil. Instituciones monásticas, cabildos catedralicios, obispados, señores laicos y órdenes militares, contaban con numerosas propiedades dentro de estos límites. Buena prueba de ello es uno de los preceptos del fuero de 1167 en el que el monarca exige respeto hacia las "hereditates alienas et religiosorum locorum".

No deja de sorprender cómo el propio monarca contribuía, con sus actuaciones, a consolidar esta compleja, y a veces caótica, situación, entregando a instituciones extraconcejiles bienes pertenecientes al realengo, radicados dentro del alfoz. Así, en 1210, Alfonso IX notificaba al concejo y a los alcaldes de Benavente la donación al monasterio de San Martín de Castañeda de todo lo que le pertenecía en la villa de Asturianos, en Carballeda, término de Benavente. Cuatro años después, este mismo monarca comunicaba a los concejos y alcaldes de Benavente y Villafáfila la donación al monasterio de Moreruela de todos los bienes de realengo en Bretocino -aldea del concejo- y Villafáfila.

Fuero otorgado por Fernando II a Benavente en 1167 (Archivo Municipal)

Privilegio de ampliación del alfoz de Benavente por Fernando II en 1181 (Archivo Municipal)

El alfoz de Benavente después de la ampliación por Fernando II en 1181

Panorámica desde el Castro de la Magdalena (Mózar)


APÉNDICE DOCUMENTAL


1181, marzo, 10. Benavente.

Privilegio rodado de Fernando II por el que concede por alfoz al concejo de Benavente las heredades de Vidriales, Tera, Carballeda y el castillo de Mira.

Archivo Municipal de Benavente

(Christus alfa et omega) In nomine Domini nostri Ihesu Christi. Amen. Plerumque oblivionis incomoda sentimus quaquinque que facimus scripto non commendamus. Eapropter ego rex domnus Fernandus una cum filio meo rege domno Alfonso, ad maius augmemtum populationis de Benevento et ut melius solito a populatoribus servicium habere possim, cartam facio donationis concilio de Benevento, tam presentibus quam futuris, et omni earum generationi in perpetuum de siquis meis hereditatibus qua dono semper concedo per alfoz de Benevento. Do videlicet Vidriales, Teyram et Carvaledam, cum omnibus directuris et pertinentiis suis similiter et quamtumcumque est in his hereditatibus de regalengo ... illo sicus posito quod hedificare ibi templum et hospitale per omnibus terminus suos novissimos et antiquos, scilicet quomodo dividit:
Ex una parte de Auterio de Lila, quomodo dividit Carvaleda cum Sanavra per ipsum Auterium de Lila per Son Palomba e vadit per Hermidam quomodo dividit Doney cum Ranvano et tendit usque ad pinna de Meutunla et descendit ad iugum, scilicet, usque ad portellum Sancti Filipi et dividit cum Cabreyra et cum Valdaria. Ex altera vero parte ipsius Auterrii de Lila. Semper concedo per eos terminos escilicer, per vadum de Sorveyra et inde per pinnan de Sculqueyra et ascendit usque ad pinna de Lamedam sicut dividit cum Aliste et cum Tavara.
Hoc autem do in perpetuum vobis, populatores de Benevento, per Alfoz vestro termino ut supradiximus quod in omnibus foris vestris faciendarus et regiis vocibus homines de his terminus. Voviscum respondeant et satisfaciant et donationem vestram istarum hereditatum inter vos divitatis cum amore et paciencia quas ut vobis omnibus confirmo sicut estabant in die mortis patris meis imperatoris.
Ceterum quicumque habitaberit in Benevento in istis terminis et alfozis non det portaticum de ulla re sua quam forum portaverit neque det terraticum de aliqua venatione quam forum duxerit et hec omnia libero et absolvo de illo iure regalem quam voci regia ... Cauto etiam easdem hereditates quod semper ipsas in pace e quiete (de Benevento) habeat possideat et totum velle suum de eis faciat sicus meis hereditatibus quas nec melius habet et possidet.
Huius autem donationis confirmationem perpetuam facio in concilio de Benevento presentibus et futuris et tota sue generatione in perpetuum ob remedium anime mee et parentum meorum et de consilio et provisione procerum curie mee per aumento ville de Benevento et per meo servicio de cetero melius habendo et etiam per istius careat roboratione per duobus mille et quinjentis morabitinis quos mihi dat concilium ut hoc factum mee et a filio meo rege domno Alfonso et a tota mea succesione concessum stabile maneat firmiter per quod similiter cum his omnibus hereditatibus supradicti toti concilio de Benevento.
Et dono et concedo castillum de Mira cum omnibus directuris et pertineciis suis ut ipsum adius suum melius defendedum et ut semper sit bene munitum populatum custoditum ad servicium meum et sucessionis mee habeat concilium de Benevento et possideat in perpetuo. 
Si quis igitur tam de meo quam de aliorum genere istud factum meum spontaneum infregerit iram dei omnipotentis et regiam indignationem incurrat et cum Iuda Domini proditore Datam et Abirom quos vivos terra absorbuit gehenam perpetuam patiatur et pro ausu temerario quamtum de istis hereditatibus invaserit concilio de Benevento in quadruplum reddat et regie parti centum libras auri in pennam componat. Et ut hoc factum stabile semper sit et firmum presens scriptum facio et tam regie et quam nobilium meorum suscriptoribus communio. 
Facta carta apud Beneventum VI idus marcii sub era M.CC.XVIIII. Regnante rege domno Fernando Legione, Gallecia, Asturiis et Extremadura.
Ego rex domnus Fernandus cum filio meo rege domno Alfonso hoc scriptum quod fieri iussi proprio robore et confirmo.
Ego Fernandus Roderici castellanus conf. Ego Comes Urgellensis regis Fernandus maiordomus conf. [Pe]trus sancte compostellane ecclesie archiepiscopus conf.
(1ª col.) Manricus Legionensis electus conf. Johannes Lucencis episcopus conf. Rodericus Ovetensis episcopus conf. Vitalis Salamantinus episcopus conf. Alfonsus Auriensis episcopus conf. Bertrandus Tudensis episcopus conf. Rabinatus Minduniensis episcopus conf. Velelmus Cemorensis episcopus conf. Petrus Civitatiensis episcopus conf. Fernandus Astoricensis episcopus conf. Vacat Cauriensis episcopatus conf.
(Signo rodado) SIGNUM FERNANDI REGIS HISPANORUM
(2ª col.) Velascus comes in Limia conf. Gumez comes in Transtamar conf. Fernandus Poncii comes conf. Gumez comes de Castilla conf. Gunzalvuus Roderici regis signifer conf. Guterrus Roderici dominans in Benevento conf. Rodericus Lupiz dominans in Legiones conf. Alfonsus Lupiz dominans in Graxar conf. Rodericus Fernandi dominans in Cuianca conf. Pelagius Nichole dominans in Villarpando conf. Pelagius Tabladellus conf. Fernandus Roderici de Benevento conf. Petrus Captivus dominans in Tedra conf. Rodericus Petri conf.
Petrus d-Areys Sancti Iohannis Hospitalis per Hispaniam prior. Ego Bernardus domini regis notarius per manum Petri de Lauro compostellani archidiaconi cancellarii scripsi et presens confirmat.