| Iglesia de Santiago de La Coruña. Portada del Agnus Dei |
RESUMEN
| Iglesia de Santiago de La Coruña. Portada del Agnus Dei |
![]() |
| Puente Mayor de Castrogonzalo |
Gaceta de Madrid
Jueves, 18 de enero de 1849
CARRETERA DE MADRID A LA CORUÑA.
Obras nuevas
Esta carretera se halla dividida en 18 trozos desde el barranco del Caño, frente de Ataquines, hasta el puente de Villar de Frades, en donde concluye la provincia de Valladolid. Quedan además 11 trozos desde dicho puente hasta el de Pobladura del Valle, donde termina la de Zamora y el distrito de Valladolid. Esta parte de carretera se halla en construcción. Los trozos 6º, 10, 11, 17, 23 y 24 que hacen una línea de 40.620 varas, o sean 6 leguas y 960 pies construidos por contrata, estaban recibidos de primera entrega desde 20 de junio del año próximo pasado. Aunque construidos con arreglo a condiciones, estaban entonces demasiado cargados de recebo, y aun en algunas partes algo removido el cascajo con que se ha formado el firme, y para asegurarlos y afirmarlos bien, se estaban arreglando con el cilindro a fin de que quedasen en el estado de perfección debida a la época de su recepción final.
Las 31 tajeas y 20 alcantarillas nuevamente construidas en dichos trozos son: algunas de mampostería y roscas de ladrillo, o en general de ladrillo, como las condiciones exigían. Todas se han construido bien, y algunas esmeradamente, como en el estado núm. 2 se expresa.
En el trozo 11 se halla comprendida la travesía de Rueda, en donde nada se ha ejecutado a causa de las dificultades que presenta la gran cantidad de aguas que se reúnen en el centro de la calle única que sirve de travesía, pues aquellas suben a más de 8 o 10 pies en las grandes avenidas, motivo por que están pendientes las obras de un proyecto especial que debe formarse.
A la salida de Villalpando, entre la legua 42 y 43, había otro trozo de 1.630 varas no incluidas en las anteriores que se estaban ya afirmando, observándose puntualmente las condiciones. Se comprenden en este trozo los puentes de Valderaduey, ya concluido con arreglo a su plano y condiciones, aunque las aletas que, según el proyecto, debieron construirse de ladrillo, se han ejecutado de sillería, y el de Zambrana, que estaba levantado hasta los arranques de los arcos, y puestos los salmeres.
Además, hay en este trozo 27 alcantarillas en varios grupos, construidas de mampostería con arcos de ladrillo.
Poco antes del puente de Gastro-Gonzalo hay un trozo (núm. 21 del estado) que tiene de longitud 3.100 varas ya explanadas y afirmadas, pero que aún no se han recibido a causa de que se está perfeccionando la inclinación de los taludes de su gran desmonte. Tienen dichos taludes una altura de algo más de 50 pies. En el primitivo presupuesto se habían calculado 12.000 varas cúbicas de desmonte, cuyas tierras se habían de transportar, como se ha verificado al fin del trozo, quedando arreglada esta gran línea a una pendiente de 5 por 100; pero durante la ejecución se observó que podría suavizarse la pendiente hasta un 4 por 100; y como por esta causa exigían mayor inclinación los taludes, se estaba ejecutando su arreglo hasta dejarlos a los 45°. Inmediato al puente de Castro-Gonzalo hay un trozo de 66 varas que debe repararse, pero en el que nada se puede hacer hasta que se lleve a efecto la obra de reparación propuesta para el puente.
Después del puente de Gastro Gonzalo sigue una línea de 4.196 varas en terraplén, contenido por muros de sostenimiento de 45 pies de altura media con 85 alcantarillas para el paso de las aguas, y más allá un puente de 7 arcos escarzanos de 14 ½ pies de luz cada uno.
Las alcantarillas están repartidas en nueve grupos. El primero y segundo de 3 bocas cada uno de arco escarzano de 7 pies de luz. El tercero de 12. El cuarto grupo de 13 arcos también escarzanos, y a los costados 2 más pequeños de tapa. El quinto grupo de 20 arcos. El sexto, séptimo, octavo y noveno de 8 bocas cado uno. Todos estos arcos son de rosca de ladrillo de 4 pies de luz, excepto el primer grupo, cuyos arcos son de sillería, e igualmente lo son todos los paramentos de estos grupos de alcantarillas. Los muros son de buena mampostería, y estaba sentada ya sobre ellos la mayor parte de la imposta general, que es también de grandes losas de sillería. La Dirección General tenía aprobada la construcción de pretiles sobre todos los grupos de las alcantarillas, y al efecto se halla ya acopiada la piedra necesaria para esta obra, y aún mucha parte de la que pudiera emplearse para un pretil seguido, o mejor aún interrumpido a trechos sobre toda la imposta de este gran terraplén, cuya obra sería muy conveniente; pero no habiéndose formado presupuesto, tampoco ha recaído resolución para llevar a cabo esta obra.
El puente siguiente es el de Tamariz, nombre de aquella vega, y el resto hasta Benavente está también en terraplén, con algún pequeño desmonte. Hay en esta parte de la carretera otras 26 tajeas, una alcantarilla y un pontón. Estas obras son de mampostería ordinaria, y están perfectamente construidas. El pontón es de muy buena mampostería concertada.
Los demás trozos de nueva construcción hasta el fin del distrito estaban concluidos con arreglo a condiciones y recibidos de primera entrega.
Obras de conservación y reparación.
Todos los demás trozos que se figuran en el referido estado núm. 2, cuya longitud forma una extensión de 116.788 varas lineales; o sean 15 leguas y 364 pies, pertenecientes a las primitivas contratas, y que con aprobación de la Dirección General fueron recibidos a su tiempo, se conservan por cuenta de los fondos asignados al distrito, según manifiesta el estado núm. 3 y 4, en que se expresan las cantidades mensuales empleadas con este objeto desde primero de año.
Todas las obras de fábrica de los referidos trozos han sido modernamente construidas con arreglo a proyectos y planos que para ello se formaron, y se conservan igualmente en el más perfecto estado de solidez y buena construcción. A las márgenes de toda esta carretera existían en la época de su reconocimiento bastantes acopios de buenos materiales, tanto de piedra como de recebo, repartidos en diferentes trozos de las 24 leguas, y 17.511 pies que tiene de longitud. En esta importante carretera (comprendida dentro del distrito de Valladolid), así los escarpes de los desmontes, los de los terraplenes y cunetas, como las demás obras de tierra, se encontraban bien arreglados y cuidados por los respectivos peones camineros.
La única obra de reparación que estaba sin principiar es la del puente de Castro Gonzalo, cuyos proyecto y presupuesto fueron remitidos a la Dirección General para su aprobación.
Para toda esta carretera se estaban ya labrando las correspondientes leguarias de la misma forma y dimensiones que las de la carretera de León.
PORTAZGOS.
No hay establecidos en la parte de esta carretera que comprende el distrito de Valladolid más que el de Castro Gonzalo, en el que se cobra igualmente el paso de la barca de Azoague, situada como a una media legua más abajo sobre el mismo río Esla, uno y otro arrendado en 90.618 ½ reales, pues, aunque se cobra otro en Tordesillas, perteneció al convento de Santa Clara de aquella villa, y es uno de los que en virtud de la reciente ley debe ser incorporado a la carretera. La actual casa del portazgo de Castro Gonzalo está situada a la entrada del mismo puente, pero se estaba construyendo otro nuevo edificio para la recaudación en lo alto del desmonte a la bajada del puente, cuya obra estaba bastante avanzada.
El Inspector indica la necesidad de establecer en los puntos designados en la propuesta hecha en 28 de abril de 1846 los nuevos portazgos que corresponden a esta gran línea de carretera.
![]() |
| La barca de la Ventosa cruzando el río Órbigo, a partir de una imagen antigua |
![]() |
| Arancel de la venta de Castrogonzalo y la casa de Ventosa. 1588 |
![]() |
| Iglesia de San Miguel Arcángel de Castrogonzalo |
La iglesia de San Miguel Arcángel de Castrogonzalo está situada en una pequeña plazoleta del Barrio de Arriba, sobre un cerro y en uno de los puntos más altos y visibles de toda la localidad. Es un edificio sobrio, de aspecto muy macizo, por la solidez de sus muros y la escasez de vanos. La iglesia estuvo sin uso para el culto durante décadas, utilizada eventualmente como panera y almacén agrícola por unos particulares. Por ello, su interior carecía de altares, imágenes o mobiliario. En los años ochenta de la pasada centuria fue restaurada y rehabilitada.
Tras la desaparición de Santo Tomás, ha pasado a ser la única iglesia parroquial de la localidad, a la vez que ha recogido todas sus imágenes, los retablos y los objetos litúrgicos. No obstante, existe una cierta confusión a este respecto, pues en las guías oficiales del obispado de Zamora, y en su página web, el nombre oficial de la parroquia de Castrogonzalo es el de Santo Tomás, incluida dentro del Arciprestazgo de Benavente-Tierra de Campos. En 1954 se rectificaron los confines eclesiásticos, intentando evitar que los límites de las diócesis no comprendieran distintas provincias civiles. De esta forma, Castrogonzalo, junto con otras parroquias de la diócesis de Astorga situadas en el partido judicial de Benavente, pasaron a depender del obispado de Zamora.
![]() |
| Vista de la cabecera de la iglesia del monasterio de Moreruela |
El río Esla fue un gran eje vertebrador del poblamiento del norte zamorano durante la Edad Media, tanto desde el punto de vista de las comunicaciones como del asentamiento en torno a sus riberas de un buen número de villas, aldeas y fundaciones monásticas. Al pie del curso fluvial discurría un trayecto considerable de la llamada Vía de la Plata, al menos desde Montamarta hasta las inmediaciones de Benavente. La antigua calzada fue utilizada también como vía de peregrinación hacia Santiago de Compostela, aprovechando las favorables condiciones del terreno y las infraestructuras viarias (puentes, barcas, centros asistenciales, etc.).
Uno de los primeros monasterios documentados en esta ruta fue el de Moreruela, fundado según las fuentes altomedievales a finales del siglo IX por San Froilán y San Atilano, bajo los auspicios del rey Alfonso III. Es difícil concretar hasta qué punto la posterior fundación cisterciense de Santa María de Moreruela, a mediados del siglo XII, fue heredera de esta primitiva, lo cierto es que existió una larga tradición que así lo reivindicaba y fue transmitida por los historiadores de la Orden. Durante los siglos XII y XIII Santa María de Moreruela se convirtió en una de las fundaciones monásticas con mayor peso en el norte de Zamora. Su dominio territorial se extendía por un gran número de villas y aldeas de toda la región.
Dentro de los ricos fondos documentales del monasterio de Santa María de Moreruela, hoy en el Archivo Histórico Nacional, encontramos un pergamino del 1287 con especial interés para el conocimiento de la historia de Castrogonzalo durante la Edad Media. Se trata de una donación entre particulares que en principio no afecta a los intereses patrimoniales del monasterio, pero probablemente en algún momento parte o todos los bienes registrados en esta carta pasaron a ser de su propiedad.
El 5 de enero de 1287 el matrimonio formado por Pedro Yáñez Pistón y doña Mioro entregaron un total de trece tierras de labor y tres viñas a Marina Peláez, hija de Andrés, casada con su hijo Ferrán Pérez. El acto jurídico se formalizó en la villa de Benavente, escriturado por el escribano Francisco Pérez, por mandato del notario público Juan Ruiz y con la asistencia de varios testigos. Todas estas tierras y viñas objeto de la donación estaban situada en el término de Castrogonzalo. Cada una de ellas es descrita en la donación con toda minuciosidad, indicando los nombres de los pagos para su localización, los propietarios con los que lindan y otras valiosas referencias espaciales, como los caminos, la proximidad al puente o a otras poblaciones más cercanas. A través del cotejo de todos estos datos se obtiene una visión bastante detallada del paisaje rural y la organización del terrazgo de la aldea a finales del siglo XIII.
En el siglo XIII Castrogonzalo era una aldea integrante del alfoz del concejo de Benavente, concretamente en la llamada merindad de Allende el Río. Desde el punto de vista de la organización eclesiástica dependía del obispado de Astorga y contaba, ya en esta época, con dos parroquias, lo cual denota una cierta relevancia demográfica y económica de su población: la parroquia de San Miguel, o del Barrio de Arriba, y la de Santo Tomás, o del Barrio de Abajo.
Otro de los elementos destacados de Castrogonzalo en el siglo XIII era su castillo, construido en la parte alta del cerro y cuyos orígenes remiten a la propia fundación de la población. En época de Alfonso IX, coincidiendo con las disputas fronterizas entre Castilla y León, el castillo es citado en varias ocasiones en la documentación como la sede de una tenencia, con un magnate responsable a su cargo y con un alfoz propio. En 1230, dentro de los acuerdos establecidos en Benavente entre Fernando III y sus hermanas para la unión de los reinos de León y Castilla, se vuelve a mencionar el castillo. A partir de entonces, parece que la fortificación perdió su interés estratégico, y no volverá retomarlo hasta el siglo XV, ya en un contexto político muy distinto.
Respecto al puente sobre el río Esla, los primeros testimonios conocidos corresponden también al reinado de Alfonso IX. Es muy posible que en este momento se construyera un primer viaducto de piedra, aprovechando la revitalización de una ruta que, cruzando el río, permitía acceder de una forma segura y directa a la villa de Benavente. En torno a 1221 y 1222, contamos con referencias al cobro de portazgos en este lugar y a la celebración de una feria de quince días en la festividad de Santa Marina.
Las trece tierras y las tres viñas descritas en el documento de Moreruela nos acercan, como hemos dicho, a la organización del terrazgo de Castrogonzalo, pero también proporcionan detalles muy relevadores de la estructura de la propiedad y el paisaje agrario de todo el entorno de la aldea. Todo el territorio administrado y dependiente de la comunidad de vecinos recibe el nombre de “término”, dentro del cual existían un buen número de propietarios, tanto de las viviendas del núcleo urbano como de las tierras y heredades de su terrazgo.
Las explotaciones agrarias se organizan y agrupan en pagos. En el documento afloran viarios de los microtopónimos con los que eran conocidos en la tradición popular: “La Cabaña”, “Los Barriales”, “El Barrial”, “Los Arenales”, Las Pinillas”, “La Riba del Falconero”, “La Vega”, “El Villar”, etc. Dado que la mayoría de las tierras donadas limitan con otras tierras de otros propietarios, debe pensarse que estamos hablando de pequeñas y medianas propiedades, dedicadas a un mismo tipo de cultivo. Esto es patente en la denominación de alguno de estos pagos, como “Las viñas de Merced”, lugar donde se agruparían un conjunto de explotaciones dedicadas al cultivo de la vid.
La tierras y viñas del término cuentan con buenos accesos y comunicación a través de la red de caminos. Así se especifica en los deslindes de varias de ellas: “la carrera de Villalobos”, “la carrera de San Esteban del Molar”, “el camino que viene de la puente para Castro Gonzalo”, “el camino que viene de Valderas para la puente”, “el camino que viene de Castro Pepe para Fuentes”, “el camino que va de Castro Pepe para Castro Gonzalo”, etc.
En cuanto a los dueños de las heredades, el documento presenta un panorama de la propiedad de las tierras de cultivo muy disperso y repartido. El matrimonio formado por Pedro Yáñez Pistón y doña Mioro serían, en este sentido, unos privilegiados, pues la dote entregada en concepto de arras a Marina Peláez (trece tierras y tres viñas) sería solo una parte de su patrimonio total, y esta circunstancia a juzgar por otra documentación consultada no sería la habitual. En los deslindes de estas tierras aparecen otros propietarios, la mayoría aparentemente vecinos de Castrogonzalo o de poblaciones próximas. Hay otros casos en los que las explotaciones han acabado en manos de personas o instituciones religiosas relacionadas con la villa de Benavente. Así, una tierra en "Las Pinillas" pertenece a Domingo Iohannes de Benavente, yerno que fue de Juan Fernández, clérigo de Ventosa, mientras que otra parcela, en la "Riba del Falconero", linda con una tierra de Santa María del Azogue de Benavente.
Hay algunas alusiones al puente sobre el Esla que resultan de gran interés. Al igual que ocurre en la actualidad, la zona más próxima a las riberas del río recibe el nombre de "La Vega", con una orientación tradicional dedicada al regadío y al cultivo de huertas. Junto al puente se cita "El Villar" y una "alberguería". El propio puente y la alberguería tienen tierras de su propiedad, que lindan con algunas de las parcelas entregadas en arras por Pedro Yáñez y doña Mioro. Se trataría, por tanto, de un pequeño núcleo de población surgido en torno al tránsito de personas y mercancías en el puente, antecesor del barrio de Paradores o del Portazgo.
| Detalle de la escultura de Santiago Peregrino. Iglesia de Santa Marta de Tera (Zamora) |
![]() |
| Imagen de un obispo en un sepulcro de Santa María del Azogue de Benavente |
En el año 1995 María Josefa Sanz Fuentes publicó un interesante documento del siglo XIII relativo al cabildo de clérigos de Benavente. Fue localizado entre los fondos del Archivo de la Catedral de Oviedo, a partir de las labores de ordenación e inventariado llevada a cabo por su archivero, Raúl Arias del Valle. Su contenido nos habla de ciertos conflictos surgidos por los derechos económicos de las iglesias benaventanas. La disputa enfrentaba en este caso a los clérigos de la villa y al arcediano de la iglesia de Oviedo, bajo cuya jurisdicción se encontraban entonces estos territorios. Se trata de una pieza de pergamino de 28 x 37 cms., que en realidad incluye dos documentos.
En el primero, el cabildo de clérigos de Benavente da poder a Martín Giráldez, uno de sus miembros, para que los represente en todos los pleitos que han de sustanciarse ante el deán y cabildo ovetenses en razón de las demandas que contra ellos tiene interpuestas mestre Alfonso, arcediano de Benavente.
En el segundo, Martín López, arcediano de la Iglesia de Oviedo, es designado árbitro por el cabildo de clérigos de Benavente y por mestre Alfonso, arcediano de Benavente, para que dirima la contienda existente entre los mismos en razón de las procuraciones que el citado arcediano les demandaba en las iglesias de la villa y en sus clérigos.
La solución pactada entre las partes para este conflicto fue que el árbitro designado, el arcediano Martín López, fuera a Benavente en torno a la festividad de San Miguel. En estos días debía averiguar "per sí e con otros omnes bonos de la villa, clérigos e legos, per juramento e per todas las otras maneras que él podier saber la verdat, ela quantía de los bienes e de las posesiones que reciben los clérigos de todas las iglesias de la villa de Benavente e de cada una dellas per sí". Una vez hechas las pesquisas, el arcediano, con el consejo de hombres buenos, podría hacer una tasación justa, admitida por ambas partes, del valor de las procuraciones en cada una de las iglesias.
El estudio y comentario de este diploma invita también a hacer un acercamiento al cabildo de Benavente durante la Edad Media, una institución muy arraigada en la villa y de larga trayectoria histórica, pues arrancaría desde los mismos tiempos de la repoblación, en el siglo XII, y nos llevaría prácticamente hasta la actualidad.
Durante la repoblación de Benavente por Fernando II ya se debió crear una comunidad o cofradía de clérigos regida por un abad, origen del cabildo. Las bases de la reglamentación de esta cofradía tienen sus precedentes en las disposiciones establecidas o apuntadas en el fuero de la villa. Sobre este asunto hay algunos testimonios en varias cartas forales derivadas del fuero de Benavente. En ellas se recogen diversos privilegios y franquezas para los clérigos de la villa y su alfoz.
En una copia romanceada del fuero de La Coruña, copiando a su vez pasajes del fuero de Benavente, se incluye una carta otorgada a los clérigos por Fernando II en 1180. Este texto es conocido como "Foro dos cregos", y aunque en el mismo se habla de un privilegio concedido por el rey leonés a los clérigos de La Coruña, todo apunta a que en realidad es una reproducción de determinados parágrafos del fuero de Benavente. Por tanto, muy probablemente esta fecha de 1180 es la que hay que asignar a las primeras referencias sobre la comunidad de clérigos benaventana.
El contenido del "Foro dos cregos" eximía a los clérigos de la villa y su alfoz, englobados bajo la denominación genérica de "clerezía", de toda una serie de obligaciones fiscales. En el fuero de Llanes, fechado probablemente en 1228, se incluyen estás mismas libertades y franquezas, eximiéndoles del pago de "pechos, nin de pedido, nin de fonsado, nin de fonsadera, nin de colecha, nin de ningun fuero, nin de fazenda, nin de debdo a seruiçio de rey, de que los clérigos son quitos en todo el mundo, nin sobre mal fuero costrenir estos clerigos. Otrosí les encoto todas las cosas que a estos clérigos han e sus subçesores, [...] e la clerezía en tal manera todo el conçejo de Llanes sea encotado e defendido, e de todo embargo e de todo mal".
Ledo del Pozo afirma que ya desde 1269 existía noticia del cabildo de Benavente con la advocación de San Vicente y San Pablo, también conocido como cabildo mayor de San Vicente. Tal vez en su origen esta cofradía tuvo una iglesia propia bajo la advocación de San Vicente, pero su sede tradicional estuvo en la iglesia de Santa María del Azogue. Sobre ello hay abundantes referencias a partir del siglo XVI. Sus reuniones se celebraban en la sacristía, a son de campana tañida, donde tenían su asiento los párrocos de cada una de las iglesias benaventanas ordenados por su antigüedad. También tenemos constancia de cabildos celebrados ocasionalmente en otras iglesias y en los monasterios de la villa.
El documento publicado por Mª Josefa San Fuentes se fecha en 1285, y en él la institución se define como "el cabildo de los clérigos de Benavente". En un momento del desarrollo de la demanda, Martín Giráldiz, procurador del cabidlo, exhibió "una procuración escripta en pargamino de cueyro, seellada con un seello de cera colgado, e en medio del seello seya una figura de ángele que tenía un bordón ennas manos e feria con él a una figura de una serpiente, e aderredor seyan letras que dizían assí: Sigillum Capituli Beneventani". Se trata, por tanto, de una descripción detallada del sello de cera del cabildo. Sanz Fuentes interpreta, con buen criterio, que llevaba figurada la imagen del arcángel San Miguel. Sin embargo, en diversos documentos a partir de los siglos XIV y XV se indica que el cabildo estaba bajo la advocación de San Vicente.
A este respecto, señala Madoz que el patrono del cabildo es San Vicente Mártir, cuya fiesta se celebra el 23 de enero: "A este cabildo pertenece un curato que existe en la actualidad además de los enunciados, quien sin tener iglesia propia cuenta con todas las existentes como suyas. El mismo cabildo en cuerpo es el párroco, y para desempeñar este cargo por persona designada a este fin, elige todos los años la víspera de Navidad un individuo de su seno, en quien confía el deber, pero con la precisión de que el electo sea cura párroco. Las obligaciones de este elegido están reducidas a administrar el pasto espiritual a los fieles de las afueras".
Las cofradías de clérigos fueron muy habituales en los reinos hispánicos durante la Edad Media, y en muchos aspectos su funcionamiento no difería de otras organizaciones asistenciales y gremiales creadas en esta época. Las hubo de muy diverso tipo, diferenciándose las que agrupaban a los clérigos de un grupo específico o escalafón (canónigos, capellanes, compañeros, etc.) y las que asociaban a cualquier tipo de clérigos. En el caso de Benavente, el cabildo mayor estaba formado principalmente por los párrocos, racioneros y sacerdotes de cada una de las iglesias de la villa. Entre ellos elegían un abad, que presidía las reuniones y era reconocido como su máxima autoridad. No obstante, desde el punto de vista de la jerarquía eclesiástica, era el arcipreste el representante de la autoridad episcopal en la villa. Por encima de él estaría el arcediano, contra quien pleitea el cabildo en el documento de 1285.
Las finalidades y actividades de este cabildo era muy variadas. Era, en primer lugar, un órgano de fraternidad entre sus miembros, y como tal defendía los intereses de su comunidad, realizaba obras asistenciales y velaba por el mantenimiento de sus rentas y el respeto de sus privilegios y franquezas. Pero, como cabildo de clérigos, también tenía numerosas obligaciones espirituales, destacando la dedicación de sufragios por los difuntos, participación en romerías y procesiones, aplicación de misas y vigilias, y su asistencia en las principales festividades del calendario litúrgico. Celebraban también con solemnidad las fiestas de su santo patrón. Para ello, contaban con un importante patrimonio inmobiliario propio, así como con la participación en algunas rentas, mandas testamentarias y la creación de fundaciones por los condes y determinados miembros privilegiados de la sociedad benaventana.
A lo largo de los siglos, el cabildo fue adquiriendo un patrimonio considerable, integrado por casas en la villa y tierras en el alfoz, y recibió diversos privilegios de los reyes. Tenemos noticia de un privilegio de Alfonso XI por el que eximía del pago de ciertas monedas de oro al cabildo de Benavente, que el reino le había concedido para el pago del cerco de Algeciras: "Que se cobre en Benavente con sus arrabales con San Vicente, con Santa Clara, con las casas que están a San Pablo, e con las casas del carril, e con la pola de San Martín". En 1399 consta otro privilegio de Enrique III por el que otorga el título de Capellanes de honor de S.M. al cabildo de Benavente.
En 1352, Fernán Pérez, clérigo, criado de Alvar Rodríguez de la Rocha, caballero morador en Benavente, se obliga con sus bienes corporales y espirituales si le hacen colación de la iglesia de Santa María Magdalena de Castropepe, aldea de Benavente, a pagar perpetuamente al cabildo de los clérigos de la cofradía de San Vicente de Benavente, y a su abad, siete cargas de pan terciado (trigo, centeno y cebada), medida en fanegas de las que corren, a cuatro fanegas la carga, y a diez mrs. por la fiesta de San Martino, aceptando esta obligación Domingo Ramos, abad de la cofradía, en nombre de la misma.
Respecto a las celebraciones litúrgicas, las misas y las procesiones contamos con un interesante testimonio del siglo XIV procedente del archivo del monasterio de Santa Clara. En él, el arcediano de Benavente en la iglesia de Oviedo, Diego Juan, funda diversas misas y procesiones, buena parte de las cuales debían ser atendidas por el cabildo de la villa. El extracto que conservamos es muy detallista, pues especifica incluso las vestiduras y preseas que debían portar los sacerdotes:
"Escritura de fundación otorgada por Diego Jhoan, arcediano de Benavente en la yglesia de Oviedo, por la que manda decir dos misas cantadas y hazer dos procesiones en el martes primero después del día de Pentecostés en esta forma: La primera misa han de mandar decir y la han de oficiar las monjas de Santa Clara de dicha villa, haziendo su processión de comunidad por el claustro acabada la misa, que se aplicará por el ánima de dicho fundador y por sus obligaciones. La segunda misa, que ha de seguirse a la del convento, la debe cantar el cabildo en el altar de Santa María de dicho convento, al que vendrán los sacerdotes reverendos de pellizes, y en processión con las cruces de las parroquias, y concluida la misa, que deberán aplicar por el alma de dicho arcediano, se saldrán en processión a la parroquia de San Andrés y cantarán su oración o responso sobre su sepultura. Para el cumplimiento de esta carga dejó dicho arcediano a las monjas treinta maravedises cada un año, con su pitanza de dos carnes, pan y vino a su voluntad: y al cabildo sesenta maravedises del mismo modo, situados todos sobre dos casas y una bodega con sus cubas a la calle de la Judería, propias de dicho fundador que las dejó al capellán de la capellanía que fundó en San Andrés con la obligación de que pagasse dicho situado. Pasó ante Fernán Johannes, notario apostólico en Benavente a 23 de maio del año de 1360".
El cabildo de Benavente también tenía una participación significativa en las procesiones y romerías celebradas en diversas ermitas y santuarios del alfoz. Destacan las de Santa María de la Vega, Santas Cruces, Santa María del Valle, Villanueva de Azoague, San Lázaro, y las de Santa María de Agosto y San Nicolás en Puente de Vizana. En 1492 tenemos constancia de un acuerdo del concejo por el que se libra al cabildo de los clérigos 1.240 maravedís para los gastos inherentes a su realización. El texto del acuerdo, según la transcripción de Isabel Beceiro Pita, es el siguiente:
"Acuerdo del cabildo de los clérigos. Este día [tres de agosto] los dichos justiçia e regidores e procurador acordaron que se librase al cabyldo de los clérigos e a Juan Ramos abad en su nombre mill e dosyentos e quarenta maravedís por las deste año que son las de Santa María de la Vega e Santas Cruses e Santa María dela Vega [tachado Vega] del Valle e Vyllanueva de Azoague e San Lázaro e la Visana de Santa María de Agosto e de San Nicolás e de Santa María". (Actas del concejo de 1492. AMB, L 2).
APÉNDICE DOCUMENTAL
1285, abril, 27. Benavente.
El cabildo de clérigos de Benavente da poder a Martín Giráldez, uno de sus miembros, para que los represente en todos los pleitos que han de sustanciarse ante el deán y cabildo ovetenses en razón de las demandas que contra ellos tiene interpuestas mestre Alfonso, arcediano de Benavente.
B.—Inserto en el doc. n° 2.
ED. Mª J. SANZ FUENTES, “Nueva aportación a la colección documental de la Catedral de Oviedo (II)”, BIDEA, 145 (1995), pp. 371-373.
2
1285, mayo, 6.
Martín López, arcediano de la Iglesia de Oviedo, es designado árbitro por el cabildo de clérigos de Benavente y por mestre Alfonso, arcediano de Benavente, para que dirima la contienda existente entre los mismos en razón de las procuraciones que el citado arcediano les demandaba en las iglesias de la villa y en sus clérigos.
A .—Pergamino, 28 x 37 cms. Escritura gótica cursiva fracturada. Afectado por manchas de humedad y roturas.
A.C.O., Fragmentos, sin catalogar.
ED. Mª J. SANZ FUENTES, “Nueva aportación a la colección documental de la Catedral de Oviedo (II)”, BIDEA, 145 (1995), pp. 371-373.
Connosçida cosa sea a quantos esta carta viren commo sobre contienda que yera entre mestre Alfonso, ararçediano de Benavente enna Iglesia de Oviedo, de la una parte, e los clérigos del cabildo de la villa de Benavente, de la otra, sobre procuraçiones que demandava el dicho ararçediano ennas iglesias de la villa de Benavente e ennos clérigos. Et despós que el arrçediano e los procuradores del dicho cabildo contendieron per algún tienpo per antel deán e per ante el cabildo de la Iglesia de Oviedo sobre las dichas procuraçiones, plogo al dicho arçediano e a Martín Giráldiz, procurador del cabildo de los clérigos de la villa de Benavente, que avía mandado suficiente para conponer, terminar este pleito per avenencia ho per derecho, per una procuración escripta en pargamino de cueyro, seellada con un seello de cera colgado, e en medio del seello seya una figura de ángele que tenía un bordón ennas manos e feria con él a una figura de una serpiente, e aderredor seyan letras que dizían assí: "Sigillum Capituli Beneventani". La qual carta yera fecha en esta manera:
— Era de mille e trezientos e veynte e tres annos, veynte e siete días de abril. Sepan quantos esta carta viren cómmo nos, el cabildo de los clérigos de Benavente, establecemos e fazemos nuestro procurador soficiente a Martín Giráldez, clérigo, nuestro conpannero, portador desta carta, para ante don Alvar Díaz, deán de la Iglesia de Oviedo, ho per ante el cabildo o vicarios o vicario desa misma Iglesia, en todos los pleitos e en todas las demandas que mestre Alfonso, arcediano de Benavente, ha contra nos. Et dárnosle poder a este nuestro procurador sobredicho que pueda responder por nomne de nos, defender, componer, avenir, reconvenir, apellar, apellación seguir, e de jurar en nuestras almas, tan bien juramento de calompnia commo otro juramento qualquier que ennos pleitos o enno pleito mester fur; e de fazer todas las otras cosas que leal e verdadero procurador puede e deve fazer. Et toda cosa que este nuestro procurador fezier, nos lo otorgamos e lo hemos e lo avremos por firme tan bien commo se nos mismos fúsemos presentes. Et obligamos nuestros bienes de conprir toda cosa que contra este nuestro procurador fur julgada por derecho. Et porque esta procuración sea firme e non venga en dubda, nos, el cabildo de los clérigos sobredicho, roguemos a Iohan Gongálvez, teniente las vezes de don Bortolamín, notario del rey en Benavente, que la feziese escrivir e escrivise en ela so nomne e feziese en ela so signo. Et por mayor firmedumne seelémosla del siello de nos, el cabildo de los clérigos sobredicho. Presentes: Fernán Pérez, Aparigio Domínguez, Pero Yvánnez de Saludes. Yo, Iohan Gongálvez sobredicho la fiz escrivir e fiz hy mió singno (signo).
![]() |
| Imagen de San Miguel procedente de la desaparecida parroquia homónima, hoy en la iglesia del Carmen de Renueva de Benavente |