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sábado, 25 de diciembre de 2021

"Este servicio que es tanto como una moneda" - Un privilegio de Alfonso X al concejo de Benavente

Privilegio de Alfonso X al concejo de Benavente (1277). AMB

El Archivo Municipal de Benavente conserva en la actualidad dos privilegios reales de Alfonso X. El primero, en orden cronológico, es la concesión en 1254 de una feria franca de 15 días en torno a la Pascua de Resurrección. El segundo, del cual nos ocupamos ahora, data de 1277 y tiene un componente específicamente económico, relacionado con un momento muy concreto de la política fiscal del rey sabio. Además de estos dos pergaminos, el archivo benaventano contó con otros diplomas de este mismo rey. De ellos tenemos noticias a través de otras cartas que hacen referencia directa o indirecta a su contenido. Varios autores citan especialmente un privilegio fechado en San Esteban de Gormaz en 1256, del que tenemos noticia hasta mediados del siglo XX, y que hoy hay que dar por perdido. 

En 1277 Alfonso X convocó unas cortes en Burgos. El cuaderno con sus ordenamientos no se ha conservado, pero varias carta enviadas a los concejos y a otras instituciones certifican la celebración de esta asamblea y recuerdan algunos de los asuntos tratados por los asistentes. El reino atravesaba una delicada coyuntura política y económica. La invasión de los benimerines había obligado a movilizar más efectivos militares hacia las fronteras, y para hacer frente a los cuantiosos gastos se había aprobado tres servicios extraordinarios, dos en 1276 y uno en 1277. En realidad, Alfonso X aspiraba a aprovechar estas circunstancias para modificar sustancialmente las políticas fiscales, convirtiendo estos servicios extraordinarios en ordinarios. El plan era estabilizar una contribución anual, equivalente a una moneda, durante todo el tiempo de su reinado.

Estos nuevos servicios provocaron, lógicamente, grandes reticencias por parte de los concejos. Pero el rey tenía un poderoso as en su manga para presionar en sus negociaciones. De fondo existía una ambiciosa pesquisa real sobre anteriores deudas fiscales no satisfechas y sobre todo tipo de irregularidades cometidas por las villas, los recaudadores y los entregadores. La amenaza de graves sanciones sobrevolaba sobre todo este asunto. En 1276 el rey había arrendado en Vitoria el cobro de estas deudas a diversos prestamistas judíos. Entre ellos estaba don Çag de Maleha, el poderoso almojarife mayor del rey. La puesta en marcha de este mecanismo no solo aseguraba su cobro efectivo, sino que además supondría mayores costes para los pecheros, por el interés de los arrendadores en recuperar las sumas invertidas con los beneficios correspondientes.

Guillermo Castán Lanaspa ha calificado toda esta operación como un auténtico "órdago fiscal". Se trataba de revisarlo todo desde 1261, cuando se convocó la hueste de Niebla. La pesquisa afectaba a la mayor parte de las rentas reales: servicios, fonsaderas, martiniegas, pedidos, etc., pero también a hacer efectivo el pago de multas, penas o "caloñas" establecidas por no acudir a la hueste, sacar cosas vedadas del reino, quebrantamiento de dehesas y cañadas, bienes mostrencos retenidos por particulares, y otros supuestos.

Sobre estos fundamentos, en las cortes de Burgos de 1277 los concejos ofrecieron al monarca un servicio anual "que es tanto como una moneda". La tarifa era equivalente a cinco maravedís y un tercio de la moneda blanca de la guerra: "una moneda de cinco maravedís e tercia de la moneda de la guerra por cada persona que tuviese cuantía de pechar moneda". A cambio, el rey se comprometía a anular las pesquisas arrendadas a los judíos.

En torno al verano de 1277 la cancillería regía expidió toda una seria de cartas relacionadas con el cobro de este servicio dirigidas a los principales concejos: Cuéllar, Riaza, Sigüenza, Alarcón, Salamanca, Ledesma, Cáceres, Ciudad Rodrigo, Alba de Tormes, Oviedo, Benavente, Palencia, Valladolid, Segovia, La Guardia (en Toledo), etc. El tenor de todas ellas muy similar, pero se agrupan por las distinticas divisiones político-administrativas de la Corona.

En el caso de León, su Archivo Municipal conserva tres privilegios reales fechados los días 10, 12 y 14 de junio 1277. El del día 12 es idéntico a la carta benaventana. En el del día 14 Alfonso X exime a los caballeros de León, a las dueñas y a sus hijos de pechar por sus personas en el servicio "que es tanto como una moneda" que prometieron darle la ciudad de León y las otra villas del reino. Por último, en el del día 10 se perdona a los vecinos los pechos y derechos que le adeudan por razón de las dehesas rotas y las cañadas labradas, de las tercias impagadas y de las cuentas de los pechos echados desde el año de hueste de Niebla, con el detalle de diversas condiciones y excepciones. Este privilegio es el más extenso de todos los de la serie y ofrece en su exposición detalles interesantes sobre los antecedentes y las circunstancias de todas estas actuaciones: 

"Fágouos saber que los omnes buenos de uestra villa e de las otras villas del regno de León que uos e ellos enbiastes a mí a Burgos, fabraron conmigo sobre razón de las cuentas que yo mandé tomar de los pechos que yo eché en la tierra del anno de la hueste de Niebla acá [...] Et que vos perdonasse lo passado e que sennaldamientre me lo terniedes en merçet entre todas las otras merçedes que fasta aquí uos fiz e que me seruiríedes por ello en esta guisa: que me dariedes por en toda mi vida cadanno vn seruiçio que fuesse tanto conmo vna moneda e daquí adelantre que guardaríedes los míos derechos en esto e en todo lo al, porque non ouiéssedes a uenir otra uez a esto conmigo".


APÉNDICE DOCUMENTAL


1277, junio, 12, sábado. Burgos.

Privilegio del rey Alfonso X por el que otorga al concejo de Benavente que la moneda que prometieron darle cada año, como servicio, no la tengan por fuero ni costumbre, y que la paguen sólo durante su vida, y no a otro rey que venga después de él.

A. AMB, 1-4. Carta plomada. Orig. Perg., 195 x 225 mm.; minúscula diplomática; en regular estado de conservación; ángulo superior derecho algo roto, borroso y con manchas, pero legible. Falta el sello de plomo que menciona; conserva los hilos en que pendía, rojos y amarillos, en la plica de triple perforación.

ED. Mª D.: GUERRERO LAFUENTE, Historia de la ciudad de Benavente en la Edad Media, Benavente, 1983, p. 425; P. MARTÍNEZ SOPENA, V. AGUADO SEISDEDOS y R. GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Privilegios reales de la villa de Benavente (Siglos XII-XIV), Salamanca, 1996. doc. 4; CIT. J. LEDO DEL POZO, J., Historia de la nobilísima villa de Benavente, con la antigüedad de su ducado, principio de su condado, sucesión y hazañas heroicas de sus condes, Zamora, 1853, p. 196.

Sepan quantos esta carta uieren commo nos, don Alfonso, por la gracia de Dios rey de Castiella, de Leon, de Toledo, de Gallizia, de Seuilla, de Cordoba, de Murcia, de Jahen, e del Algarue, otorgamos al Conçeio de Benauente que este seruiçio que es tanto commo una moneda, que ellos e las otras villas, e los lugares del Regno de Leon, nos prometioron agora de dar cada anno por en toda nuestra uida, que no lo ayan por fuero, nin por costumbre, nin lo dien despues de nuestros dias a otro rey que uenga despues de nos.
E por que esto sea firme e estable, mandamos seellar esta carta con nuestro seello de plomo. Fecha la carta en Burgos, sabado, doze dias andados del mes de Junio, en Era de mill e trezientos e quinze annos. Yo Johan Perez, fijo de Millan Perez, la fiz escreuir por mandado del Rey, en veynt e sex annos que el Rey sobredicho regno. (Abajo a la derecha, tapado por la plica): Garçia Yannes.

lunes, 8 de noviembre de 2021

En torno a los orígenes y la fundación del monasterio de Santa Clara de Benavente

Detalle de la talla de Santa Clara en su monasterio de Benavente 

La historia del monasterio de Santa Clara de Benavente está aún por escribir. Muy poca bibliografía se puede alegar para reconstruir su trayectoria histórica y, en la mayoría de los casos, no pasa de una breve reseña que intenta resumir en unas líneas un pasado de más de siete siglos de existencia. Otras fundaciones monásticas benaventanas, como San Francisco, Santo Domingo, San Bernardo, Sancti Spíritus o San Jerónimo han corrido mejor suerte, y cuentan en la actualidad con referencias en monografías o artículos diversos centrados en aspectos históricos, artísticos y documentales.

La mayoría de los autores coinciden en señalar que nuestro monasterio fue fundado hacia el año 1271, bajo la iniciativa del rey Alfonso X y su mujer doña Violante, en un enclave extramuros de la ciudad no bien identificado. A este respecto, las informaciones son poco rigurosas, y no vienen acompañadas del correspondiente respaldo documental.

El primer autor que se ocupa de este asunto parece ser Francisco Gonzaga en su “Ministro General de toda la Orden de Nuestro Padre Sant Francisco” (edición en castellano de 1583). Sin embargo, sus datos son muy genéricos, y tratadistas posteriores corrigieron y ampliaron sus averiguaciones. A este respecto Jacobo de Castro, en su “Primera parte de el arbol chronologico de la Santa Provincia de Santiago” (Salamanca, 1722) señala lo siguiente:

“Aunque el señor Gonçaga, fundado en una bula de Gregorio Dézimo, señala la fundación de este convento (que primero estuvo fuera de esta villa, cuyo sitio no especifica) al año de 1271, tengo por más probable fuese antes, y uno de los primeros de esta Provincia, y de el qual sacó la religión muchas religiosas para fundadoras de otros conventos. Lo que no tiene duda es averse fundado con limosnas de los fieles, por guardar la primera Regla de Santa Clara, y que al año de 1388 fue trasladado al sitio presente dentro de las murallas de esta villa”.

Las clarisas benaventanas han sabido conservar algunos pergaminos, bulas y documentos significativos de lo que fue su Archivo, pero otra gran parte del mismo parece que se ha perdido. Gracias a la amabilidad de las hermanas he podido revisar en varias ocasiones algunos de estos testimonios. De consulta obligada es su llamado "Libro Becerro", cuyo título completo es "Libro Becerro, o ynventario general de todas las escrituras antiguas y modernas en pergamino y en papel que se hallan en Archivo de este Real Convento de N. M.. Santa Clara de la Villa de Benavente". El manuscrito fue compuesto en el año 1797, siendo abadesa sor Manuela Victoria González de Rivera.

En el Libro Becerro no existe registro de una carta propiamente fundacional, pero sí hay constancia de varios documentos próximos a los momentos iniciales de la historia del monasterio. El más antiguo es la bula mencionada anteriormente de Gregorio X. Su entrada es la siguiente:

"Una bula de Gregorio X por la que toma a este convento de Santa Clara de Benavente, y sus monjas, baxo la protección de la Silla Apostólica y las confirma en la posessión de los bienes y rentas que tenían, tienen y tengan en lo succesivo justamente adquiridos. Dada en Civitavechia en 24 de febrero de 1271, primero de su pontificado".

Una primera dificultad encontramos con la fecha de esta bula, pues si bien es cierto que Gregorio X comienza su pontificado en el año 1271, su elección no tuvo lugar hasta el día 1 de septiembre. Por tanto, debe existir alguna mala lectura de la data y se deba retrasar al año 1272. En todo caso, el documento papal nos presenta una comunidad monástica ya establecida en Benavente en torno a 1271-1272, con un patrimonio que ahora se ratifica y se dota de especial protección.

Respecto a la participación de Alfonso X o de su mujer, doña Violante, en la fundación del monasterio el Libro Becerro no recoge ningún diploma de este monarca, pero varios autores insisten en recoger una tradición fuertemente arraigada en este sentido. Según Ledo del Pozo, "en 1271 se concluyó el convento de monjas de esta villa, bastante capaz para contener sesenta monjas; en el mismo año Gregorio X despachó su bula de confirmación, y Alfonso el Sabio un privilegio en que consta el número de fundadores, tiempo de su fundación, y cuántas fueron las primitivas religiosas que le ocuparon. El citado rey y su muger doña Violante le tomaron bajo su protección, y agradecidas sus monjas les aclamaron por patronos".

Sea como fuere, esta primera fundación se hizo extramuros de la villa, en un emplazamiento que hoy es difícil de localizar con precisión. No obstante, contamos con algunas referencias espaciales para darle una situación aproximada y el nombre de un pago sumamente revelador: "Santa Clara la vieja". Hacia 1388 se produjo el traslado de la comunidad de clarisas a unos nuevos solares dentro de las murallas de la villa. El cambio no fue inmediato, llevó varios años su materialización, principalmente por las dificultades económicas y el retraso de las obras de construcción del nuevo convento.

En 1397 se formaliza una escritura de fuero de unas casas en Castrogonzalo "estando juntas las monjas capitularmente en unas casas a la calle de la Rúa, en donde vivieron mientras duró la fábrica de su nuevo convento".

En 1404 la abadesa establecía un convenio con Pedro Vélez, carpintero vecino de Benavente, "para trasladar la piedra, maderas y demás materiales del convento antiguo que estaba arruinado fuera de la villa, al nuevo que existe dentro de los muros de ella, y le dio por su trabajo mil doscientos maravedís, una carga de trigo y dos cántaras de vino".

En el libro Becerro de Alonso Pimentel, III conde Benavente, compuesto hacia 1448, se registra una tierra "que llaman dol Hoyo que yase a Santa Clara la vieja, que ha por términos de la una parte tierra de Moreruela e de la otra parte el sendero que va par della".

lunes, 1 de noviembre de 2021

"Porque nos fizieron entender que la villa era muy despoblada" - Un privilegio de Sancho IV al concejo de Benavente (1285)

Privilegio de Sancho IV al concejo de Benavente (1285). Archivo Municipal

Los últimos años del siglo XIII fueron particularmente negativos para Benavente y su tierra. A una coyuntura económica depresiva general que caracteriza la segunda mitad de la centuria en el reino de Castilla, hay que añadir otras circunstancias desfavorables que afectaron especialmente a la villa. Diversas fuentes nos informan cómo la ciudad se vio involucrada de una forma directa en el enfrentamiento entre el rey Alfonso X y su hijo, el infante don Sancho, por la cuestión sucesoria. Según nos refiere Ledo del Pozo, el infante negoció con el concejo la adhesión de la villa a su causa, obteniendo en principio una respuesta positiva, pero todo apunta a que su apoyo debió suponer un notable esfuerzo fiscal y militar.

En este contexto, el privilegio otorgado por el rey en 1285, pocos meses después de llegar al trono, venía a recompensar a la ciudad por los servicios prestados, intentando, a la vez, poner remedio a la grave situación por la que atravesaba: "Por fazer bien e merced al conceio de Benauent, e porque nos fizieron entender que la villa era muy despoblada, e porque se pueble meior, e ellos sean mas ricos e mas abondados". La iniciativa real se centró en una reducción de la carga impositiva, en particular "en los pedidos e en los enprestidos e en los seruicios e en los donadios e en las fonsaderas e en los fonsados e en todas las facenderas, tan bien de abenencia como de martiniega e de moneda forera".

Los nuevos pobladores obtenían así una merma apreciable de la fiscalidad regia, "tres a un fuero", viendo reducida su contribución a la tercera parte, pero disfrutando de los bienes comunales (pastos, aguas, montes, fuentes, etc) en las mismas condiciones que el resto de los vecinos. Para evitar que la llegada de nuevos pobladores pudiera suponer una merma de los ingresos de la monarquía, Sancho IV especifica que estos nuevos vecinos deben de provenir de heredades de abadengo, señorío u órdenes militares, pero no del realengo.

Signo rodado del privilegio de Sancho IV al concejo de Benavente

APÉNDICE DOCUMENTAL 


1285, mayo, 24, jueves. Toledo.

Privilegio de Sancho IV al concejo de Benavente por el que concede diversas exenciones a todas aquellas personas que quisieran poblar la villa.

Archivo Municipal de Benavente, leg. 1-5.
Pergamino original. 560 x 450 mm. Signo rodado policromado. Leyenda: + SIGNO DEL REY DON SANCHO. En el exterior: + :DON :PER :ALVAREZ :MAYORDOMO :DEL :REY: CONFIRMA: DIAGO :DE :HARO :ALFEREZ :DEL :REY :CONFIRMA.

ED. D. GUERRERO LAFUENTE, Historia de Benavente en la Edad Media, Benavente, 1983, p. 429-431; P. MARTÍNEZ SOPENA, V. AGUADO SEISDEDOS y R. GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Privilegios reales de la villa de Benavente (Siglos XII-XIV), Salamanca, 1996, pp. 24 y 79-80.

(Crismón policromado) En el nombre de Dios, que es Padre e Fijo e Spiritu Sancto: que son tres personas e un Dios, que bive e regna por siempre iamas; e de la bien auenturada Uirgen gloriosa santa Maria su madre, e a onra e a seruicio de todos los santos de la corte [celestial]. Se[pan qº...] por este nuestro priuilegio todos los omes que agora son e seran daqui ade- /2  lantrie commo nos don SANCHO (en blanco sobre fondo rojo) por la gracia de Dios Rey de Castilla, de Toledo, de Leon, de Gallizia, de Seuilla, de Cordoua, de Murcia, de Jahen e del Algarbe. En uno con la Reyna donna MARIA (en blanco sobre fondo azul), mi mugier, e con la Infante donna Ysabel, nuestra fija primera e heredera. Por fazer bien /3 e merced al Conceio de Benauent, e porque nos fizieron entender que la villa era muy despoblada, e porque se pueble meior, e ellos sean mas ricos e mas abondados. Tenemos por bien e mandamos que todos aquellos que uinieren poblar a la villa de Benauent, de la tierra de las ordenes, o de los abadengos, o de los Ricos /4 omes, o de otros Regnos, o de otros logares quales quier que non sean nuestros pecheros, que uengan saluos e seguros; e en los pechos que nos ouieren ý a dar, e en los pedidos, e en los enprestidos, e en los seruicios, e en los donadios, e en las fonsaderas, e en los fonsados, e en todas las facenderas, tan bien de abenencia como de /5 martiniega, como de moneda forera, que fagan tres un fuero, e lo que auria uno ome a pechar que lo pechen tres dellos. E si el Conceio de Benauent, o omes contados, ouieren de yr en hueste, que uaya uno dellos por tres. E mandamos que ayan parte en pastos, en aguas, en montes, en fuentes, e en todas las franquezas e libertades que han/6 el Conceio de Benauent e deuen auer. E ninguno sea osado de los prendar, nin de los tomar ninguna cosa de lo suyo, si non fuere por los pechos que nos ouieren a dar, o por su debda conosçuda, o por fiadura que ellos mismos ayan fecho. E defendemos que ninguno non sea osado de yr contra este priuilegio para quebrantarlo nin para min- /7 guarlo en ninguna cosa. Ca qual quier que lo fiziese aurie nuestra ira, e pechar nos ýe en coto mill maravedis de la moneda nueua, e al Conceio de Benauent, e a los que uinieren ý poblar, o a quien su boz touiese, todo el danno doblado. E por que esto sea firme e estable, mandamos seellar este priuilegio con nuestro seello de plomo. Fecho en /8  Toledo, yueues veynt e quatro dias andados de Mayo. Era de mill e ccc e veynt e tres annos. E nos, el sobredicho Rey don SANCHO (blanco sobre rojo) Regnant en uno con la Reyna donna MARIA (blanco sobre azul), mi mugier, e con la Infante donna Ysabel, nuestra fija primera e heredera en Castilla, en Toledo, en Leon, en Gallizia, en Seui- /9 lla, en Cordoua, en Murcia, en Jahen, en Baeça, en Badalloz, e en el Algarbe, otorgamos este priuilegio e confirmamoslo.

...El...infante don Johan...arzobispo de Toledo, primado de las (Españas) canciller (del Rey ?), qonfirma.

(A cada lado del sello rodado hay dos columnas de confirmantes con la sigla de confirmante (q) cada uno y una f alargada, común a los de cada columna, en rojo o en azul).

Izquierda, 1ª columna: Don Mahomat Aboabdillo Rey de Granada e vasallo del Rey, qonfirma. Don Johan Alfonso, obispo de Palencia e chanciller del Rey,  q. Don frey Fernando, obispo de Burgos. q. Don Martin, obispo de Calahorra e Notario en el Andaluzia, q. La eglesia de Siguença vaga. Don Agostin, obispo de Osma, q. Don Rodrigo, obispo de Segouia, q. La eglesia de Auila vaga. Don Gonzalo, obispo de Cuenca, q. La eglesia de Plazencia vaga. Don Diago, obispo de Cartagena, q. La eglesia de Jahen vaga. Don Pascual, obispo de Cordoua, q. Maestre Suero, obispo de Cadiz, q. La eglesia de Aluarrazin vaga. Don Roy Perez, Maestre de Calatraua, q. Don Ferrando Perez, prior del Hospital, q. Don Gomez Garcia, comendador mayor del Temple, q.

Izquierda, 2ª columna: Don Johan, fijo del Infante don Manuel, q. Don Lope q. Don Diago q. Don Aluar Nunnez q. Don Alfonso, fijo del Infante de Molina, q. Don Johan Alfonso de Haro q. Don Diago Lopez de Salzedo q. Don Ferrando Perez de Guzman q. Don Pero Diaz de Castanneda q. Don Martin Diaz, so hermano, q. Don Vela q. Don Roy Gil de Villalobos q. Don Gomez Gil, so hermano, q. Don Yenengo de Medoça q. Don Roy Diaz de Finoiosa q. Don Diago Martinez de Finoiosa q. Don Gonzalo Gomez Maçanedo q. Don Rodrigo Rodriguez Malrrique q. Don Diago Fronnaz q. Don Gonzalo Yuannez d́Auinnal q. Don Per Anrriquez de Harana q. Don Sancho Martinez de Leyua, merino mayor en Castilla, q. Don Garci Jofre, adelantado mayor en el Regno de Murcia, q.

Derecha, 1ª columna: Don Raimundo, arzobispo de Seuilla, q. Don Martin, Obispo de Leon, q. La eglesia de Ouiedo vaga. Don Martin, obispo de Astorga, q. Don Suero, obispo de Çamora, q. La eglesia de Salamanca vaga La eglesia de Cibdad [Rodrigo] vaga. Don Alfonso, obispo de Coria e chanceller de (la reina ?) q. Don Gil, obispo de Badaioz, e notario de la camara del Rey,  q. Don frey Bartolomeu, obispo de Silues, q. Don Munno, obispo de Mondennedo, q. Don frey Arias, obispo de Lugo, q. La eglesia de Orens  vaga. La eglesia de Tuy vaga. Don Pero Nunnez, maestre de la caualleria de Sanctiago, q. Don Ferrando Paez, maestre de Alcantara, q.

Derecha, 2ª columna: La eglesia de Santiago vaga. Don Sancho, fijo del Infante don Pero, q. Don Esteuan Ferrandez pertiguero mayor en tierra de Santiago q. Don Ferrando Perez Ponz q. Don Johan Ferrandez de Limia q. Don Gutier Suarez q. Don Johan Alfonso d́Albaquerque q. Don Ramir Diaz q. Don Ferrando Rodriguez de Cabrera q. Don Aluar Diaz q. Don Ferrando Ferrandez de Linmia q. Don Gonzalo Yuannez q. Don Johan Ferrandez, merino mayor en el Regno de Gallizia, q. Esteuan Nunnez, merino mayor en tierra de Leon, q.

Debajo del sello rodado: Don Ferrando Perez, electo de Siguença e Notario en el Regno de Castilla, q. Don Gomez Garcia, abat de Valladolit e Notario en el Regno de Leon, q. Don Martin, obispo de Calahorra e Notario en el Andaluzia, q. Don Pay Gomez, almirante de la mar, q. Roy Paez, Justicia de la casa del Rey, q. Yo, Roy Martinez, le fiz escreuir por mandado del Rey en el anno segundo que el Rey sobredicho regno.

(Al pie, firmado): Johan Martines

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Vinos y viñedos en el concejo de Benavente - Un privilegio del rey Alfonso XI

Privilegio de Alfonso XI al Concejo de Benavente sobre el vino (Archivo Municipal)

El cultivo de la vid en la región de Benavente y los Valles debe tener un origen antiquísimo, estando atestiguado, al menos, desde la época de la colonización altomedieval. Ya en el siglo X son frecuentes las cartas de compra, venta, donación, permuta, etc., en las que el objeto de la transacción son viñas, bien de forma aislada, o bien formando parte de unidades de explotación más amplias, las heredades.

El privilegio otorgado por Alfonso XI en 1338 al concejo de Benavente pone de manifiesto, en primer lugar, una situación de autoabastecimiento en relación con la producción de vinos. Según informaba Alfonso Yáñez, vecino de la ciudad y canciller del infante don Enrique, en la villa había grant pieça de vinnas e abondamiento de vino de uuestra cogecha para todo el anno.

Con este panorama, el concejo intentó a toda costa evitar la competencia de los caldos foráneos, elaborando unas ordenanzas proteccionistas en las que se prohibía la entrada del denominado vino de acarreo. Se fijaban también unas fechas límite para poder encubar el mosto autóctono en las bodegas de la villa. El plazo comprendía desde el día de la vendimia hasta la festividad de San Andrés. No contentos con estas disposiciones, o más bien buscando una mayor rotundidad y efectividad de las mismas, los vecinos de Benavente acudieron a Alfonso XI para solicitar su confirmación, adquiriendo de esta forma el carácter de privilegio real.

Sin embargo, estas ordenanzas, así como otras disposiciones posteriores relacionadas con la protección del viñedo, no debieron ser suficientes para evitar la presencia de vinos de otras regiones en la villa. Su condición de centro de intercambios de comarcas de diversa orientación económica debió favorecer la afluencia de caldos de diversa procedencia. Por otra parte, la observancia de las disposiciones concejiles pasaba por un férreo control de los accesos a la ciudad, y en particular una rigurosa vigilancia de la muralla y sus diferentes puertas.

En todo caso, este control no fue siempre fácil, pues la picaresca estaba a la orden del día. Unas ordenanzas del siglo XV sobre el llamado vino de fuera aparte ponen de manifiesto la existencia de un floreciente comercio clandestino de vino, que utilizaba los arrabales y despoblados cercanos a la villa como base de operaciones.

Para acabar de complicar la situación, la llegada de los Pimentel al señorío de la villa a partir de 1398 vino a suponer un nuevo agravio para la actividad vitivinícola benaventana, al menos en un principio. En un memorial enviado por el concejo en 1400 a Enrique III, los vecinos se quejaban de que el conde Juan Alfonso Pimentel mientras el su vino se vende manda a los pregoneros de la villa que non apregonen otro vino commo el suyo, por lo qual rresçiben muy grande agravio, e lo vno por los non dar lugar para vender su vino, el otro por lo vender mucho mas caro.


APÉNDICE DOCUMENTAL


1338, septiembre, 10. Guadalajara.

Alfonso XI confirma las ordenanzas del concejo de Benavente por las que se prohíbe la entrada de vino de acarreo en la villa.

A. AMB, leg. 1,11. Perg. orig. de 357 x 274mm. En buen estado de conservación. Conserva sello de plomo pendiente de Alfonso XI con hilos de seda. Anverso: figura ecuestre con escudo y espada en las manos, caballo con gualdrapas. Reverso: figura real sedente con cetro en la mano derecha y bola del mundo en la izquierda, levantada. En el respaldo del escaño, dos leones y dos castillos en la forma cuartelada usual. En ambas caras, en torno, la leyenda: SIGILUM:ALDEFONSI:ILLVSTRIS:REGIS:CASTELLE:ET:LEGIONIS.

B. AMB, leg. 108-3, fol. 31v.-32v. Copia del siglo XVI en papel correspondiente a un libro de 97 ff. de 313 x 224 mm.

C. AMB, leg. 108,3, fol. 32v-34v. Inserto en carta de confirmación de Juan II de 1408. Copia del siglo XVI en papel correspondiente a un libro de 97 ff. de 313 x 224 mm.

ED. P. MARTÍNEZ SOPENA, V. AGUADO SEISDEDOS y R. GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Privilegios reales de la villa de Benavente (Siglos XII-XIV), Salamanca, 1996, pp. 48-49 y 90.

Sepan quantos esta carta vierem commo nos don Alfonso por la gracia de Dios rrey de Castiella, de Leon, de Toledo, de Galli /2 zia, de Seuilla, de Cordoua, de Murçia, de Jahen, del Algarbe e Sennor de Molina.
Por rrazon que uos el conçeio de Benauente /3 nos enbiastes uuestras cartas que nos mostro Alfonso Yannez de Noelle, uuestro vezino e chançeller de don Enrrique nuestro fijo, en que nos /4 enbiastes dezir que uos entendiedes que era nuestro seruiçio e pro comunal de todos los vezinos e moradores que eran y en esa nuestra /5 villa, que fiziestes ordenamiento e postura entre uos que non entrase y en la villa vino de acarreo de ninguna parte, por quanto auia y /6 grant pieça de vinnas e abondamiento de vino de uuestra cogecha para todo el anno.
E qualquier o qualesquier vezinos et moradoes de y /7 de Benauente que y quesiesen encubar mosto ho vino, que lo metiesen desde el dia que començasen a vendimiar fasta el dia de /8 Sant Andres, e non dende adelante en ese anno en quanto durase el uuestro vino de uuestra cogecha, segunt que en el dicho ordenamiento e postu /9 ra se contiene. E sobresto que posiestes pena sobre qualquier que contra esto fuese ho pasase.
E que nos enbiauan de pedir merçet que /10 uos otorgasemos este dicho ordenamiento e postura que auedes fecho, en la manera que dicho es, e que valiese e fuese firme para si /11 enpre iamas. E nos por que entendemos que es esto nuestro seruiçio e pro e guarda de uosotros, e por que nos lo pedio por merçet /12 el dicho Alfonso Yannez por uos, tenemoslo por bien, e confirmamos uos el dicho ordenamiento e postura que fiziestes en rra /13 zon del dicho vino commo dicho es, e mandamos que vala e sea firme para sienpre iamas, e defendemos firmemiente que /14 ninguno non sea osado de uos yr nin de pasar contra ello, so la pena e postura que uos auedes puesto en el dicho ordena /15 miento.
E sobresto mandamos al juez e a los alcalldes de y de Benauente que agora son o seran daqui adelante, ho a qualquier /16 dellos que esta nuestra carta vieren, o el trasllado della signado de escriuano publico que fagan tener e guardar e conplir el /17 dicho ordenamiento e postura que auedes fecho commo dicho es, e que non consientan a ninguno que pase contra ello, nin contra nin /18 guna de las cosas que se en el contien, en ningun tienpo por ninguna manera. E si alguno ho algunos y ouiere que contra /19 ello quiseren yr ho pasar, que le prenden por la dicha pena que en el dicho ordenamiento e postura se contien, e los /20 vnos nin los otros non fagades ende al so pena de la nuestra merçet.
E desto uos mandamos dar esta carta seellada /21 con nuestro seello de plomo. Dada en Guadalhaiara diez dias de setenbre. Era de mill e trezientos /22 e setenta e seys annos. (signo) Yo Sancho Ferrandez la fiz escreuir por mandado del rrey (signo) / Gil Fernandez (signo), Alvar Diaz, vista (signo) Juan Estebanez (signo) / Diego Gonzalez (signo).

miércoles, 30 de junio de 2021

"Malgrado, del cual dizen Benabente"

Signo rodado de Fernando II en el fuero de Benavente de 1167 (Archivo Municipal)

Es bien sabido que Benavente, antes de la repoblación por el rey leonés Fernando II, recibió el nombre de "Malgrad". La identificación de ambos topónimos es una cuestión que hoy debe considerarse definitivamente zanjada, pues las referencias documentales a este respecto resultan abrumadoras. Cuestión distinta es determinar hasta qué punto una población es la sucesora de la otra, qué hay detrás de este cambio de denominación y cuáles fueron las circunstancias en las que esta mutación se produjo.

Sobre los orígenes de Benavente se ha escrito desde antiguo mucha literatura y no siempre con rigor y acierto. Todos los intentos que ha habido de vincular la villa con un pasado romano más o menos relevante han chocado contra la falta un respaldo arqueológico mínimamente significativo.

Las excavaciones arqueológicas emprendidas en Benavente durante los años ochenta del pasado siglo descubrieron en la parte alta de la ciudad una ocupación defensiva de la Edad del Hierro. El yacimiento, sito en los denominados "Cuestos de la Estación", al oeste del casco urbano, está delimitado por las calles La Sinoga, Mirador de la Sinoga y los Cuestos de la Estación. A estos trabajos hay que añadir otras intervenciones posteriores durante las obras de consolidación de los Cuestos y la construcción de un aparcamiento subterráneo en la Mota Vieja, sondeos que ampliaron considerablemente la extensión del asentamiento original. A pesar de lo inmejorable del enclave, no se aprecian restos posteriores, tampoco romanos.

Ledo del Pozo dedicó en el siglo XVIII muchas páginas y esfuerzos a identificar Benavente con la "Intercatia" de las fuentes clásicas. Ello le permitió reivindicar un pasado glorioso para su villa natal.

Otro de los topónimos antiguos que debemos poner en relación con Benavente es el de "Ventosa". Su nombre aparece en las fuentes desde época sueva y visigoda como una de las parroquias documentadas de la sede astorgana. No obstante, su identificación fehaciente ofrece serias dudas. Ventosa, siguiendo otros ejemplos bien conocidos, presenta también una doble condición de parroquia sueva y ceca visigoda, en este caso bajo el reinado de Suintila (621-631).

La crónica de Sampiro hace mención a la campaña de 867 en la que Alfonso III sojuzgó Ventosa juntamente con Astorga. A la hora de establecer su localización, unos autores han señalado Castro de Ventosa en las proximidades de Villafranca del Bierzo, lugar bien conocido en la documentación del monasterio de Carracedo, heredero a su vez del Bergidum prerromano y el Bergidum Flavium en la llanura berciana, y otros al pago homónimo situado actualmente en término municipal de Benavente. Sin poder contar con argumentos resolutivos en favor de una u otra postura es preciso señalar a continuación que Bergido también aparece en la Divisio como parroquia correspondiente a Astorga, lo cual podría parecer una duplicidad innecesaria. Por otra parte, tanto en Benavente como en la sede astorgana existe una larga tradición que sitúa curiosamente a Ventosa como límite entre las diócesis de Astorga y Oviedo, apoyándose precisamente en este documento.

La existencia de un "castrum" o recinto fortificado de origen antiguo en la confluencia de los ríos Esla y Órbigo bajo el topónimo Ventosa -sino es que no se trata del actual asentamiento de Benavente- se deduce de un diploma de 1122 en el que doña Sol Pérez, viuda de Anaya Menéndez, entrega al monasterio de Santa Marta de Tera, una heredad "en el territorio de Riua de Estula, junto al río Órbigo, debajo del castillo o ciudad Ventosa".

Al margen de la problemática identificación que hace el autor del extracto del Tumbo Negro de la catedral de Astorga de los términos castillo y ciudad, de confirmarse este emplazamiento como un centro administrativo suevo-visigodo, cobrarían especial relevancia y significado diversos hallazgos arqueológicos localizados en las inmediaciones: Cerámicas tardorromanas de Villanueva de Azoague y Arcos de la Polvorosa con indicios de cristianización. Un pequeño fragmento de pizarra visigótica con inscripción hallado en término de Benavente, en el entorno del pago de Las Dibujas, lugar que proporciona material cerámico acaso medieval y tegulae probablemente de época tardorromana. Un fragmento de columna y "una piedra arenisca con una inscripción abreviada en letra visigótica", en palabras de Virgilio Sevillano, en El Priorato, precisamente en un importante nudo comunicaciones desde época romana, conocido durante la Edad Media como el Puente de Deustambem. Por último un molde de cruces en forma de tau, también de cronología visigoda, en el castro próximo de La Corona en Manganeses de la Polvorosa.

El primer testimonio escrito que hemos podido recoger referente a lo que hoy es Benavente procede de una donación real fechada en 1115. Se trata de la entrega que hace la reina Urraca de la mitad de la villa de Caneda a la iglesia de Compostela, escriturada "in Castro quod dicitur Malgrado". Una denominación equivalente encontramos en otro diploma de 1158 procedente de la catedral de Astorga. En él se menciona la intención de Fernando II de poblar "el alcázar de Maldrag". Lamentablemente, sólo conservamos un breve extracto tardío de este último documento, pero en todo caso podemos intuir que se trata de una traducción libre del término latino "castellum", o bien "castrum", recogido probablemente en el texto original .

Cuando el rey Alfonso X el Sabio hacía relación, a mediados del siglo XIII, de las ciudades que habían cambiado su nombre, incluyó entre ellas a Benavente:

“... Compostela, esta es Sanctiago, et despues fue passada a ella ell arçobispado de Merida.- León: Flor.- Coyanca: Valencia.- Malgrad: Benauent.- Rama: Astorga. - Domnos sanctos: Sant Fagunt.- Ell obispado de Lucerna, que era en las Asturias, es agora passado a la cibdad de Ouiedo.- Numancia: Çamora.- Pace: Badaioz.- Moriana: Castro Toraf.- Campus gothorum: Toro”.

El cambio de denominación debió hacerse efectivo en 1168, posiblemente mediante una concesión regia. En 1168, un año después de la concesión del fuero, encontramos por primera vez el nombre de Benavente en una donación al monasterio de Vega: "Facta Karta apud Beneventum era Mª.CC.VI. L".

La épica medieval también recogió esta dualidad de denominaciones: "A los caminos entró Rodrigo, e passó de Malgrado del qual dizen Benabente, segunt dize en el romanço". (Cantar de Rodrigo).

viernes, 28 de mayo de 2021

Una mirada a la villa de Benavente en el siglo XIII

Privilegio de Sancho IV al concejo de Benavente. Año 1285 (Archivo Municipal)

Benavente se asoma a la decimotercera centuria de la mano de la monarquía de Alfonso IX (1188-1230). Si bien fue Fernando II el auténtico fundador de la villa, la labor repobladora continuó de forma muy intensa durante el reinado de su hijo y sucesor. Su actuación fue al menos tan importante como la de su padre, pues garantizó la viabilidad de la nueva población y su expansión, tanto en el plano urbano como en su proyección sobre su amplio alfoz

García Gallo, después de un minucioso análisis de las cartas forales de Parga y Llanes, llegó a la conclusión de que Alfonso IX otorgó un nuevo fuero a Benavente en fecha indefinida. Su contenido debió consistir básicamente en la reelaboración de un fuero extenso a partir de la recopilación de las disposiciones regias anteriores y las propias normas establecidas por el Concejo. Podemos reconstruir varios de sus parágrafos a partir de otros textos conservados. Este nuevo fuero alcanzaría un gran prestigio y fue otorgado durante las siguientes décadas a numerosas villas leonesas, gallegas y asturianas.

La actividad constructiva en Benavente desde finales del siglo XII fue muy intensa. Al impulso inicial, patrocinado por la monarquía, hay que añadir la iniciativa de los propios vecinos, de las instituciones eclesiásticas, de algunos miembros de la nobleza y de las órdenes militares. Buena parte de las referencias documentales relacionadas con Benavente en estos años se refieren a la edificación, consagración y dotación de nuevas iglesias, signo inequívoco del establecimiento de pobladores y de la creación de nuevos barrios. Según el fuero, la condición de vecino se adquiría teniendo casa poblada en la villa.

Con estos sólidos fundamentos, a principios del siglo XIII el desarrollo del casco urbano sobre la base del primitivo cerro fortificado era ya muy apreciable. Documentamos un alto número de parroquias o "collaciones", con su población correspondiente, como Santa María del Azogue, Santa María de Ventosa, San Martín, San Miguel, San Juan del Mercado, San Salvador, San Andrés o el Santo Sepulcro. Algunas de estas "pueblas" estaban relativamente próximas entre sí, pero otras como el "Burgo de los Judíos" o el barrio de Ventosa se encontraban en el extrarradio.

La construcción de una primitiva cerca, hecha principalmente de tapiales de barro, contribuyó a aglutinar las distintas pueblas. A ella seguiría un segundo recinto murado, con seis puertas principales, que acabaría acogiendo los nuevos barrios surgidos en la época de la repoblación. De esta forma, con el aumento del número de vecinos y la consiguiente cohesión de los núcleos iniciales, la ciudad adquirió una cierta unidad espacial.

Al hilo de este desarrollo, algunas de las nuevas órdenes mendicantes decidieron establecerse en la pujante villa. Es el caso de los monasterios de San Francisco, Santo Domingo y Santa Clara (este último con un primer asentamiento en los arrabales). Todos ellos fueron fundados en la segunda mitad de la centuria, a los que habría que añadir el cisterciense de San Salvador, en Santa Colomba de las Monjas, refundado en 1181 y muy ligado al concejo benaventano. La necesidad de repartirse racionalmente el suelo disponible, delimitar sus ámbitos de actuación y atender la cura de almas condicionó la disposición de los diversos conventos en el tejido urbano y las relaciones entre ellos.

En el siglo XIII Benavente pasó a ocupar un lugar central dentro del sistema de comunicaciones del reino leonés. Los accesos a la villa fueron facilitados y mejorados con la construcción de dos puentes de piedra, probablemente en época de Alfonso IX. Uno sobre uno de los brazos del río Órbigo, al pie de la una de las puertas de la muralla, y el otro sobre el río Esla, en Castrogonzalo.

Estas y otras circunstancias, por sí solas, explican que Benavente fuera elegida en varias ocasiones como sede para la celebración de asambleas y reuniones de cierta entidad. En ellas se tomaron decisiones que afectaron de forma trascendente al devenir del reino. Son varias las convocatorias solemnes de las que tenemos noticia desde finales del siglo XII. Conocemos la convocatoria por Fernando II de un "concilium" en marzo de 1181, en el que se ventilaron ciertos asuntos relacionados con las donaciones regias. En marzo de 1202 hay constancia de una "curia plena", a la que asistieron obispos, vasallos del rey "et multis de qualibet uilla regni mei". Tenemos distintas informaciones indirectas acerca de unas cortes convocadas por Alfonso IX, según todos los indicios en agosto de 1228, con la participación de obispos, abades y representantes de las órdenes. En diciembre de 1230 se reunió en Benavente el Capítulo General de la Orden de Santiago. Por estas mismas fechas se sancionaba en la ciudad el acuerdo familiar entre Fernando III y sus hermanas Sancha y Dulce, que ponía fin a la separación política de los reinos de Castilla y León. Esta trascendental asamblea, en base a sus características y asistentes, ha merecido la calificación de cortes por varios autores. 

En mayo de 1283 se reunió en la villa una junta de obispos, abades, priores y procuradores de las catedrales, iglesias y monasterios de los reinos de León y Castilla. En este mismo mes y año también fue convocada una Hermandad de los reinos de León y Galicia, en la que se trató de la confirmación de los privilegios de los reyes.

En el aspecto político y militar, Benavente se vio inmersa en los conflictos fronterizos mantenidos entre León y Castilla durante el periodo de separación de ambos reinos. En época de Alfonso IX, estos enfrentamientos dieron lugar a un ataque fallido a la ciudad por las huestes de Alfonso VIII en el año 1196.

Según narra la Crónica latina de los Reyes de Castilla, el monarca castellano, penetrando por Castroverde de Campos, llegó hasta Benavente, donde se encontraba Alfonso IX junto con una guarnición mixta de musulmanes y cristianos, fortificados detrás de los muros de la población: “Después, avanzando más, se acercaron a Benavente, en donde estaba el rey de León con los moros y cristianos vasallos suyos, y llegaron hasta Astorga, y algunos incluso hasta Rabanal y otros hasta el comienzo de la tierra que se llama El Bierzo”.

La unión definitiva de los dos reinos en 1230 pondría fin al conflicto sucesorio y fronterizo. Como ya se apuntó, se firmó la paz y concordia en Benavente con la presencia en la villa “de las dos reinas, el rey, sus hermanas y los arzobispos toledano y compostelano, y muchos barones y concejos”. Pero esto no significó, en un principio, la desmovilización de la milicia concejil benaventana. Su potencialidad como fuerza ofensiva fue desviada hacia las campañas andaluzas. Lucas de Tuy recoge la encendida arenga de Fernando III a los caballeros de Benavente y Zamora al conocer que tropas cristianas habían entrado en Córdoba y solicitaban el auxilio del monarca:

"Que en esse tiempo y punto dixo a los de Benavente y Çamora y a los otros de alderredor: si alguno me es amigo y fiel vassallo, sígame".

La demanda de efectivos fue inmediatamente respaldada, de forma que una compañía de unos cien caballeros, con todas las armas y pertrechos necesarios para la ocasión, acompañó a Fernando III hacia las tierras de Andalucía en aquel invierno “muy lluvioso” de 1236.

El extracto de un documento perdido del Archivo Municipal nos permite conocer algunos detalles de un nuevo conflicto bélico en el que se vio inmersa la ciudad en época de Fernando III. Por él sabemos que, en el año 1256, Alfonso X había otorgado un privilegio a Benavente eximiendo a los mercaderes y demás vecinos de la villa de pagar repartimiento alguno que se les echase para el servicio de los reyes, “por estar muy deteriorada con las guerras y daños que había padecido en tiempos del rey don Fernando, su padre, contra los enemigos de la corona”.

Esta alusión tan temprana a los mercaderes benaventanos nos sugiere los factores que favorecieron el desarrollo en la villa de una floreciente actividad artesanal y comercial.

Por una parte, la considerable extensión de su alfoz concejil, que incluía un vasto territorio de gran diversidad geográfica y económica. Sus límites abarcaban buena parte del norte de la actual provincia de Zamora, desde las estepas cerealistas de Tierra de Campos hasta las zonas montañosas de la Carballeda, de vocación preferentemente ganadera. La villa principal se convirtió así, además de en un centro de poder político, en un referente económico para los habitantes de las aldeas, donde acudían a proveerse de todo tipo de bienes y servicios. Por otra parte, su estratégica situación en un nudo importante de comunicaciones, lugar de paso obligado y punto de encuentro de los más variados flujos mercantiles del reino de León.

Ya desde 1222 hay constancia del establecimiento por Alfonso IX de una feria en el puente antiguo de Castrogonzalo, relacionada sin duda con el movimiento de población, mercancías y ganados en torno a este paso del Esla y la protección ofrecida por su castillo. La feria franca, de quince días, tenía lugar en torno a la festividad de Santa Marina (18 de julio).

En 1228 se menciona la iglesia de Santa María del Azogue de Benavente, lugar donde presumiblemente se celebraría el mercado diario. Respecto al mercado semanal, celebrado tradicionalmente los jueves junto a las iglesias de San Juan y San Nicolás, la primera mención data de 1270, año en que se menciona la “calleya que va de la carnicería pora el mercado”, aunque su origen debe ser bastante anterior en tiempo.

Con estos antecedentes, la concesión de una feria franca a Benavente por Alfonso X en 1254 vino a culminar este proceso, convirtiéndose en un estímulo más para el desarrollo económico y social del Concejo. El pergamino original se conserva en el Archivo Municipal. Según su tenor, la voluntad del rey era favorecer a los vecinos: "esto fago por saber que he de les fazer bien e merçet, e porque la villa sea mayor, e mejor, e más poblada". La celebración tendría lugar tres semanas después de la Pascua de Resurrección, y su duración sería de quince días. El texto se completa con la concesión de las habituales franquezas y libertades a los concurrentes a la villa en estas fechas.

Alfonso X fue un monarca que manifestó un gran interés por gestionar adecuadamente el importante crecimiento económico de su época y planificar el espacio mercantil dentro de las fronteras de su reino. Una línea significativa de esta innovadora política económica consistió en dotar a los centros urbanos de los adecuados instrumentos para el trato y el negocio. A partir de los años centrales del siglo XIII son numerosas las concesiones de ferias a diversas villas, pero siempre bajo una concepción general ordenadora y jerarquizadora. En esta época, tenemos constancia documental de una docena de ferias, a las que se añadieron no menos de 25 nuevas antes de acabar su reinado. Así, por ejemplo, en el área de la Cuenca del Duero se impulsaron las de Valladolid, confirmadas en 1263, como ferias principales, y posiblemente fundó o favoreció las de Alba de Tormes, Benavente, León y Salamanca, para completar así el mapa de las ferias comarcales y regionales preexistentes.

Sin embargo, la creación de esta feria de Benavente debió producir algunos desajustes en los ciclos feriales del entorno. La elección de las fechas nunca era arbitraría, obedecía a un plan preestablecido, evitando las coincidencias en el calendario. En 1273 la feria de Pascua de Pentecostés de Salamanca se trasladó al primer domingo de Cuaresma para no coincidir con la de Benavente. La concesión fue también obra de Alfonso X, parece ser que con los buenos oficios del juez salmantino don Giral. Al menos, con este nombre de "Feria de don Giral" fue conocida la feria salmantina durante mucho tiempo.

Las dos últimas décadas del siglo XIII fueron particularmente negativas para Benavente y su tierra. A la coyuntura económica depresiva general que caracteriza la segunda mitad de la centuria en la Corona de Castilla, hay que añadir otras circunstancias desfavorables que afectaron especialmente a la villa. Diversas fuentes nos informan cómo la ciudad se vio involucrada de una forma directa en los enfrentamientos entre el rey Alfonso X y su hijo, el infante don Sancho, por la cuestión sucesoria. Según nos refiere Ledo del Pozo, el infante negoció con el concejo la adhesión de la villa a su causa, obteniendo una respuesta positiva. Pero todo apunta a que su apoyo debió suponer para los vecinos un notable esfuerzo fiscal y militar.

En este contexto, un privilegio otorgado por Sancho IV en 1285, pocos meses después de asumir definitivamente el trono, venía a recompensar a la ciudad por los servicios prestados, intentando, a la vez, poner remedio a la grave situación por la que atravesaba: “Por fazer bien e merced al conceio de Benauent, e porque nos fizieron entender que la villa era muy despoblada, e porque se pueble meior, e ellos sean más ricos e más abondados”. Esta carta de 1285 se ha venido considerando una nueva “repoblación” de Benavente, relacionándola con algunas iniciativas artísticas.

Esta necesidad urgente de atraer nuevos pobladores y de retener a los ya existentes se tradujo en una reducción significativa de las cargas militares de los vecinos: “E si el Conceio de Benavent, o omes contados, ovieren de yr en hueste, que vaya uno dellos por tres. E mandamos que ayan parte en pastos, en aguas, en montes, en fuentes, e en todas las franquezas e libertades que han el Conceio de Benavent e deven aver”. Los nuevos pobladores obtenían así una merma apreciable de la fiscalidad regia, “tres a un fuero”, viendo reducida su contribución a la tercera parte, pero disfrutando de los bienes comunales (pastos, aguas, montes, fuentes, etc.) en las mismas condiciones que el resto de los vecinos. Para evitar que la llegada de nuevos pobladores pudiera suponer una merma de los ingresos de la Corona, Sancho IV especifica que estos nuevos vecinos deben de provenir de heredades de abadengo, señorío u órdenes militares, pero no del realengo.

Tenemos noticias de otras iniciativas de Sancho IV relacionadas con Benavente. Siendo infante, y con la cuestión sucesoria aún sin despejar, promovió con varias cartas la fundación del monasterio de Santo Domingo. En ellas se presentaba como "fijo mayor et heredero del muy noble don Alfonso".

En el entorno de ambos reinados hay que situar una nueva fase constructiva del templo principal de la villa: Santa María del Azogue. Su extensión es bien visible en la fábrica del templo, pues se utilizó un tipo de piedra más porosa, bien distinta a la fase inicial románica. Se termina el crucero, se elevan los pilares que separan las naves y se rematan los muros perimetrales.

En octubre de 1284 y febrero de 1286, siendo ya rey, Sancho residió en la villa durante varios días, probablemente en su castillo. Son varios los privilegios reales despachados por la cancillería regia en estas jornadas. En relación con ello hay que citar los maravedís asignados al concejo para los gastos del "alcázar".  En cuentas de 1284, 1285 y 1286 se dice que a Juan Ruiz se le dan 6.000 mrs. "para rretençia del alcáçar" de Zamora, y al Concejo de Benavente "las rentas que pertenecen al alcáçar di de Benavente", nombrándose también "el alcáçar de Salamanca".

En 1295, Sancho IV confirmó ciertas exenciones a las aldeas del alfoz de Benavente que eran behetrías, y que deseaban hacerse vasallos del rey. A todos ellos se les permitió acogerse a los mismos beneficios fiscales concedidos anteriormente a la behetría de Fuentes de Ropel: "quatro a un fuero", esto es la cuarta parte de la contribución habitual de los pecheros.

La minoría de edad y el reinado de Fernando IV (1295-1312) están marcados por una sucesión de rebeliones, guerras y revueltas que sumieron al reino de Castilla en una profunda crisis política, complemento de la coyuntura depresiva general asociada a los años finales del siglo XIII. Nueve años tenía Fernando cuando murió su padre, Sancho IV. En estas circunstancias la figura de su madre, la reina María de Molina, adquirió un papel fundamental en el panorama político del reino, defendiendo el trono de su hijo contra los sucesivos asaltos al poder real protagonizados por miembros de su propia familia y de la nobleza.

La evidente debilidad manifestada por la monarquía en estos años llevó a la concesión, y en su caso confirmación, de toda suerte de mercedes y privilegios para asegurarse el apoyo de los concejos. Buena prueba de ello es un grupo de documentos conservados en el Archivo Municipal de Benavente correspondientes a este reinado.

En julio de 1295, Benavente se acogió a la Hermandad de los reinos de León y Galicia. Ante la preocupante inestabilidad política, los 33 concejos firmantes planteaban reivindicaciones con dos grandes objetivos: moderar las exigencias del rey y erradicar la violencia de los poderosos.

En agosto de este mismo año de 1295, aprovechando la reunión de Cortes en Valladolid, el Concejo obtuvo una confirmación general de los fueros, privilegios y franquezas de los reyes anteriores y una prohibición a los merinos y adelantados para que no actuaran en Benavente, ordenando que fueran los alcaldes de la villa los que impartan la justicias conforme a su fuero.

Todas estas iniciativas, junto con otras, decantaron a la villa hacía el bando real. Sin embargo, este apoyo tuvo graves consecuencias para la ciudad. El infante don Juan, tío del monarca, protagonizó un violento asedio a la villa de Benavente en el que perdieron la vida muchos vecinos. Para paliar esta situación, en 1297 Fernando IV eximió a la villa de la mayor parte de los tributos regios: "en reconocimiento del valor que tuvieron en la guerra y combates que se la dio para su rendimiento por el infante don Juan y otros caballeros que tomaron la voz contra su majestad, matando mucha gente, quemando los arrabales y los frutos, cortando las viñas y los árboles y haciendo otros daños, les concedió su privilegio real y les libertó para siempre jamás de ningún tributo real sino la moneda forera de siete en siete años".

domingo, 23 de mayo de 2021

La comunidad protestante de Castrogonzalo (Zamora) hasta los inicios de la Guerra Civil

Grupo de hermanos evangélicos de Benavente y comarca con motivo de la inauguración de la Capilla en Benavante en 1932

Por Rafael González Rodríguez y Víctor Iturbe Martínez

"Asambleas de hermanos" (AA. HH.), "Hermanos de Plymouth" o "Hermanos abiertos", son algunas de las denominaciones con las que se conoce el movimiento congregacionista protestante surgido en Dublín (Irlanda) hacia 1826. En su origen, se presentaba como una alternativa para un sector crítico con la excesiva ritualización que estaba adquiriendo el culto anglicano.

Los primeros pasos de las Asambleas de Hermanos en Zamora han sido glosados por David y Luis Santamaría del Río en su obra "Los otros creyentes". Su asentamiento en la provincia parece documentarse desde principios del siglo XX y se relaciona con la actividad de los misioneros ingleses Guillermo Willies y Arturo Shallis. El primer núcleo misionero se localiza en Barcial del Barco, donde existía una parada del ferrocarril, y cierto jefe de estación comenzó a interesar a los vecinos en el conocimiento del Evangelio. Desde Barcial el núcleo originario se extiende a Castrogonzalo. Arturo Shallis trasladó aquí su residencia y acondicionó un pequeño espacio para reuniones.

Otra de las figuras destacadas en la actividad de la comunidad protestante en la comarca en estos años será el veterinario Audelino González Villa (1901-1984). Según las notas biográficas publicadas por su hijo, Rodolfo A. González Vidal, había sido bautizado por inmersión en la iglesia evangélica de Toral de los Guzmanes en 1919, junto con Abigail Vidal Somoza, la mujer con la que años después formaría su familia. Su suegro, Ventura Vidal, fue uno de los colportores de la región, originario de Jiménez de Jamúz. En 1927 tomó posesión de la plaza de veterinario de Fuentes de Ropel, lo cual le permitió frecuentar y atender a la iglesia evangélica de Castrogonzalo. Colaboró, igualmente, con Arturo Shallis en sus predicaciones en La Torre del Valle y Benavente. Fue también un reconocido bibliófilo, llegando a poseer una riquísima colección de biblias antiguas y modernas, unas 15.000 en total, así como libros antiguos de veterinaria.

Tanto Shallis como González Villa contribuyeron de forma decisiva al mantenimiento y la expansión de la Obra, ministrando de una forma frenética en el entorno de Benavente y su comarca. Se les documenta con frecuencia atendiendo a las congregaciones locales, participando en actos religiosos, visitando a los enfermos y asistiendo a funerales. La creciente presencia pública de los protestantes en la vida social de estos pueblos no fue bien acogida por todos, y dio lugar episodios de tensión con las autoridades eclesiásticas y civiles. En Castrogonzalo, la celebración de un entierro en 1930 originó roces con el cura párroco, y con una "autoridad local", que acabaron en el juzgado:

"El lunes 24 de noviembre tuvo lugar, en Castrogonzalo (Zamora), el entierro de una fallecida hermana de aquella congregación, al cual asistieron buen número de creyentes de La Torre y Pobladura del Valle y una gran concurrencia de amigos y vecinos, que no se habían dejado intimidar por las conminaciones del cura párroco en su sermón del Domingo. La importante manifestación de simpatía y de interés por el Evangelio provocó el enojo de alguna autoridad local, que asistió al acto, interviniendo de una manera irrespetuosa y arbitraria. Con la gorra calada hasta las orejas, se creyó con derecho a determinar el momento en que había de darse tierra al cadáver, sin esperar a que se celebrara, con el orden debido, el culto de sepelio. El pastor, D. Arturo Shallis, acompañado de D. Audelino G. Villa, han visitado al juez de Instrucción, en Benavente, para hacer la correspondiente denuncia contra la conducta de la mencionada autoridad local. Es de esperar que la justificadísima queja sea atendida para enseñanza de gente que no acaba de aprender cómo deben respetarse las convicciones religiosas y los derechos de ciudadanos honrados".

Además de la actividad estrictamente pastoral, Shallis y González Villa promovieron la celebración de conferencias o "mítines" que gozaban de una especial aceptación entre el círculo de creyentes y simpatizantes. Estos actos eran una oportunidad para desplegar sus reconocidas dotes de oratoria. Cuando las circunstancias lo permitían, se invitaba a participar a personalidades relevantes de otras congregaciones o a misioneros que se encontraban visitando la región en aquel momento. A modo de ejemplo, contamos con la siguiente nota de prensa recogida en la revista "España evangélica" en el año 1932:

"Fuentes de Ropel (Zamora). El pasado Jueves Santo tuvo lugar, al aire libre, en esta villa campesina, un mitin de afirmación evangélica. Dio principio al acto el Sr. González Villa, veterinario municipal de la localidad, poniendo de relieve lo que debe España a la despótica y anticristiana Iglesia de los papas. Hace constar que, contra lo que algunos piensan, vienen a realizar un acto de afirmación del Evangelio eterno, porque para escarnecerlo se sobran — dice — esos actos idolátricos que en estos días se celebran. Le sigue el Sr. Shallis, de Castrogonzalo, narrando algunas de las dificultades con que ha tropezado la profesión de evangélico en la España contemporánea y termina haciendo un llamamiento al público para que acepte al Cristo de los Evangelios. Acto continuo hace uso de la palabra el señor Conde, de Santo Tomé, quien dice que a la conducta viril de los soldados evangélicos se debe la conquista para España de muchas libertades, terminando con un discurso sobre el pecado, sus consecuencias y medio de librarse de la última: la condenación eterna. Se repartieron centenares de Tratados y Evangelios, que el público arrebató ávidamente, y muchos mostraron deseos de que se les siga hablando de estas cuestiones".

Entre 1930 y 1931 el Papa Pío XI, por medio del Secretario de Estado, pide al Nuncio Tedeschini un informe exacto y completo de las diversas confesiones cristianas en la Península. De fondo está presente una creciente preocupación de la Iglesia por el desarrollo del protestantismo en España. El informe hace un recuento de los protestantes españoles y extranjeros en cada una de las diócesis. En la diócesis de Astorga se señala que se cuentan, desde 1912, seis españoles en Castrogonzalo; en Torre del Valle, ocho españoles "que por enemistad con el párroco llamaron a los protestantes; en Barcial del Barco, no hay prosélitos, pero el pastor va dos veces a la semana". La transcripción de este documento por José Ramón Hernández Figueiredo revela otros interesantes datos sobre la actividad de la comunidad en nuestra localidad en vísperas de la II República:

"Se cuentan una (capilla) en Castrogonzalo en la que se celebran cultos que consisten en leer y comentar la Biblia. En invierno se hacen representaciones cinematográficas a las que el público especialmente la juventud asiste porque la entrada es gratuita [...] A Torre del Valle va también el pastor de Castrogonzalo. Celebra el culto cada domingo en una casa particular donde al principio iba mucha gente por curiosidad, pero ahora se ha reducido a algunos enemigos del párroco. Los otros del pueblo ven con desprecio la acción protestante".

En 1932 se establece la Obra en Benavente, con la participación de Eduardo Thornton C. Turrall y otros colaboradores ingleses, como los misioneros Juan Biffen y Gabriel Bermejo. El punto de partida son una serie de conferencias celebradas en los locales del "Industrial Cinema", en la Rúa, en las que participan Arturo Shallis, Audelino González y otras personalidades. En el mes de febrero de este año el periódico "El Heraldo de Zamora" se hacía eco de la expectación creada en la ciudad con estas charlas:

"Se ha inaugurado con una serie de conferencias, la nueva Capilla evangélica en esta ciudad, a cargo del elocuente y culto pastor don Miguel Aguilera. La dirección de estos actos está a cargo del venerable don Arturo Shallis, de la Capilla del vecino pueblo de Castrogonzalo. Tanto la celebrada en el "Cinema Benavente", como las que se están celebrando en la Capilla de la plaza del capitán García Hernández, se han visto totalmente llenos los locales, de público distinguido".

La inauguración de esta capilla benaventana, en febrero de 1932, fue el momento elegido para inmortalizar a esta selecta y pintoresca comunidad con una foto de familia. En ella encontramos a prácticamente todos los protagonistas de nuestro relato. Acudieron, vestidos para la ocasión, al estudio de Pablo Testera, en la Plaza de Santa María. La foto fue publicada pocas semanas después en la revista "España Evangélica". El pie de foto reza: "Por tierras de Zamora. En Benavente se ha inaugurado hace unas semanas una capilla evangélica. En esta fotografía ofrecemos a algunos hermanos de dicha localidad y pueblos cercanos". Hemos podido identificar a buena parte de ellos. De otros tenemos algunas conjeturas, pero no certezas. De la foto original se hicieron varias copias, conservadas como reliquias por algunos de los familiares de los retratados. Otra copia se expone en la actualidad en la "Capilla Evangélica Asamblea de Hermanos" de Benavente, en la calle de Santa Rosa.

En junio de 1933 Arturo Shallis falleció durante un viaje a Inglaterra, con lo que Audelino González va a asumir gran parte de la responsabilidad en las funciones pastorales, al menos hasta la llegada de Gabriel Bermejo en noviembre de ese mismo año. Audelino había sido nombrado inspector veterinario municipal de Benavente en octubre de 1933. La noticia del fallecimiento inesperado de Arturo Shallis provocó una gran conmoción en toda la comarca. En la revista “Edificación cristiana” de Septiembre-Octubre de 1964 se publicó el testimonio del misionero Federico H. Gray sobre su ministerio en España. Grey puede considerarse otro de los pioneros en el área de Valladolid y Zamora, vinculado a la Iglesia Evangélica de los Hermanos y al Colegio Evangélico de Valladolid:

"El 19 de junio fuimos muy penosamente sorprendidos por un telegrama de Inglaterra anunciándonos que don Arturo Shallis había fallecido inesperadamente después de una operación, y pidiéndonos que comunicáramos esta triste noticia a su esposa, quien se hallaba en Castrogonzalo con su hijo, cuidando de la obra. Doña Josefina Greening se fue tan pronto como pudo a este pueblo para darles este penoso informe, y doña Elena Shallis y su hijo se dispusieron precipitadamente y marcharon a Inglaterra en seguida para estar presentes en el entierro, el segundo de este año".

Tras el fallecimiento de Arturo Shallis, parece que Eric Gabriel Bermejo (1896-1935) asumió sus funciones y se instaló definitivamente en el área de Benavente, viviendo con su familia en Castrogonzalo. Anteriormente había desarrollado su actividad en Asturias, colaborando con su cuñado Juan Biffen en la creación de una nueva capilla de Gijón. Casó con una italiana: Lidia Arnera, de la que tuvo tres hijos: un varón y dos mujeres. Murió en Castrogonzalo en abril de 1935, cuando apenas contaba con 39 años de edad. En junio de 1936 su viuda realizaba algunos trámites relacionados con la expedición del pasaporte de residencia. Poco después, en compañía de sus tres hijos, regresó a Inglaterra, probablemente huyendo de la guerra en España. El hijo varón: Eric Raphael Bermejo (1931-2019) siguió los pasos de su padre y ejerció también el ministerio evangelista. Había nacido en Gijón en 1931. Su actividad misionera se repartió por España, Inglaterra, Francia e Italia. En los escritos de Federico H. Gray también hay un recuerdo para el fallecimiento de Gabriel Bermejo en Castrogonzalo en 1935:

"El lunes, después del domingo de la gloriosa resurrección, recibimos la tristísima noticia del fallecimiento de nuestro querido hermano don Gabriel Bermejo, y, en seguida, me puse en camino para Castrogonzalo. Cuánta pena me causó entrar en aquella casa donde sólo diez días antes le había dejado relativamente bien, y ahora hallar una viuda con sus tres hijitos. El día siguiente se efectuó el entierro en medio de una lluvia torrencial, estando presentes don Juan Biffen, su cuñado; don Audelino González y un servidor y varios hermanos y amigos, pero el tiempo impidió que celebrásemos el acto como deseábamos, así arreglamos cultos memoriales en Castro y Benavente las noches siguientes. ¡Cuán incomprensibles son los caminos del Señor!, pero siempre nos doblegamos ante la santa voluntad de Dios...".

Con la muerte de Shallis y Bermejo, y el regreso de sus familias a Inglaterra, la dirección del núcleo protestante de Castrogonzalo pasó a recaer en vecinos nacidos en la propia población Pero esta situación se vio radicalmente alterada con el comienzo de la Guerra Civil. Durante los primeros meses de la contienda la comunidad protestante española sufrió los ataques de los sectores más intransigentes del Bando Nacional. En julio de 1936 fue clausurada la capilla evangélica de Castrogonzalo, propiedad de la "Continental Lands Company Ltd." y reconvertida temporalmente en local de Falange. Los dos principales líderes de la congregación en la localidad: Elías García Argüello y Antonio Rodríguez Gómez fueron detenidos y, poco después, asesinados. Se da la circunstancia de que ambos vecinos tenían un especial protagonismo en la vida municipal, pues el primero era el alcalde y el segundo concejal del Ayuntamiento.

Antonio Rodríguez Gómez había nacido en Castrogonzalo en 1872. Era viajante de comercio, y entre sus actividades conocidas se cuenta la compra de pelo natural por las localidades de la comarca, mercancía que luego, al parecer, llevaba a vender a Dublín. De su matrimonio con Clotilde Frey nacieron seis hijos, todos ellos portadores de nombres de personajes bíblicos: Josué, Jacob, Rubén. Abraham, Sara y Damaris. Vivió en una casa, hoy en ruinas, en la parte alta del pueblo, en la zona del Castillo, lo cual le permitía disfrutar de unas vistas privilegiadas sobre todo el caserío. Hombre de profundas convicciones religiosas, y con inquietudes políticas, dirigía frecuentemente propuestas al ayuntamiento para su discusión en los plenos. Escribía estas proposiciones de su puño y letra, en unas cuartillas cuadriculadas. Su estilo es apasionado y algo atropellado en su redacción. En alguna de ellas habla de su estancia anterior en Escocia, donde vivió varios años, e incluso se permite el lujo de incluir alguna cita en inglés. Ese carácter apasionado parece que dio lugar a momentos de tensión con otros concejales en los plenos de los meses finales de la II República.

Elías José García Argüello era también natural de Castrogonzalo. Había nacido el día 16 de febrero de 1888, siendo sus padres Evencio García Garrido y Luisa Argüello Valdés. Pertenecía a una familia de agricultores, dedicados principalmente al cultivo del viñedo. No tuvo descendencia de su matrimonio con Carolina Rodríguez, pero acogieron en su casa a una sobrina: Esther Rozada Rodríguez. Su vivienda familiar hacia esquina entre las calles Carrancha y Eras de Arriba. El paso de Elías por la alcaldía de Castrogonzalo fue efímero. Se limita a unos pocos meses del año 1936 y fue interrumpido trágicamente con su muerte. Relevó al anterior regidor: Mariano Huerga Fernández, después de las elecciones municipales de ese mismo año. Según la convocatoria de este proceso electoral, a Castrogonzalo, como municipio encuadrado en la horquilla entre los 1.001 y 2.500 habitantes le correspondía elegir a siete concejales, "cinco por la mayoría y dos por la minoría". El 24 de marzo se constituyó una comisión gestora que, tras votación entre sus miembros, eligió a Elías García Argüello como alcalde presidente y a Gabriel García Pastor como primer teniente alcalde.

En la documentación del Archivo Municipal y en el Boletín Oficial de Zamora podemos seguir el rastro de las actuaciones del nuevo alcalde entre los meses de marzo y julio de aquel año. En alguna de ellas encontramos una evidente sensibilidad hacia los problemas sociales. Así, con fecha 4 de abril hay un acuerdo de la corporación municipal para "participar a los panaderos en lo sucesivo el pan que pongan a la venta en esta Villa, ha de tener el peso de medio, uno o dos kilos", imponiéndose un correctivo a uno de estos panaderos de entregar "doce hogazas para los pobres". En un edicto del 14 de mayo se aprueba un crédito de 2.000 pesetas "para atender a los gastos del paro obrero, construyendo un canal que partiendo del río Esla desagüe en Carrancha". La última acta municipal que firma corresponde al día 23 de julio, cuando ya el alzamiento militar había triunfado en todo el territorio de la provincia de Zamora. En este día, siguiendo instrucciones del gobernador de la provincia, cesó la anterior comisión gestora y volvió a encabezar la alcaldía Mariano Huerga Fernández.

En el "Libro Diario del cementerio de Zamora. De 1927 a enero de 1947" constan las anotaciones de los enterramientos efectuados como consecuencia de las ejecuciones, sin ningún tipo de formalidad legal, durante estos dramáticos meses. La práctica habitual era sacar a determinados presos de las cárceles, con la excusa de un traslado a otra prisión, para llevarlos a continuación al cementerio de San Atilano. Entre las personas registradas el 30 de septiembre de 1936 encontramos a Elías García Argüello, de 47 años; Antonio Rodríguez Gómez, de 64 años, y Dalmacio Sampedro Rodríguez, de 46 años. Los tres figuran como vecinos de Castrogonzalo, se les asigna el sector del cementerio conocido como "Cuartel de San Clemente", y a los tres se les clasifica con la significativa circunstancia de "hallados muertos".

En estos primeros meses de guerra también fue asaltado el local de culto de Benavente. Un grupo de falangistas saqueó la capilla que la comunidad evangélica poseía en la actual Plaza de la Madera. Se quemaron públicamente las biblias e himnarios, se trasladaron los bancos a un café y el armonio a una iglesia católica. Audelino fue detenido por falangistas el 6 de agosto de 1936 y trasladado a Zamora. En la cárcel coincidió con numerosos detenidos de Benavente y su comarca, muchos de los cuales serían asesinados durante el otoño de ese mismo año. Sin embargo, Audelino tuvo mayor fortuna, pues el 4 de septiembre fue trasladado a la cárcel de Toro. El 6 de enero de 1937 fue puesto en libertad, después de todo tipo de peticiones y gestiones realizados por su esposa, Abigail Vidal Somoza.

A propósito de todos estos trágicos sucesos hemos podido recoger el valioso testimonio oral de Esther Rozada Rodríguez, sobrina de Elías García Argüello. En la actualidad vive en León y tiene 91 años. Esther recuerda sus años de niñez en Castrogonzalo, donde vivió en compañía de su tío y de su esposa Carolina Rodríguez. Siguiendo una costumbre muy arraigada en la zona, era muy habitual que en las familias numerosas alguno de los hermanos pasara su infancia con otros familiares sin hijos. Según relata, Elías fue agricultor, y ella misma, como el resto de familiares colaboraba en las labores agrícolas: "Tenia viñedos y íbamos a coger uvas [...] Fue agricultor por herencia de su padre". Vivieron en una casa del Barrio de Arriba, en la Calle de las Eras: "Vivíamos cerca de la Plaza de la Laguna, que tenía entonces agua, en una calle que iba al cementerio nuevo".

Sobre la detención, encarcelamiento y muerte, el testimonio concuerda con otros casos similares recogidos en la provincia: "Yo tenía 6 años. A mi tío le trataron bien. A mi tía le dijeron que se lo llevaban para prestar declaración. A ambos los llevaron en un pequeño camión". Durante la estancia en la cárcel de Zamora había comunicación con la familia a través de cartas "porque les ayudaban los carceleros. Un día llamaron y le dijeron que fueran a recoger la ropa por que habían sido ejecutados. Las mujeres (Clotilde, esposa de Antonio y Carolina) tenían miedo de ir, pero al final fueron". La Capilla sufrió también las iras de los grupos más exaltados: "Recuerdo como los falangistas sacaron las biblias y las quemaron en la calle, y como dejaron los fusiles dentro de la capilla". En todo caso, recuerda que esta no fue la primera sede evangélica establecida en la localidad. Hubo una capilla anterior, situada junto a la casa de Elías: "enfrente de nuestra casa, en la Panera. Allí es donde empezó todo".

La cuestión de las propiedades británicas incautadas a los evangélicos y el trato dado a los misioneros ingleses dio lugar a quejas por parte de su Embajada en España. Con fecha 16 de junio de 1936 el Gobierno Civil de Zamora remite un oficio al Ayuntamiento de Castrogonzalo comunicando que: "El Sr. Cónsul de Inglaterra en Vigo, da cuenta a este Gobierno de su inquietud, con motivo de las frecuentes alteraciones de orden público acerca de la seguridad de la Capilla evangélica, con casa habitación, existente en esa localidad y que es propiedad del súbdito británico D. J.H.H. Biffen; por lo que requiero a V. para que, como primera autoridad local, vele en pro de los intereses británicos y proteja a los individuos de tal nacionalidad que residen en ese pueblo".

Este Biffen debe ser identificado con Juan o John Biffen (1893-1960), uno de los principales misioneros ingleses asentados en España, en este caso establecido en Gijón. Su llegada a nuestro país, en compañía de su esposa Margarita Biffen, se sitúa en torno al año 1921. Fue una figura crucial en el proyecto de dotar a la congregación evangélica de esta villa asturiana de una capilla propia, concretamente en el barrio del Llano. La labor social le hizo muy conocido en la ciudad, y era frecuente verle pasear por sus calles con sus hijas. Como ya se indicó anteriormente, era cuñado de Gabriel Bermejo y, por tanto, también estaba ligado al núcleo protestante de Castrogonzalo. Participó en la inauguración de la capilla de Benavente en 1932. Durante la Guerra Civil regresó a su país, donde organizó la acogida de varios niños de familias protestantes españolas. El 19 de noviembre de 1937 un grupo de niñas fueron recibidas por Biffen, y otros misioneros, en el Castillo de Moorlands, en Merriot. Esta campañas de ayuda estaban dirigidas por el Spanish Evangelical Refugee Home y la Alianza Evangélica Inglesa.

Juan Biffen aparece en diversos documentos como representante o apoderado de la "Continental Lands Company Ltd.". Esta compañía británica se convirtió en la depositaria y gestora del patrimonio de las "Asambleas de hermanos" pues, al igual que las restantes congregaciones protestantes, carecían de personalidad jurídica ante las leyes españolas. Esta formalidad otorgaba mayor protección legal y seguridad a sus propiedades. La estrategia demostró su efectividad para reclamar su devolución al concluir la guerra. Bajo la cobertura del gobierno británico, se suceden las gestiones en los años cuarenta para la defensa de los intereses de los protestantes. En una nota presentada por el embajador Samuel Hoare el 25 de marzo de 1944 se hace alusión a los atropellos sufridos por capillas e inmuebles en diversos lugares. En Puertollano (Ciudad Real), Villaescusa y Castrogonzalo (Zamora) y Toral de los Guzmanes (León), las capillas protestantes: "... han sido clausuradas o requisadas, al mismo tiempo que se ha negado a los miembros de dichas comunidades el derecho a reunirse para cumplir con sus deberes religiosos".

La llamada "Capilla de los protestantes" estuvo instalada en un local situado en la calle Encuentro, por bajo del cerro sobre el que se asienta la iglesia de San Miguel Arcángel. Era un edificio modesto, de una sola planta, tejado a cuatro aguas y con un patio interior. A pesar de su sencillez, contaba con los elementos básicos para atender el culto, entre ellos una gran pila semienterrada en la que se realizaban los ritos del bautismo por inmersión. Su forma era rectangular, de 3 x 2 metros aproximadamente, con unos escalones para el acceso del pastor y el neófito. La sala principal estaba divida en dos sectores, separados por puertas. Los muros de la capilla se levantaron con adobes. De las tres ventanas abiertas, dos se asomaban a la calle principal, mientras que la otra miraba hacia un callejón que subía a la iglesia de San Miguel.

Sobre la puerta de entrada existió un cartel de obra donde se leía "El Plantel". Ese fue el nombre con el que se conoció popularmente la edificación entre los vecinos. Después del cierre al público, el local fue ocupado por Falange y, más tarde, fue la sede del "Teleclub". A principios de los años 80 se arruinó, quedando convertido en un solar sin edificar con una extensión de 263 metros cuadrados.


APÉNDICE GRÁFICO Y DOCUMENTAL


Grupo de niños en la Capila Evangélica de Castrogonzalo (Archivo Gráfico Documental Evangélico)

La llamada Capilla de los protestantes en una foto aérea de Castrogonzalo del año 1983
Solar en el que estuvo situada la llamada "Capilla de los protestantes" de Castrogonzalo
Panera en la que estuvo instalada la primera capilla de la comunidad protestante de Castrogonzalo
Firma de Elías García, fechada en 1916, en una bodega de Castrogonzalo
"España Evangélica", 1922.
Un entierro en Castrogonzalo, "España Evangélica", 1930.
Noticia publicada en el Heraldo de Zamora sobre la apertura de la Capilla evangélica de Benavente (año 1932)
1933 Por tierras de Zamora - España Evangélica 1933
Cartera de inspector veterinario municipal de Benavente de Audelino González Villa (año 1933)
Partida para construir un canal en Carrancha (año 1936)
Diario Oficial de Zamora (22 julio de 1936)
Firma de Elías García como alcalde de Castrogonzalo en 1936
Firma de Antonio Rodríguez Gómez en 1936
Comunidad evangélica de Benavente y Comarca (1932)

AGRADECIMIENTOS:

Joaquín García Neches, José Ángel Mazón Juárez, Santiago Pérez Escudero, Esther Rozada Rodríguez, Tomás Rozada Rodríguez, Esther Rozada Varela, Rafael Jiménez Rosillo, Luis Fernández González, Herminio Peña Echeverría, Capilla Evangélica Asamblea de Hermanos de Benavente, Ayuntamiento de Castrogonzalo.

BIBLIOGRAFÍA:

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