La Campaña de Francia, de Meissonier (1814) |
El itinerario de Bonaparte, desde su salida de Madrid hasta su llegada a Astorga en el invierno de 1808, puede ser reconstruido con razonable precisión a través de las fuentes francesas e inglesas. El Emperador, a la vista de las noticias recibidas el 19 de diciembre sobre los movimientos ingleses, había ordenado desde Madrid al mariscal Ney que se dirigiera al día siguiente hacia el Guadarrama con dos divisiones y la caballería de Colbert. Sobre la marcha se le incorporaría desde El Escorial la división de Dragones de La Houssaye, que avanzaría sobre Ávila.
El 22 de diciembre, hacia el mediodía, Napoleón abandonó Chamartín, precedido por su Guardia Imperial, con el propósito de pernoctar en Villacastín ese mismo día. La empresa se vería truncada por las adversas condiciones meteorológicas, pues un violento temporal de viento y nieve reinaba en las sierras madrileñas. El frío era intensísimo, como remarca el Conde de Toreno: "...tan intenso el frío para aquel clima, que al pie de las montañas de Guadarrma señaló el termómetro de Reaumur nueve grados debajo de cero [...] Al bajar a Castilla la Vieja sobrevino blandura, acompañada de lluvia, y se formaron tales lodazales, que hubo sitios en que se atascaron la artillería y equipajes, aumentándose el desconsuelo de los franceses a la vista de los pueblos por la mayor parte solitarios y desprovistos".
Debido a estos imponderables la marcha del ejército resultó muy dura y penosa, ralentizando los planes franceses y dispersando sus efectivos en diferentes puntos del itinerario. El Emperador disponía de un total de fuerzas movilizadas contra Moore que superaban los 40.000 hombres. En la noche del 22 al 23 de diciembre de 1808 todas estas unidades se encontraban diseminadas en una columna de más de 120 kilómetros, la distancia comprendida entre Madrid y Arévalo.
La documentación epistolar de Bonaparte viene a señalar los hitos principales. Desde Chamartín, donde se fechan diversas cartas durante el día 22 de diciembre, los siguientes hitos desde los que se emiten documentos oficiales son Villacastín el 23, Arévalo el 24, Tordesillas el 25, 26 y 27, Medina de Rioseco y Valderas el 29. Las siguientes cartas son ya redactadas en Benavente durante los días 30 y 31 de este mismo mes.
La marcha desde Medina de Rioseco a Valderas durante la jornada del día 28 de diciembre se caracterizó por su extrema dureza. Napoleón, devorado por la furia y la impaciencia, no se permitió ni un respiro, creyendo que estaba a punto de dar caza al enemigo y asestarle el golpe definitivo. Las memorias le describen galopando colérico a campo a través, seguido a duras penas por un reducido grupo de cazadores de su guardia, todo ello bajo un auténtico diluvio y con los caminos convertidos en lodazales.Vemos como la ruta seguida por el Emperador se desviaba hacia el norte, apartándose ligeramente de la carretera de La Coruña.
Al parecer, Napoleón, no conociendo con exactitud la situación del ejército inglés, dirigió su ejército hacia el norte, hacia Medina de Rioseco y Valderas, con la intención de coger a los ingleses por el flanco. Pero para entonces ya habían sorteado el Esla en Valencia de Don Juan y en Castrogonzalo. El César francés decidió entonces bajar hacia Benavente con dos objetivos: pasar con mayor rapidez y garantías el río, y hacerse con los almacenes ingleses que se habían establecido en Benavente.
La mañana del 29 la vanguardia, compuesta de tres escuadrones de caballería al mando de Lefebvre, llegó a la altura de los ingleses en el Esla, dando lugar al episodio célebre del cruce del Esla y la captura posterior del general. El emperador debió ser informado casi inmediatamente del apresamiento de su general y se presentó en el escenario de los acontecimientos muy poco tiempo después.
Jean Baptiste Antoine de Marcelin, barón de Marbot, advierte que Bonaparte, consciente de la maniobra de retirada de Moore, aceleró la marcha de su ejército, recorriendo diez o doce leguas diarias a pesar del frío, la lluvia, la nieve y el deplorable estado de las carreteras. Este mismo autor precisa que Bonaparte llegó al Esla en el momento en que un parlamentario enemigo venía a anunciar que el caballo del general Lefebvre había muerto durante el combate y que el general era prisionero de guerra. Sobre este particular las versiones no siempre son coincidentes. Así Thomas Pococke, después de relatar con detalle la captura de Lefebvre sugiere, sobre la base del testimonio de los lugareños, que el propio Emperador fue espectador de excepción de los acontecimientos: "nos dijeron los españoles que Bonaparte había visto el episodio desde los altos".
Sea como fuere, parece acreditado, a partir de diversos testimonios coincidentes, que Napoleón llegó al Esla, a la altura del volado puente de Castrogonzalo, en la misma mañana o durante la tarde del día 29 de diciembre de 1808. Igualmente, todo apunta a que el lugar donde había pernoctado la noche anterior y en el que se instaló su cuartel general era Valderas, y no Villalpando como insisten las fuentes inglesas. De ese mismo día 29 existe documentación epistolar del Emperador fechada en Valderas. Una de las misivas, como se ha comentado anteriormente, está dirigida precisamente a Lefebvre, lógicamente redactada de madrugada antes de producirse su apresamiento.
A partir de aquí los testimonios son de lo más dispar y, en algunos casos, irreconciliables. Una fuerte tradición oral, que es bien conocida entre los vecinos de Castrogonzalo, precisa que el Emperador pasó la noche en la localidad, alojándose en la casa rectoral del párroco de la iglesia de San Miguel, en el Barrio de Arriba. Esta vivienda, de arquitectura más bien modesta en comparación con otras construcciones de la misma localidad, fue derribada hace ya algunos años. Estaba situada en la plaza de La Laguna, cuyo nombre recuerda la existencia desde antiguo de una explanada donde se recogían las aguas de lluvia para el aprovechamiento del ganado. Desde luego, no era la mejor casa existente en 1808 en el pueblo, pero es posible que sí resultara la que pudiera ofrecer mayores comodidades y garantías en aquellos vibrantes momentos. A la vista de algunas fotografías sorprende que pudiera ser elegida para el descanso del César francés, cuando sabemos por diversos testimonios que su ejército no se andaba con miramientos para la ocupación y confiscación de todo tipo viviendas particulares, hospitales, iglesias y monasterios. Tal vez su condición de casa rectoral y su estratégica situación en la Plaza de la Laguna, con salida hacia dos calles y en la parte alta de la población, la hicieron aconsejable por motivos de discreción y seguridad.
De los historiadores locales, es el corresponsal de Madoz el primero en consignar la estancia de Napoleón en Castrogonzalo. El anónimo relator es muy preciso, fija la hora de llegada a la localidad y recoge también la captura del general Lefebvre. Al igual que ocurre con otros autores posteriores sitúa erróneamente este acontecimiento el 26 de diciembre de 1808:
"El 26 de diciembre de 1808 se dio una reñida acción de caballería en el prado de este pueblo, entre la vanguardia del ejército de Napoleón y la retaguardia del ejército inglés; éste había volado el día anterior dos ojos del puente, pero los franceses pasaron el río a nado aunque estaba fuera de madre, y obligaron a los ingleses a batirse; el número de estos era de 2.000 jinetes, y el de aquellos de cerca de 3.000, y a pesar del exceso en el número vencieron los isleños, teniendo la gloria de hacer prisionero al general Lefebvre; los franceses repasaron el río con pérdida de muchas gentes arrebatadas por el agua. Napoleón llegó aquella tarde sobre las 3 ½ a Castrogonzalo, y se alojó en la casa del cura de la iglesia de San Miguel".
Tanto Fernández Duro como Álvarez Martínez, siguen al pie de la letra a Madoz en la secuencia de los hechos. Ambos asumen la fecha del 26 de diciembre para el choque de caballería en la vega del Esla y la llegada del Corso a Castrogonzalo aquella misma tarde. También reproducen la noticia de su alojamiento en la casa rectoral de la parroquia de San Miguel. Fulgosio, por su parte, se limita a señalar que "el 28 de diciembre comenzó la retirada del general inglés Moore".
No he podido localizar ningún relato inglés o francés que confirme o haga referencia a este acontecimiento. Si Napoleón efectivamente pernoctó en Castrogonzalo, esto sólo pudo ocurrir en la noche del 29 de diciembre de 1808. Es la única fecha compatible con la secuencia de los acontecimientos. Respecto a esta misma jornada y la del día 30, la mayoría de los autores se centran en los intentos de vadear el río y la posterior llegada de Bonaparte a Benavente.
Lois François, Baron de Lejeune, uno de los cazadores que vadearon el Esla en compañía del general Lefebvre, menciona el pueblo al que acudió para reunirse con el cuartel general, una vez replegado su ejército. Al igual que otros autores sitúa la derrota de la vanguardia francesa el día 26. No identifica la población, pero a la vista del contexto debe ser Castrogonzalo. Describe el chamizo que sirvió de cuartel y cómo todo posible lugar de refugio en los alrededores estaba repleto de soldados y caballos, la mayoría de la Guardia Imperial.
Itinerario de Napoleón en Castilla y León |
Napoleón Cónsul |
Napoleón, por Meissonier |
Iglesia de San Miguel de Castrogonzalo |
Pablo Fernández, vecino de Castrogonzalo, a caballo. Al fondo la ventana de la habitación en la que, según la tradición, durmió Napoleón Bonaparte |
Mural de Parsec! junto al puente de Castrogonzalo |
Véase también:
Mi enhorabuena por sus atinados estudios sobre la presencia de Napoleón en tierras castellanas, en lo que recoge aquí. Y por todo su comentario, en otro sitio, al Retablo de la Iglesia de Castrogonzalo.
ResponderEliminarGracias por visitar mi Blog. Sobre la presencia de Napoleón en Benavente y su comarca puede consultarse el artículo en PDF "La Carrera de Benavente". Se encuentra en el menú de la parte izquierda de mi Blog, en la parte baja.
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