El monasterio de Santa Marta de Tera es uno de los más antiguos de los que se tiene noticia en el norte de la provincia de Zamora, pues aparece citado en las fuentes desde el año 979. Fue fundado a orillas del río Tera, próximo a la villa romana de Camarzana, donde existió otro cenobio altomedieval dedicado a San Miguel. En ambos casos se desconoce el nombre de sus fundadores o promotores.
Su advocación principal fue siempre la de la patrona de Astorga: Santa Marta, una mártir envuelta en un halo de leyenda y de la que existen muy pocos datos seguros. La tradición popular astorgana sitúa a Marta en el siglo III, en tiempos del emperador Decio (249-251), relacionándola con los primitivos núcleos cristianos que surgen en torno a los legionarios convertidos en el norte de África y luego asentados en Asturica Augusta.
En nuestro monasterio se rindió culto a otros santos, además de a Santa Marta. Un documento de 1033 nos da a entender que existían otras advocaciones objeto de la devoción de los visitantes, como las de San Salvador, Santa María, San Miguel Arcángel, Santiago, San Andrés y San Mateo. Este dato se corrobora con la existencia en la iglesia actualmente de varias lipsanotecas o relicarios, fechados las más antiguos en el siglo XI. Parece ser que la nómina de devociones era bastante amplia, y esto nos dibuja la imagen de un antiguo santuario, al que acudían los peregrinos atraídos por la figura de Santa Marta y el culto a las reliquias de los santos.
Artículo completo en: