lunes, 7 de julio de 2008

Ecos visigodos y mozárabes desde San Román de Hornija

Casa Prioral de San Román de Hornija en junio de 2006

Crónica de la Desolación

San Román de Hornija es una pequeña localidad situada a unos 10 km. de la ciudad de Toro, a orillas del río Hornija, que junto con el Duero y el Bajoz riegan su fértil vega. La población estuvo integrada tradicionalmente en el alfoz toresano, pero en la actualidad, desde el punto de vista administrativo, queda englobada dentro de los límites de la provincia de Valladolid en la comarca del Bajo Duero.

Su iglesia es un edifico de considerables dimensiones para lo menguado de su parroquia (434 habitantes). Se trata de un templo de una sola nave y torre a los pies, construido en ladrillo, tapial y piedra, cubierto con bóvedas de arista y cañón con lunetos en la capilla mayor. En el exterior se adivina una inscripción, probablemente del siglo XIII, en el lado de la Epístola.

En el interior se encuentra una pequeña capilla convertida en insólito museo funerario del rey Chindasvinto, donde se exhibe su presunto sarcófago de mármol, junto con un curioso osario que recogería los restos del rey visigodo y los de su esposa Reciberga. En la mencionada capilla se han recopilado también, en improvisada muestra museográfica, todos los vestigios que se han podido recuperar del antiguo monasterio.

En la continuación de la "Historia de los Reyes Godos" de San Ildefonso, se asegura que el rey Chindasvinto fue sepultado en la iglesia-monasterio de Hornija, que él había construido desde sus cimientos: “Chindesvinthus… extra Toletum pace obiit, in monasterio que Scti. Romani de Hornisga, secus fluvium durii, quod ipse a fundamento aedificavit, intur ecclesian ipsam in cornuto per quator partes, monumento magno sepultum fuit”.

Una tradición benedictina precisa que el monasterio, dedicado a San Román, monje benedictino, habría sido fundado por San Fructuoso, el gran patriarca del monacato berciano, en el siglo VII con el patronazgo de Chindasvinto. El epitafio del rey escrito por Eugenio de Toledo, le define como: "impío, injusto e inmoral", aunque en Hornija se muestra otro epígrafe moderno en mármol negro, con su correspondiente traducción al castellano, de la elegía fúnebre dedicada a Reciberga. La bella composición es obra del obispo Eugenio de Toledo:

Si dare pro morte gemmas licuisset et aurum,
nulla mala poterant regum dissolvere vitam.
sed quia sors una cuncta mortalia quassat,
nec pretium redimit reges nec fletus egentes;
hinc ego te, coniux, quia vincere fata nequivi,
funere perfunctam sanctis conmendo tuendam,
ut cum flamma vorax veniet conburere terras,
coetibus ipsorum merito sociata resurgas.
at nunc cara mihi iam Recciberga valeto
quodque paro feretrum rex Reccesvinthus, amato.
coniuge defleta restat edicere summam,
qua tenuit vitam, simul et conubia nostra.
foedera coniugii septem fere duxit in annis,
undecies binis aevum cum mensibus octo

Si se pudiese evitar la muerte dando joyas y oro
Ningún mal podría acabar con la vida de los reyes.
Pero, como la suerte golpea por igual a todos los mortales,
Ni el dinero salva a los reyes, ni el llanto a los pobres.
Desde aquí, esposa, porque no pude vencer al destino,
Concluido tu funeral, te encomiendo a la protección de los santos,
Para que, cuando el fuego voraz venga a abrasar la tierra,
Resurjas unida a ellos.
Y ahora, amada mÍa Reciberga, adiós!
Mientras prepara el féretro tú amado rey Chindasvinto.
Solo me resta evocar brevemente el número de años
Que duraron tu vida y nuestra unión:
El lazo de nuestro matrimonio duró apenas siete años,
Y tu vida, veintidós años y ocho meses.

Triente de oro acuñado por Chindasvinto en Mérida

En un manuscrito de la Catedral de Toledo, que transcribe este epitafio, se alteran los nombres y se hace a Reciberga esposa real del hijo y sucesor de Chindasvinto: Recesvinto. Esta identificación fue también defendida por José Orlandis en su "Historia del Reino Visigodo Español": "Recesvinto estuvo casado con la reina Reciberga, que falleció antes del 657, a los 22 años de edad y siete de matrimonio". Así pues, los equívocos adquieren unos tintes legendarios.

En 891 Alfonso III el Magno agregó el monasterio con sus tierras y habitantes al de San Adriano de Tuñón, en Asturias. El diploma ofrece algunas dudas sobre su autenticidad, pero podría documentar una restauración monástica durante el siglo X no bien conocida y contextualizaría toda una serie de restos decorativos de carácter disperso (modillones de rollo, basas, fustes, capiteles, un epígrafe con deposición de reliquias, etc.).

A partir de entonces las noticias sobre este cenobio desaparecen. Como ocurre con otras fundaciones leonesas se ha supuesto que sucumbiría a las campañas de Almanzor de finales del siglo X. Pero parece que en nuestro caso existen algunos indicios documentales de ello. En la relación de campañas de Almanzor recogida por Luis Molina, basada en fuentes musulmanas, se incluye: "La cuadragesimoquinta, la de San Román, en la que realizó una gran matanza y obtuvo muchos cautivos, regresando posteriormente". Esta aceifa correspondería a noviembre de 995.

En apoyo de la historicidad de este episodio hay mencionar el relato del libro IV, capítulo XXV, del Codex Calixtinus, también conocido como Pseudo Turpin. Se menciona aquí un prodigio acaecido en una iglesia de San Román de "Orniz", que a la luz del texto anterior debe identificarse con Hornija, y que señalaría como a mediados del siglo XII aún se mantenía viva la tradición de la visita del caudillo andalusí.

"Luego, pues, devastando las tierras de España, llegó a la villa que vulgarmente se llama Orniz, en la que había una bellísima y muy buena basílica de San Román con riquísimos paños y códice, cruces de plata y telas bordadas de oro. Y al llegar a ella el inicuo Almanzor robó cuanto en ella encontró y de igual suerte devastó la villa. Y habiéndose albergado con sus ejércitos en esta villa, cierto capitán de sus huestes que entró en la iglesia vio las bellísimas columnas de piedra que sustentaban el techo de la iglesia y cuyos capiteles estaban plateados y dorados, y estimulado por su odio y crueldad, clavó una cuña de hierro entre una columna y su basa. Y al golpear fuertemente aquella cuña con un martillo de hierro, tratando de derrumbar toda la iglesia, el hombre se convirtió en piedra por providencia de Dios. Y esta piedra con forma humana subsiste hasta el día en la misma iglesia y tiene el mismo color que tenía la túnica del sarraceno entonces".

Durante el siglo XII continuaba la vida monástica, ahora como priorato del monasterio berciano de San Pedro de Montes. Un documento de su Tumbo Viejo precisa que su anexión se produjo en época de la reina doña Urraca (1109-1126): "porque e la villa de San Román era de sennorío del monesterio por términos denombrados e contados por donación de la reyna donna Urraca". A partir de entonces se mencionan diversos priores e incluso una carta es redactada dentro de su palacio: "Esto fu fecho en Sant Román de Ornisia enno palacio del abbade". Esta situación se mantendría hasta el siglo XV en que pasó, por venta, al poderoso convento de San Benito de Valladolid. La vinculación entre Hornija y los benedictinos pucelanos alcanzará el siglo XIX, hasta el momento de la desamortización.

Adosada al muro sur de la iglesia se encuentra la antigua casa prioral, modesto palacete del siglo XVIII que hasta hace dos años, según cuentan los vecinos, se encontraba en pié, aunque decrépito, y que en reciente visita (junio de 2006) presenta un estado muy lamentable de ruina y abandono, con grave peligro de desplomarse totalmente para convertirse en puro recuerdo.

Para la construcción de los soportales de este viejo caserón se aprovecharon como apoyos cinco magníficos fustes monolíticos marmóreos, de desigual sección, acompañados de sus correspondientes capiteles y basas de diversa calidad y cronología. Dos de los capiteles son de tradición toscana y de inferior factura, mientras que sus otros tres compañeros, corintios de probable filiación mozárabe, resultan impresionantes por su soberbia decoración. Su diseño y tradición iconográfica, de raigambre bizantina, se ha puesto en relación con otros modelos equiparables de diversas construcciones asturianas y mozárabes.

Según nos comenta la amable persona encargada de enseñar el templo y el museo a los visitantes, el solar de la casa prioral está en manos privadas y su futuro inmediato es incierto. Desprovisto de la protección de su tejado y con buena parte de la balconada corrida y soportal desplomados, las inclemencias del tiempo darán buena cuenta de su frágil estructura. Todo hace pensar en un desenlace dramático para este emblemático edificio en muy poco tiempo, independientemente de que sea inexcusable asegurar la vigilancia, protección y conservación de los restos altomedievales.

Su rehabilitación y puesta en valor proporcionaría un espacio interesante para uso público. Sirvan estas líneas y fotos como llamada de socorro y denuncia para una urgente intervención.
La iglesia parroquial fue declarada BIC con fecha 11/03/1999. Ignoramos el grado de protección que se concedió a los restos del edificio anexo.

Capitel de la Casa Prioral

Capitel de la Casa Prioral

Capitel de la Casa Prioral

Pieza reaprovechada como apoyo de fuste en la Casa Prioral

Iglesia parroquial de San Román de Hornija

Capilla funeraria de Chindasvinto

Fuste y capitel altomedievales

Capitel altomedieval

Sarcófago atribuido a Chindasvinto

Osario con los supuestos restos de Chindasvinto y Reciberga

Epígrafe reaprovechado como pila

Epitafio atribuido a la reina Reciberga

Restos del antiguo monasterio visigodo de San Román de Hornija, según los "Monumentos arquitectónicos de España"

Sobre San Román de Hornija y su patrimonio es muy recomendable la visita del Blog de Alfio Seco: San Román de Hornija en el tiempo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

FANTASTICO. ME ENCANTA NAVEGAR ENTRE SUS CONOCIMIENTOS Y AHONDAR EN NUESTRA HISTORIA COMUN.
DESDE ASTURIAS EN LEON Y ENAMORADO DE BENAVENTE

Rafael González Rodríguez dijo...

Muchas gracias por visitar mi Blog y leer mis artículos. Rafael González Rodríguez.